Anunciar la Palabra requiere mi entrega

Apocalipsis 19, 11-13


“Vi el cielo abierto y apareció un caballo blanco. El que lo monta se llama “Fiel” y “Veraz”. Es el que juzga y lucha con justicia. Sus ojos son llamas de fuego, tiene en la cabeza muchas coronas y lleva escrito un nombre que solo el entiende. Viste un manto empapado de sangre y su nombre es: La Palabra de Dios” .

El corazón de Dios siempre esta abierto para nosotros y nuestro corazón también esta abierto para El. El corazón de Dios esta deseoso que seamos uno.

El Señor me decía que su amor es lo único que calmará mi sed de ser amada, de amar tan profundamente como El nos ama que su amor es lo único que nos devuelve la dignidad de ser hijos como lo fue Jesús que tuvo y tiene una apertura y entrega total a la palabra y “esa felicidad se las trasmitía a otros hijos míos que la necesitan tanto, el saber cuanto los amo, y que necesito de ellos para ser la familia que soñé, y darles a saber que su vida vale tanto como la de mi Hijo.
El Señor confía en nuestras vidas para dar vida al hermano, que seamos uno con este Dios que nos ama tanto aunque nos cueste la vida por que ante los ojos de El la estaremos ganando con esa convicción que nos da ser hijo de Dios.

Liliana.

-II .-“Lleva escrito un Nombre que solo Él entiende”…El Nombre palabra de Dios, el ser Palabra de Dios, solo lo entiende aquel que se esfuerza por ser coherente, por ser fiel, y veraz, por vencer en si el mal, solo entiende el ser palabra de Dios quien se entrega hasta derramar lágrimas, y sangre por vivir la Palabra. Esto es ser palabra de Dios que nadie entiende, solo quien la vive.

Solo Jesús sabe lo que cuesta el dolor de la entrega, pero junto con éste viene también el gozo y la felicidad que da el ser fiel y verdadero, por eso a quienes nos llama a ser discípulos, nos pide dejar todo, renunciar a todo, para poder ser capaces de una entrega total a la misión.
“Tu nombre es Verbum Dei, tu identidad en esta tierra es ser palabra de Dios entregada para dar vida al mundo”

nila

JUEVES 27 DE SEPTIEMBRE DEL 2007

La Palabra te envía al mundo

“Yo dije ¡estoy perdido”! Soy un hombre de labios impuros y habito en un pueblo de labios impuros…Uno de los seres de fuego voló hacia mi trayendo un carbón encendido, que había tomado del altar con unas tenazas. Tocó con él mi boca y dijo:
Al tocar esto tus labios, desaparece tu culpa y se perdona tu pecado”.
Entonces oí la voz del Señor que decía: “A quien enviaré? ¿Quién irá de parte nuestra? Respondí:
“Aquí estoy, mándame a mi” Isaías 6, 5-8

Señor ayer me decías que cada mañana me despiertas para oírte como discípula, para escucharte con actitud de querer aprender y dar lo recibido.
Cuando entiendo esto Padre mío, mi vida cambia, tiene sentido lo que vivo, lo que siento y pienso, ya no hay nada en mi, que no tenga sentido, si lo vivo todo con esa actitud, de que todo mi ser tiene que ser como esa tenaza, que recibe del altar de tu Corazón, tu Palabra, para tocar la vida de mis hermanos.

Entiendo señor cuando oro como discípula que tengo que dejarme quemar primero por el carbón encendido, por tu Palabra, que es fuego que quema en mi lo malo, lo negativo lo que no me deja vivir, lo impuro, para hacerme instrumento tenaza que no le tenga miedo a tocar el fuego, que se muestre siempre dispuesta a ir a llevar tu palabra, a un pueblo que vive indignamente, porque vivir en el vicio, en al mentira, en la corrupción, en el afán de las cosas terrenales es vivir sin dignidad, vivir de manera conformista, para este mundo nada mas.

Esta mañana también le daba gracias al Señor, porque estos labios ahora han encontrado como decía ayer una nueva manera de hablar de expresarse…cuando me dijo el Señor:

“Al tocar esto tus labios, desaparece tu culpa y perdona tus pecados”.

Cuando me tocó, El me hizo suya, me enamoró, me conquistó, cuando me besó con el fuego de su Amor, de su Misericordia, de su Palabra, de la Eucaristía…fue ese Fuego que al tocar mis labios, encendió mi corazón en el fuego de su Amor, y el deseo de llegar a todos....entonces cuando me preguntó:
“¿A quien enviaré? ¿Quién irá de parte nuestra?

Respondí:

“Aquí estoy Señor, mándame a mi, Aquí me tienes, Señor, Yo iré por ti Señor, a dar el gozo que me das, el consuelo, la paz, la plenitud que me das cada mañana, quiero ir a dar testimonio al mundo de tu infinito Amor de Padre, las alegrías de ser tu discípula, de hablar como tu discípula, de ir hasta los confines de la tierra a contar las maravillas que haces Tú.

"Anda hija anda a los que llenan su corazón, de amargura, de noticias, malas, mi pueblo sufre, mi pueblo necesita vivir dignamente, con justicia, saber sus derechos, tienen derecho a ser felices, tienen derecho a la Vida, tienen derecho a que se les respeten, a que se les trate como personas, anda hija, habla, por mi, que no se queden con un Dios al que se le pide cosas, milagros, como un mago, enséñales Quien soy Yo, Habla por Mí.."

Aquí estoy Señor a pesar de mis miedo, y mis cobardías, de mis múltiples debilidades.

Señor tu me mandas, a personas que aparentan ser mas seguras, que tienen éxito en la vida, que todo les va bien, ¿Me mandas a mi?’….no tengas miedo….he escogido lo mas débil, lo que aparentemente no es nada, para que los poderosos encuentren que YO Soy, que Yo tengo poder para salvarles, Yo se lo que hay detrás, lo que sufren, lo que pasa en sus corazones…enséñales que lo importante es amar, no es tener cosas, no es la apariencia, ni el dinero, ni los títulos, lo importante es Ser….no importa lo que hayan hecho, Mi Palabra los va a purificar….solo necesitan dejarse tocar….

Continua la misión de Jesús, da a conocer el Reino, un Reino de Paz, de Justicia, de Libertad, de perdón, de Amor, …Mis palabra han tocado ya tus labios para que puedas hablar por Mi."

nila

Miercoles 26 de setiembre del 2007

La Palabra me hace discípulo

“El Señor me ha dado una lengua de discípulo para que sepa sostener con mi palabra al que está cansado. Cada mañana me despierta el oído, para que escuche como los discípulos. El señor me abierto el oído y yo no me resistí.”

Isaías 50 4-5

Señor te doy gracias porque me has dado la capacidad de hablar, de comunicarme, de interrelacionarme con los demás, de poder sacar cosas de mi interior, de poder decir lo que pienso y siento, que duro debe ser no poder hablar, no poder expresar el amor que uno siente, los sentimientos filiales, de fraternidad, no poder decir un “Te quiero” al que lo necesita, no poder dar frases de consuelo…

Pero sobretodo gracias Señor por llamarme a tu servicio, para ser tu discipula a quien instruyes cada mañana...

Todos tenemos lengua y podemos hablar y de muchas cosas, pero tenemos dificultades para dialogar porque a veces no nos sale palabras porque el corazón está duro, porque tiene miedos, si, mucho miedo, al que dirán, a la burla, al desprecio, al desaire, al rechazo, y siente que la lengua se “traba”, se endurece, se pone rígida, y uno no puede hablar. ¿Porque Señor?

“Cuando vives solo pensando en ti, cuidándote de no ser lastimada, cuando rehuyes al dolor: el miedo te paraliza, el miedo a ser lastimado…
Por eso yo vengo a despertarte cada mañana, a despertar tu oído, para que escuches mi Palabra, que te forma, que te fortalece, que te enseña como responder a las personas, a la vida, para que no tengas esos miedos que te paralizan".

Señor, ayúdanos a escucharte, para tener lengua de discípulo, para saber que las palabras que vamos a decir, son importantes para Ti, para que tu Vida entre a la vida del hermano, para no tener lengua mentirosa, lengua calumniadora, lengua de vendedor, de charlatán, que solo busca aprovecharse de los demás, sacar ganancia de una relación….una lengua palabreadora….

Ayúdame a escucharte como discípula, para tener palabras que sostienen...
¿Hija mía, a ti mi Palabra te sostiene?

Si Señor, cuando estoy cansada, cuando estoy triste, cuando no se que hacer, cuando no entiendo lo que me pasa, tu Palabra se pone ahí, cubriendo mi vida, en todos los sentidos, tu Palabra me envuelve y me sostiene tanto que el miedo desaparece y me da una gran confianza, tu Palabra es la única capaz de sostenerme, de darme paz, de abrirme los oídos para escuchar lo que hay detrás de cada cosa que sucede, para encontrarme como discípula aprendiendo en la vida, como seguir, tu Palabra me hace discípula en cada paso que doy por la vida, tu palabra me enseña a ser discípula que vaya con la intención de hacer discípulos…

Gracias Señor por venir a hablarnos, a darnos una lengua de discípulos, una lengua nueva, un lenguaje diferente, nos has cambiado la manera de hablar, de dirigirnos a los demás, porque ahora vivimos para fortalecer al débil, al oprimido, al esclavo, al que no quiere vivir, para sacar del hoyo de la mentira, de la cobardía, a nuestros hermanos que buscan escapes fáciles en la vida.
Gracias Señor por enseñarme a confiar en Ti, Tú eres el que da el poder hablar, tu me das el modo de vivir y de oír, tu me das lengua y oido de discipula. Gracias Señor por elevar mi vida a alturas que jamás soñé.

Gracia Madre porque siempre podemos contar contigo, acompáñanos para ser discípulos de Cristo en todo momento de nuestra vida como lo fuiste Tú.

nila