Mateo 15,1-9
“Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.”
Cuántos nos acercamos a la Oración, a Jesús con esa actitud de reclamarle, le reclamamos por las actitudes de sus discípulos, de sus seguidores, de la gente que dice creer en Dios, amarle, seguirle pero no cumplen las tradiciones al pie de la letra; muchas veces le reclamamos por personas que conocemos por las actitudes del Papa, de los sacerdotes, de los misioneros, de los creyentes que siguen a Cristo pero basta que cometan un error para juzgarlos, señalarlos o simplemente criticamos a algún hermano de Comunidad, algo que no nos gustó etc., pero que nos dice Jesús.
“¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre y El que maldiga al padre o a la madre muera irremisiblemente”
Es verdad todos cometemos errores, todos pecamos, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, si algunos fallan nosotros también lo hacemos, y así de duro es el Señor, tenemos que honrar a nuestros padres porque de no hacerlo y maldecirlos merecemos la muerte; como puede un hijo maldecir a sus padres a los seres que le han dado la vida, no puedo entender semejante pecado, por mas errores que hayan cometido merecen nuestro respeto y cariño, que significa honrarlos, simplemente pagar con Amor tanto Amor, ellos nos cuidaron cuando éramos niños ahora es tiempo de asistirlos en su vejez, pero si así no fuera si nos hubieran abandonado, pues que el Señor nos haga mirar con compasión a esos padres que por ignorancia rechazaron a sus hijos, que nos de la fuerza para perdonar y pagar con Amor a tanto desamor.
Tenemos que cumplir no solo este mandamiento sino todos si realmente así lo queremos especialmente el de “Amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas y al prójimo como a uno mismo”.
“Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: “es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte”, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por nuestra tradición”.
Seria ilógico Amar a Dios a quien no vemos y no Amar a nuestros padres, a nuestro prójimo, a nuestros hermanos a quien vemos, Amar a Dios no significa darle sacrificios dejarle de dar cuidados y cosas materiales a nuestros seres queridos para dárselos a El, Dios quiere que le amemos de corazón, de verdad, que seamos humildes sencillos para reconocer que lo necesitamos en nuestra vida, que necesitamos escucharle para que nos amemos unos a otros.
“Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón esta lejos de mi. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.”
Pidámosle a Jesús que nos de la suficiente luz, claridad para ser concientes de la necesidad del hermano, que nuestro corazón sea ancho, que se ensanche del Amor del Padre, para amarlo no de los labios para afuera sino con un corazón sincero, que nuestra vida sea lo suficientemente coherente para que otros puedan seguir a Cristo, conocerlo, amarlo y anunciarlo.
A ti Madre Santísima contagiadnos tu fe y enséñanos a disponer el corazón hacia Jesús.
Claribell
“Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.”
Cuántos nos acercamos a la Oración, a Jesús con esa actitud de reclamarle, le reclamamos por las actitudes de sus discípulos, de sus seguidores, de la gente que dice creer en Dios, amarle, seguirle pero no cumplen las tradiciones al pie de la letra; muchas veces le reclamamos por personas que conocemos por las actitudes del Papa, de los sacerdotes, de los misioneros, de los creyentes que siguen a Cristo pero basta que cometan un error para juzgarlos, señalarlos o simplemente criticamos a algún hermano de Comunidad, algo que no nos gustó etc., pero que nos dice Jesús.
“¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre y El que maldiga al padre o a la madre muera irremisiblemente”
Es verdad todos cometemos errores, todos pecamos, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, si algunos fallan nosotros también lo hacemos, y así de duro es el Señor, tenemos que honrar a nuestros padres porque de no hacerlo y maldecirlos merecemos la muerte; como puede un hijo maldecir a sus padres a los seres que le han dado la vida, no puedo entender semejante pecado, por mas errores que hayan cometido merecen nuestro respeto y cariño, que significa honrarlos, simplemente pagar con Amor tanto Amor, ellos nos cuidaron cuando éramos niños ahora es tiempo de asistirlos en su vejez, pero si así no fuera si nos hubieran abandonado, pues que el Señor nos haga mirar con compasión a esos padres que por ignorancia rechazaron a sus hijos, que nos de la fuerza para perdonar y pagar con Amor a tanto desamor.
Tenemos que cumplir no solo este mandamiento sino todos si realmente así lo queremos especialmente el de “Amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas y al prójimo como a uno mismo”.
“Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: “es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte”, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por nuestra tradición”.
Seria ilógico Amar a Dios a quien no vemos y no Amar a nuestros padres, a nuestro prójimo, a nuestros hermanos a quien vemos, Amar a Dios no significa darle sacrificios dejarle de dar cuidados y cosas materiales a nuestros seres queridos para dárselos a El, Dios quiere que le amemos de corazón, de verdad, que seamos humildes sencillos para reconocer que lo necesitamos en nuestra vida, que necesitamos escucharle para que nos amemos unos a otros.
“Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón esta lejos de mi. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.”
Pidámosle a Jesús que nos de la suficiente luz, claridad para ser concientes de la necesidad del hermano, que nuestro corazón sea ancho, que se ensanche del Amor del Padre, para amarlo no de los labios para afuera sino con un corazón sincero, que nuestra vida sea lo suficientemente coherente para que otros puedan seguir a Cristo, conocerlo, amarlo y anunciarlo.
A ti Madre Santísima contagiadnos tu fe y enséñanos a disponer el corazón hacia Jesús.
Claribell
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