PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

martes, 22 de diciembre de 2009

Proclama mi alma la grandeza del Señor

Salmo:

1S 2,1.45.6-7.8abcd

R. Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador.

Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
R.

Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía.
R.

El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
R.

Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria.
R. Evangelio:

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 46-56

En aquel tiempo, María dijo:

- «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»

María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor.





Que maravilloso amor el de nuestro Padre Dios, que tiene el deseo, la voluntad y el poder para cambiar nuestra suerte, nuestro sentir, nuestras vida toda, como dice el salmo:

Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria.

Nos hace salir del sufrimiento del lecho de dolor, se compadece de nosotros y nos da una vida nueva diferente por completo a la terrenal, una vestidura gloriosa, ya Miguel (mi esposo fallecido el 1912 09 y resucitado) esta sentado entre príncipes, todos los hijos del rey de reyes, ya le han recibido y estan acompañándose, ya recibió la herencia prometida, y nos espera para compartirla.

Que el Señor nos regale la Gracia que le dio a Miguel : la conversión para poder conocer a Dios como Padre bueno, amigo sin igual, confidente, Padre, rico en Misericordia tierno, dulce lleno de Amor.
y desde ya podamos cantar como nuestra Madre Maria: proclama mi alma la grandeza del Señor, cambió nuestra suerte, del dolor pasamos a la felicidad de encontrarnos con El en la Gloria preparada para nosotros.

A los ricos a los que creen que sin Dios se puede vivir los hace reaccionar porque a los humildes los ensalza los levanta y lo hace solo por la fe que imprime en nuesto corazón cuando se abre a este amor maravilloso.
los amamos en Cristo y María.

Miguel y nila

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Deja que la Trinidad despierte en ti la fe ¡Ábrele tu corazón!


Isaías 45,8; Salmo 78,18-19

Todo el mensaje de Adviento es de alegría, pero una alegría llena de esperanza, que nos da seguridad. Como siempre dispongámonos a hacer un diálogo con Dios, querido deseado tanto por mí, como por Dios, es un deseado encuentro, por lo tanto está cargado de alegría, de esperanza, como el pueblo de Israel, nosotros también roguemos, Padre ¡Cielos, destilen el rocío. Nubes, lluevan al justo. Abrase la tierra y germine la justicia! Is 55,10

Os 2,23

Sal 85,12

8

¿Cuándo se desea tanto algo? Cuando deseamos pasar de lo malo a lo bueno o de lo bueno a lo mejor o de lo mejor a lo excelente ¡Destilen rocío! El rocío amortigua la sed, el calor, las situaciones candentes, por eso deseamos que vengas, por que deseamos que mores entre nosotros, Tú seas el que alivies nuestros males, tú eres el rocío que nos traes la salvación, refrescarás nuestras mentes, quizás obtusas que no ceden al cambio, que se han instalado y están bien, aunque sus hermanos sientan el fragor de sus problemas e inquietudes.

A veces, mi corazón cerrado al perdón, pide, Nubes, lluevan al justo, para que acabe con mi dureza de no perdonar, que mal se siente uno cuando no perdona, yo he vivido muchos años, odiando y sé que cuando uno encuentra a Jesús, es como esa nube que llueve al Justo, porque se siente libre de pesos innecesarios, pero que a veces nos gusta cargar. Digamos con fe: Ven Jesús, que germine la justicia en mí, que germine en mi el derecho de reconocer en cada ser humano a mi hermano, al derecho que tiene de ser amado, defendido, escuchado. ¡Dios manda al Justo lo más pronto a mi corazón, para que rebose de alegría, en esta navidad.!

Is 55,10

Os 2,23

Sal 85,12

8

Pastor de Israel, escucha, tú que te sientas sobre querubines, resplandece. Despierta tu poder y ven a salvarnos.

Cuando tú vengas Jesús ¿Qué nos traerás? Seré su Pastor y les traeré la seguridad, para caminar hacia el Padre, les traeré la luz de mi Palabra, para que me amen, la guarden y morar en su corazón, quiero un corazón que me ame que me sea fiel, que pueda administrar los tesoros de mi corazón, tal como lo soñé. Uds. Son carne de mi carne, son el corazón de mi corazón, porque los hice así con inmenso amor, para que sean como Yo, que soy Amor.

Ese es el poder que les traigo, el poder amar, con ese amor que te salva a ti mismo y salva a los demás.

Madre Querida, regálanos, el ser dóciles a la Palabra que viene hecha carne, en Jesús y que esa Palabra nos haga morada de la Trinidad y dar a todos los que nos rodean el poder salvarnos unos a otros.

Julia

martes, 8 de diciembre de 2009

Abre no lo dejes esperar

Lucas 11,5-8; Lucas 19, 41-44

Pongámonos en la presencia de Dios y avivemos nuestra mente, para crear un ambiente de paz; un lugar adecuado donde nosotros y Dios podamos, abrirnos uno a otro al diálogo, a dejar fluir su Amor-vida, en nosotros.

Hagamos una composición de lugar, de espera, cuando uno espera a una persona, yo me acuerdo, que mi papá, trabajaba fuera de nuestra casa, de lunes a viernes y nosotros esperábamos con ansias el sábado, y nos levantábamos tempranito a esperarlo y como el carro lo dejaba a tres cuadras, nosotros corríamos a quien gana y llega primero a los brazos de mi padre, eran realmente momentos de felicidad y por su parte mi padre, nos veía dejaba su carga a un lado y nos abría los brazos para acogernos.

Que sea esa nuestra composición de lugar, momentos de encuentro esperados tanto por Dios como por nosotros.

Y esos momentos son de diálogo, de amor, de encuentro ¿Cómo lo harían los apóstoles, teniendo a Jesús a su lado? Ellos como cualquier judío supongo que sabían orar en forma personal y comunitaria como lo hacían en su sinagoga; pero la presencia de Jesús, les hizo sentir una necesidad de aprender a vivir y convivir como Jesús con el Padre.

Jesús nos enseña hoy a orar como el vecino inoportuno, que insiste hasta que el amigo le concede lo que le pide; Él ha estado esperándonos con ansias y nos abre su corazón, para concedernos lo que le pedimos.

Jesús nos dice, déjate guíar por el Espíritu Santo, Él te va a enseñar a orar con los gemidos del Padre, para que tu oración no sea egoísta sino que lo busque y poder dar a mis hermanos lo que Él me quiere regalar. A veces Dios no escucha nuestras oraciones, porque pedimos a veces lo que no nos conviene; o porque vamos dispuestos a presentarle nuestra lista de pedidos, y no buscamos hacer su voluntad; Dios quiere que nos presentemos, como el amigo inoportuno, no tengo nada, nada que ofrecerte, pero tú lo tienes todo y si tú crees que eso me conviene, o recibo porque me conoces y sobre todo me amas y yo como te amo quiero complacerte haciendo tu voluntad.

El por ser amigo nos va a complacer y por ser humildes, insistiendo, tocando su corazón con el mío.

Jesús viene hoy a nuestra casa para traer la salvación con la fuerza de su Palabra; pero Jesús se conmueve hasta llora por la dureza de nuestro corazón, Él viene feliz, a darnos el encuentro; pero a veces le damos la espalda, cerramos nuestro corazón a este tiempo de gracia,

No lo hagamos esperar, es tiempo de aprovechar el paso de Jesús por nuestras vidas, viene a traernos la paz, la alegría y nosotros como Jerusalén, hemos prostituido su venida, con el comercio, los árboles, papá Noel; teniendo tantos ídolos en el corazón, ¿Por qué lloras Jesús? Porque tu corazón es mi casa y sin embargo está convertida una cueva de ladrones, de cambista. ¿Quiénes habitan en tu mente, en tu corazón? ¿Por qué te dejas robar lo más sagrado que hay en el fondo de tu alma? ¿Con que los has cambiado?

La Oración de hoy nos pide un cambio de actitud de convertir mi corazón en una casa donde pueda morar, todo un Dios que se abaja para estar con nosotros y en medio de nosotros? ¿Cómo lo vamos a recibir en casa, en el ambiente de trabajo, de la universidad, de nuestros vecinos?

María ¡Qué delicadeza la tuya para esperar a Jesús, yendo donde tu prima a servirle, a darle la alegría de las promesas cumplidas, la salvación para todos, llevando tu fe que te hace feliz y haces felices a todos aquellos que te rodean! ¡Regálanos la dicha de ser como tú

domingo, 6 de diciembre de 2009

El Señor es grande y estamos alegres porque todos veremos la salvación de Dios

Salmo responsorial Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6

Pongámonos en la presencia de Dios, del Dios que hace tanto por nosotros, cada día, cada segundo de nuestra vida, está lleno del Amor de Dios, por eso que obra maravillas, Él es nuestra alegría y nuestro corazón lo ensalza y nuestra boca no deja de cantar sus alabanzas. El cambió nuestra suerte de grandes pecadores a ser sus adoradores, es decir buscamos su Palabra, para escucharla, asimilarlas, vivirla y predicarla.

Esta época de Adviento, es época de cumplimiento de todas sus promesas, que “estará con nosotros” y se quedará entre nosotros hasta el fin de los siglos. Este Adviento es época de alegría, de llenarnos la boca de esperanzas, de ilusión, porque Aquel que estaba en los cielos ha bajado para cambiar nuestra suerte, nuestro destino, porque para eso viene Dios, hacernos felices en convivencia con Él, para eso nos ha creado.

Baruc 5, 1-9

Tanto esta profecía de Isaías como la evocada en la primera lectura (Baruc 5, 1-9), se habían escrito cinco siglos y medio antes de Jesucristo, cuando los judíos se preparaban para emprender el camino de regreso a Jerusalén después de su destierro en Babilonia. La liberación de aquel cautiverio en el que habían permanecido durante cuarenta años

En el texto del profeta Baruc, es Dios mismo quien “ha ordenado que sean rebajados todo monte elevado y los collados eternos, y colmados los valles hasta allanar la tierra, para que Israel marche en seguro”. Ese Israel, es nuestra propia vida que conducida, por Dios nos hace ligero el camino, ante la presencia de su Palabra, Los caminos se vuelven llanos, Jesús nos dijo: los que están fatigados y cansados vengan a Mí, que Yo los descansaré.

Eso es lo que hace un camino llano, AL AMOR-VIDA, porque el que está lleno de cargas, no puede ayudar a los hermanos, a los que nos rodean, más bien aumentamos sus cargas, con nuestras insinuaciones, caprichos, desánimos, heridas.

Hagamos la prueba, de llenar un saco de piedras, y llevarlos sobre los hombros hasta cierto trecho, a ver si nos cansan y no nos permiten avanzar, aún cuando el camino es llano (camino con hermanos que te ayudan, una comunidad que te ofrece la Palabra, para descargar nuestras heridas, remordimientos, angustias… etc.); pero Dios no te ha hecho para eso, te ha hecho para vivir una vida sencilla, solucionando los problemas uno a uno; y verás que el peso del saco vamos sintiéndolo cada vez más liviano, cada vez que nos curamos con la gracia de Dios, nuestras heridas, remordimientos, angustias… etc., es como ir echando a los huecos piedras y el camino se va rellenando de paz y alegría, gozo que nada ni nadie te lo puede quitar.

Es el camino que conduce al reencuentro con Dios es necesario no sólo recorrerlo sino rehacerlo, allanando los senderos y enderezando lo torcido. Hoy diríamos, repitiendo el verso de los “Cantares” del poeta Antonio Machado: “Caminante, no hay camino; se hace camino al andar”…

A pie se marcharon, conducidos por el enemigo (piedras que llevamos) pero Dios nos devolverá con gloria, como llevados en carroza real. Dios ha mandado abajarse a todos los montes elevados y a las colinas encumbradas, ha mandado llenarse a los barrancos hasta allanar el suelo, para que tú, camines con seguridad, guiado por la gloria de Dios. Ha mandado al boscaje y a los árboles aromáticos hacerte sombra. Porque Dios nos guiará con alegría a la luz de su gloria, con su justicia y su misericordia.

Lucas 3, 1-6

En el de Isaías, evocado por el Evangelio, hay una exhortación específica a que los beneficiarios de la acción liberadora de Dios colaboren activamente en la preparación del camino. “Una voz clama: ‘En el desierto abrid el camino a Yahvé, trazad en la estepa una calzada recta a nuestro Dios’...”.

Juan el Bautista en el desierto, anuncia, la Palabra que proviene de Dios y llega a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, es una promesa para quienes efectivamente se dispongan a encontrarse con Dios, rectificando lo que hay que rectificar, corrigiendo lo que hay que corregir. “Ver la salvación de Dios” es decir, experimentar vitalmente su acción liberadora, que Él ha querido realizar por medio de Jesús, Dios hecho hombre, Hijo de Dios e Hijo del hombre.

Este tiempo litúrgico del Adviento, implica también una esperanza activa en su venida gloriosa y definitiva al final de los tiempos, que para cada uno de nosotros, en convivencia con la Trinidad pasemos a la eternidad.

Preparémonos, pues, para que en las fiestas de Navidad podamos realmente ver la salvación que quiere realizar el Señor en cada uno y cada una de nosotros, si lo dejamos actuar en nuestra vida. Tal salvación sólo es posible para quien quiera de verdad convertirse a Él saliendo del cautiverio del egoísmo, de la violencia y de la injusticia, rectificando lo que hay que corregir para ponerse en camino, con la ayuda de Dios, hacia el encuentro pleno y feliz con Él en una verdadera comunidad de amor.

Madre Querida, que este adviento nos traiga la alegría de allanar nuestros caminos y allanar al de nuestros hermanos, para disfrutar del AMOR-VIDA, que es el REINO, que Jesús vino a ponernos en nuestras manos, de barro, pero Él se confía. Gracias Mamá María.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Amo al humilde que se estremece ante mis palabras

“Así habla el Señor: El cielo es mi trono y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa podrán edificarme ustedes y donde estará el lugar de mi reposo? Todo esto lo hizo mi mano y todo me pertenece - oráculo del Señor- El hombre en quien yo me fijo es en el pobre y afligido que respeta mi palabra”. Isaías 66,1-2


Señor ¿Qué es el hombre para que te fijes en él? ¿Que los hijos de Adán para que pienses en ellos?

¿La mirada del Señor sobre mi vida, sobre lo que yo soy? Teniéndolo todo, el Señor me dice que se fija en el hombre, pero ¿Cómo tengo que ser para retener esa mirada, que clase de hombre?

El, viene a buscar al pobre, no busca juntarse ni convivir con los sabios y entendidos, sino en mi corazón, en un pobre corazón necesitado, dependiente, desnudo y con mucho frío, con muchas ansias de su Calor, sediento y hambriento por completo de El, de su presencia de su Poder, de su fuerza porque sabe que solo no puede, que ni la ciencia, ni la riqueza, ni el poder ni nada puede darnos lo que necesitamos.

Es verdad, viendo a mi esposo estos días agonizar, cada día, siento, palpo que el hombre no es nada, nosotros no tenemos ningún poder para dar vida, salud, ¡nada!, el poder viene de Dios, hasta los que decían que no creían en el, le ruegan, se postran y reconocen que el es Dios, que nosotros somos solo pobres criaturas impotentes, eso, sin poder para nada.

“Yo vuelvo mis ojos hacia el que se reconoce pobre, humilde, arrepentido de su autosuficiencia, de su soberbia, de haber pensado que podía algo sin mi. (JN 15,5)

El lugar de reposo que yo quiero, mi lugar de descanso, la morada que yo prefiero es un corazón, tierno, humilde, contrito, que no se engríe, un corazón que se estremece, que respeta, que ama mi Palabra.

Felices los que tienen el espíritu del pobre porque de ellos es el reino de los cielos.

El Señor lo único que nos pide es dejarnos amar, dejarnos hacer, ponernos en sus manos, dejarnos revestir por su Palabra, de su Gloria, de su justicia para poder tener fuerza, fe, esperanza, y poder ser después testimonio de lo diferente, de lo grande que es una vida que convive con El.

”Quítate tu vestido de duelo y desdicha y vístete para siempre con el esplendor de la Gloria de Dios, reviste cual un manto la justicia de Dios, ponte como corona la Gloria del eterno porque Dios mostrara tu grandeza a todo lo que hay bajo el cielo,

Estos días la liturgia de la Iglesia nos hablaba de la casa que esta construida sobre roca, que no es arrasada por los vientos y las lluvias, las aguas. Y experimentaba el poder de la Palabra, en nuestra vida cuando nos alimentamos de ella diariamente, en todo momento, pueden venir mil dificultades y de toda clase, pero la casa, mi vida, mi corazón, no se derrumba, no se muere, se sacudirá un poco, se doblara como un junco, pero no llega a romperse, no llega a destruirlo o arrasarlo nada, porque Dios vive dentro de mi.

Dios te llamará para siempre paz en la justicia, y gloria en el temor de Dios.

Dios nos ha destinado un nombre, una identidad para la vida eterna, desde aquí podemos ya disfrutarlo, podemos vivir honrando ese nombre, gozándonos en El, soy Paz, soy la gloria de Dios en Jesús, en su amor perfecto para el Padre. Cuanta dicha El Señor nos ofrece cuanta paz, solo necesitamos decirle:

“Estate Señor conmigo siempre, sin jamás partirte, y cuando decidas irte llévame Señor contigo porque el pensar que te iras me causa un terrible miedo de si yo sin ti me quedo, de si tu sin me te vas. Si tu vida no me das yo se que vivir no puedo….Himno de la Liturgia de las Horas)

El amor del Señor hacia el humilde no es un sentimiento, o algo bonito de oír su amor es una experiencia, es una presencia en cada persona que te acompaña en estos momentos de dolor, de temor, su amor esta en la ayuda que se recibe, en la visita del sacerdote, en los sacramentos, la Eucaristía que te traen a casa cada viernes, en el consejo, en las oraciones y en el apoyo de mi comunidad Verbum Dei así experimento el amor de mi Dios en mi vida: en hechos concretos.

Danos Señor un corazón humilde, pobre, necesitado de ti, de tu Palabra, honrando el nombre que nos has dado ya en Jesús, para que vivamos como hermanos, sujetos unos a otros en el temor de Cristo, para que nuestro amor fraterno sea sin fingimiento, sea un amor sincero que te glorifique en cualquier circunstancia.

Madre Santísima, ayúdanos, a poder cada día reconocernos pobres de espíritu, humildes y sinceros para reconocer nuestros fallos, para así poder retener al Señor en nuestra casa, bendícenos Madre para alabar a Dios en todo momento, como Tú que aun sin saber ni entender nada, lo alababas.

Nila

domingo, 29 de noviembre de 2009

El Señor es nuestra justicia


Jeremías 33,14-15:
Con la celebración de hoy iniciamos el tiempo litúrgico del Adviento. Las lecturas de este domingo, así como todas las de este tiempo, son una enseñanza profunda, coherente y bella sobre la esperanza en su sentido más alto y más vigoroso. Hemos de prepararnos entonces para descubrir la riqueza que se anuncia en eso que parece tan sencillo a veces y tan difícil otras veces: esperar.

Hay adviento allí donde hay una mirada al futuro. Cuando nos quedamos mirando sólo al tiempo pasado llegamos a volvernos incapaces de dar un rumbo a nuestra vida, como también sucede al manejar un auto: no es posible conducir hacia delante mirando sólo el espejo retrovisor. Y la vida, queramos o no, sigue, va hacia delante. El adviento es mirada hacia lo que viene.

Pero no esperamos cualquier clase de día. Los días no vienen por sí solos. Hay Alguien que nos envía los días que vienen, hay Alguien que le da color y calor a la Historia. Tal es el núcleo de la fe judía y de la fe cristiana en cuanto ancladas en un mundo real y humano: hay Alguien que anuncia los días, pues hemos escuchado: "Vienen días, dice el Señor."

Podemos decir más: Aquel que con su palabra que anuncia un futuro es Aquel que con su palabra selló con su promesa nuestro pasado. La Historia, pues, tiene una cadencia, una dirección que va de la promesa al cumplimiento. La promesa está en el pasado; el cumplimiento está en el futuro. ¿Y en el presente? El presente se posa en la cuerda tensa que va de la promesa al cumplimiento, y cuando se ha posado en esa línea de fuerza y de vida se llama ESPERANZA.

¿Y qué anuncia Dios para ese tiempo nuevo? Con ser tan breve el texto de la primera lectura, hay por lo menos cuatro cosas que encontramos ahí. Dios anuncia el restablecimiento de la Casa de David, la práctica de la justicia en la tierra, la paz para Jerusalén y la llegada de la salvación. Estas cuatro claves, que conforman como un "programa", nos orientan también sobre lo que será el tiempo del Adviento, desde estos anuncios más generales hasta la concreción en Cristo de toda nuestra esperanza y nuestra alegría.

Iª Tesalonicenses (3,12-4,2):

La segunda lectura nos ofrece un perfil interior del alma cristiana en actitud de genuina esperanza. Entresaquemos algunos rasgos que servirán para nuestra propia preparación espiritual en este adviento: el amor mutuo. Y esto es interesante, porque de entrada quita la idea de una esperanza individualista, que sólo puede ser hija de una falsa idea de la salvación como un acto que sucede en solitario, aislado de la comunidad: "Dios y yo en una botella." Toda esperanza genuina brota del deseo de un bien que nos llega de la Comunidad y apunta a un bien que se anhela para la Comunidad. Lo demás, no viene del Espíritu de Jesús.

La segunda enseñanza del apóstol es la sobriedad. La conciencia del retorno del Señor es una invitación a tomar en serio toda su palabra, todo su legado, toda la fuerza de su luz. Es hacer conciencia de la gracia que ha bendecido nuestro pasado y la gloria que él anuncia para nuestro futuro.

Lucas 21,25-28.34-36

El evangelio, por su parte, nos trae el llamado apremiante de Cristo, de ahí aprendemos varias cosas. Primero, que el adviento es algo más que la preparación para recordar la Navidad. De hecho, el tiempo litúrgico del adviento tiene dos fases bien diferenciadas, como hemos comentado en otras ocasiones: la primera, que empieza este domingo, en realidad mira al retorno de Cristo, es decir a su llegada definitiva; la segunda, que empieza en la semana anterior a la Navidad, sí se centra en las circunstancias propias del nacimiento de Nuestro Señor, como una "prenda" que afianza nuestra esperanza en el cumplimiento definitivo de las promesas.

Aprendemos también en este evangelio que, así como hay una historia marcada por la esperanza, que es la de los genuinos creyentes, hay también "historias", en un plural de disolución y confusión, que van selladas por la distracción y la dispersión. Cristo es claro: "el exceso de comida, las borracheras y las preocupaciones de la vida" pueden atontarnos, dispersarnos, distraernos hasta un punto en que ya no reconocemos ni la presencia de sus bendiciones ni la promesa de su salvación. Para quienes llegan a este estado, el retorno de Cristo será como una "trampa."

De ahí los dos grandes consejos que protegen el don de la esperanza: orar y vigilar. Si recordamos, fueron también las dos recomendaciones de Cristo en el Huerto de Getsemaní. Aquella ocasión nos decía: "vigilad y orad" (Mc 14,38); hoy nos dice: "estén atentos, pues, y oren en todo tiempo" (Lc 21,36). Hay algo profundo aquí: el adviento de la Iglesia, aunque marcado con una alegría inmensa, tiene también su aspecto de "Getsemaní." Mientras aguardamos al Señor, de algún modo hemos de recorrer el camino que él anduvo y participar de su pasión para acoger con pleno corazón su pascua.

Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Ellos te han amado luchando hasta habitar en ti ¿Y tú?

“Aun no he alcanzado la meta ni logrado la perfección, pero sigo mi carrera con la esperanza de alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos yo no pretendo haberlo alcanzado. Digo solamente esto: Olvido lo que dejé atrás y me lanzo hacia adelante corriendo hacia la meta para alcanzar el premio del llamado celestial que Dios me ha hecho en Cristo Jesús.

Así debemos pensar los que somos maduros…de todas maneras desde el punto adonde hayamos llegado, sigamos adelante

Filipenses 3,12

Meditando sobre la actitud del Apóstol, expresada en estos versículos me interpela e impacta la constatación del cristocentrismo de Pablo, siempre tan claro y evidente: Cristo Jesús, su conocimiento, la configuración a su muerte y a su resurrección, el ardiente deseo de “darle alcance” a él del que siente que ha sido definitivamente “aferrado”, el Apóstol sólo quiere, junto con los destinatarios de su carta, proseguir la carrera hacia la meta propuesta.

El ejemplo de Pablo es una fuerte y apremiante interpelación a mi vida de cristiana, de discípula de Jesús Maestro, un interrogante sobre cuál es el “eje”, el núcleo, en torno al cual gira mi existencia, mi vida, consagrada por el Bautismo.

¿Es Cristo Jesús, el Maestro y Pastor bueno, su Persona, la configuración con él en su misterio pascual, el impulso que me lleva a lanzarme siempre hacia delante, sin dejar que la “libertad por la que Cristo nos ha liberado” debilite mi entrega, mi camino hacia la identificación con el Maestro, el progresivo, aunque sea lento, proceso de cristificación?

Me pregunto, a la luz de la Palabra, ¿qué estoy dispuesta a entregar, a ofrecer y dejar a un lado para el bien de mis hermanos y hermanas en la fe y el de toda la humanidad?

No puedo vivir de espaldas a “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren...” (GS, 1). Han de ser vivencias mías, al igual que de todos los “discípulos de Cristo”.

Como el apóstol san Pablo, quiero correr también yo “hacia la meta”, y siento que la única meta que de veras me puede hacer sentir plenamente realizada sigue siendo la que el Apóstol proponía a los Gálatas y por cuya consecución él confesaba seguir sufriendo dolores como de parto: hasta que Cristo se forme en vosotros (Gal. 4, 19).

Hna Concepción.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Escúchales y déjalos que ellos preparen tu corazón para acogerlos en los hermanos

Salmo 1,2-3; Efesios 3,17

Las pautas para esta semana nos llevan por el camino de preparación para acoger a Jesús. Ante Él, aparecen los rostros de nuestros hermanos que necesitan la salvación: Hay que descubrirlos en nuestro alrededor, en nuestros ambientes, el mendigo ciego de Jericó, el rico Zaqueo, los pobres, lisiados, cojos, etc. Estos lo han acogido. Pero en este mismo camino Jesús también ha encontrado rechazo de aquellos que no lo reciben, los fariseos y legistas se confabulan contra Él, lo critican porque come con pecadores y ayuda a la gente el sábado, Herodes amenaza su vida. Pero nosotros queremos ser felices hablando con Él, meditando su Palabra y guardándola en nuestro corazón. El texto de hoy comienza diciendo:

Bendito el hombre que se complace en la ley del Señor 2 y la medita de día y de noche!. Él es como un árbol 3 plantado al borde de las aguas, 3 que produce fruto a su debido tiempo, 3 y cuyas hojas nunca se marchitan: 3 todo lo que haga le saldrá bien. Salmo 1,2-3.

Jesús nos pide momentos de oración tan fuertes como los que tiene Él, Oras al Padre y te acercas a nosotros, a nuestro corazón y nos llevas a tu corazón: nos ves y nos dices que el acogerte, no se logrará nunca a base de acuerdos o de metas, se logra en un mano a mano, en un compromiso real y verdadero de buscar tu rostro, Señor, brota desde el interior del hombre, desde el corazón. Tú insistencia Señor es a descubrir que cuando escuchamos y vivimos tu Palabra se consigue acogerte a Ti y a los hermanos.

Tú insistencia es a no rechazar los valores, las palabras, la vida que Tú nos presentas. Tú eres nuestro Camino, Tú con tu vida nos has mostrado cómo construir esa amistad contigo. Ayúdanos a comprenderlo a querer y vivir en armonía con nuestros hermanos porque si te acogemos a Ti, acogemos a cada uno de nuestros hermanos.. Necesitamos descubrir la misericordia tan grande que hay en tus palabras, en tu trato para con nuestra vida, pues sólo desde ahí podremos hacerlo Señor, nadie puede dar lo que no tiene y la VIDA-AMOR, viene de ti. Los caminos de la entrega, de la santidad a veces se nos hace difícil recorrerlos, por eso, hoy como Tú necesitamos ver y escuchar al Padre, ver y escuchar a nuestros pueblos, a nuestra gente, necesitamos aprender a amar, allí donde nos parece imposible.

Que Cristo habite en sus corazones por la fe, y sean arraigados y edificados en el amor. Efesios 3,17

Somos morada del Amor Trinitario, por pura iniciativa de un Dios que se ha encaprichado con nuestra pobre existencia, escogiéndola como su Casa. Somos el lugar donde el Dios Santo quiere morar haciéndonos partícipes de su santidad. Así nos declara abiertamente el Padre: “He escogido y santificado tu Casa (tu corazón, tu Vida) para que en ella permanezca mi Nombre para siempre. Allí estarán mis ojos y mi corazón todos los días” (2Cr 7,15). Pero nuestra santificación es obra del Espíritu, Señor y dador de Vida, que derrama la plenitud de Amor Señor, porque edificar en el Amor, no es algo a hacer, se trata de desarrollar el amor que Tú ya has derramado en nosotros. Es la insistencia que San Pablo nos hace : “No tengan con nadie otra deuda que la del amor mutuo” (Ro 13,8-10).


En tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo en este momento es tan gratificante ver cómo muchos viven amando. Cuántas personas hay enfermas y otras las atiende, vecinas que tienen la delicadeza con la otra persona de ofrecerle o de llevarle algo de comer pues su familia trabaja; detalles en el mismo trabajo en las dependencias públicas donde encuentras un trato de personas, de delicadeza y de atención aún en medio de conflictos. El amor es nuestra meta, y el Amor se da en nuestro mundo.

Sólo necesitamos valorar todos esos detalles que se van dando a nuestro alrededor. Permanecer en esta presencia amorosa de la Trinidad marca el ritmo de nuestro vivir fraterno en una totalidad totalmente nueva: Ser familia. ¡Qué grande es vivir en hogar, en calor de hogar, en familia, en comunidad!. ¡Y qué gozo nos da el poder transparentarlo!.

Madre Querida enséñanos a preparar el corazón para acoger a Jesús y poder darlo a nuestros hermanos, como Tú.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Yo, tu Rey quiero habitar en tí

Daniel 7, 13-14; Apoc. 1, 5-8; Juan 18, 33-37

Sal 92

Nos ponemos en presencia de este Rey, que viene revestido más que de magnificencia y majestad, viene revestido de humildad, para enseñarnos a nosotros que la pobreza espiritual, vale más que todo el poder, que tienen los reyes de la tierra, presidentes o magistrados.

Por eso mi Rey es justo, bueno y misericordioso porque se abaja y conoce nuestra pequeñez, la comprende y la ama. Y nos da mandatos fieles y seguros que los vamos a cumplir, porque jamás nos pedirá más allá de nuestras fuerzas. Por eso hoy, lo vamos a reconocer como Rey desde el fondo de nuestro corazón, mente y voluntad para amarlo sobre todas las cosas.

Juan 18, 33b-37 Celebramos hoy la fiesta de Cristo es el Rey, reconocer que Jesús es mi Señor" y "Yo soy siervo de Cristo" desde el corazón y la mente.

Es un ejercicio de fe, en creer “Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera en manos de los judíos”.

Porque el reino que nos ofrece Jesús está más allá del tiempo y el espacio y donde sólo existe el poder de Dios; Aquí y ahora.

No esperemos que su poder se manifieste en los tiempos finales; sino que desde ahora, Cristo nos da la fortaleza para que el impere en nuestras vidas, a mi me encanta cuando Jesús dice, antes de ir al Calvario, ahora el demonio, ya no tiene poder sobre mí, porque aunque tenga las tentaciones, mi Palabra vencerá.

Él quiere que nosotros tengamos ese poder de decir, que el demonio no tenga poder sobre nosotros, porque en diálogo con Él, podemos derrotar a todos los demonios que nos quieran atacar, ¿A qué demonio no le voy dar cabida, hoy? Al de la pereza, de no levantarme a orar, porque si quiero encontrar fuerzas para vencer el mal, la única manera es que la Palabra de Dios en mí, escuchada, asimilada y predicada, reine en mi mente, corazón y voluntad.

De lo contrario el demonio me encontrará débil y tendrá poder sobre mí.

El es Rey y cuando no dialogamos somos capaces de dejarlo en la terrible soledad en la que muere el Señor: abandonado por cuantos le temían: los fariseos y Pilato; por quienes le depreciaban desencantados ante un Mesías demasiado poco agresivo: como los que querían que derrote a los gobernantes, con violencia; también por quienes le seguían y amaban sinceramente, pero que acabarán huyendo, escondiéndose o renegando: como sus discípulos.

La Verdad de Jesús, la Verdad de Dios, es que habita en nuestros corazones para reinar en Él.

Mamá María, ayúdanos a que Jesús, sea nuestro único Rey y que su Palabra tenga poder sobre nosotros.

Julia

sábado, 21 de noviembre de 2009

A nuestro Amor lo llevamos en vasijas de barro


Recuerdo que hace un año cuando falleció mi sobrino, su esposa, joven como él, repetía incansablemente esta frase “no tenia que ser así”, y me daba cuenta de que dentro de los planes de ella, no había estado el quedarse viuda, el “perder a su esposo tan pronto”, que difícil era aceptar que su vida cambiara, no fuera como lo había planeado….

Y orando con la cita de los discípulos de Emaus, (Lucas 24, 13-27) los veía así, frustrados porque la cosas no tenían que haber sido así, ellos habían creído porque esperaban algo muy diferente, un cambio para bien de su pueblo Israel pero todo lo habían ubicado a su manera, porque no habían ido a ver las Escrituras se habían quedado viendo lo que pasaba únicamente

¡Cuánto nos falta preguntarle al Señor, dialogando con El que es lo que significa todo lo que me pasa, que hay detrás de lo que acontece en el trabajo, en mis estudios, en mi vida cotidiana, con mis sentimientos, con mi hijos, mis amigos, mis padres ¿Como tengo que vivirlo? Señor ¿para que es esta experiencia? ¿Que es lo que tengo que ver y no puedo?

Jesús quiere permanecer con nosotros, quiere hacerse compañero de vida “Mira que estoy a la puerta y llamo si uno escucha mi voz y me abre, entraré en su casa y comeré con él y el conmigo” Ap 3,20;

Cuando los discípulos Emaus caminaban conversando de lo ocurrido, era el tema de conversación, todos los peregrinos estaban enterados de lo que había pasado…a veces todos saben nuestros problemas, pero a Jesús no lo hemos hablado con Jesús, por eso El les pregunta ¿Qué paso?, y le contaron todo el asunto.

De la misma manera Jesús toca nuestra puerta para contarle todo aquello que esta pasando en nuestro corazón se quiere hacer confidente, amigo, compañero, Maestro de vida.

“Algo impedía que sus ojos lo reconocieran” ¿Porque nos cuesta reconocer a Jesús como estos dos amigos?: Porque estaban muy entretenidos repasando los acontecimientos, viendo todo lo malo, los fracasos, demasiado ocupados en lo que les hacia sufrir, en sus frustraciones, sus criterios de las cosas acontecidas en Jerusalén.

Así nos pasa cuando de lo que acontece solo vemos lo malo, lo triste, y no abrimos el corazón para escuchar a Dios y dejar que nos enseñe a ver su camino, su proyecto y lo bueno que va saliendo de nosotros.

Jesús esta en nosotros, porque su deseo ha sido ese, que seamos su casa, su vasija, su templo, su morada, pero nosotros por entretenernos en nuestras cosas, no percibimos su presencia no lo reconocemos, solo cuando nos explican las escrituras, cuando oramos con la Palabra de Dios vamos tomando conciencia de que El esta Vivo, resucitado y morando en nuestro interior, para enseñarnos que hay un plan, un propósito, que el fracaso como parecía su suerte en la cruz, que la tristeza, que las tinieblas de esa tarde, iban a convertirse en algo muy grande, en una Luz que iba a iluminar toda la historia de la humanidad.

Por eso Jesús cuando se acerca a los amigos de Emaus, lo hace como un compañero que les va ayudar a que recuerden lo que estaba escrito, “¿No tenia que ser así y que el Mesías padeciera para entrar en su gloria?” Entiendan, crean que a Dios no se le ha ido de las manos su Proyecto de salvar al mundo en la cruz. Jesús, mientras siguen caminando, les interpreta todo lo que se decía de El en todas las Escrituras.

Nuestra vida esta escrita en la Palabra de Dios, allí esta todo lo que nosotros necesitamos para saber como vivir, les dice…tenia que ser así…porque Dios es nuestro Padre y sabe que es lo que nos conviene para ser felices, y como cambia todo, lo que nos parece muerte se convierte en vida, gozo donde hay tristeza, si vamos a la escritura descubrimos que hay esperanza, que la fe nos da una visón de las cosas diferentes.

Entonces aceptamos que somos frágiles, débiles para pensar, somos vasijas de barro que se rompen con facilidad si no tienen conciencia de que en nuestro interior hay una fuerza soberana, suprema, sobrenatural que vive para acompañarnos, amarnos, darnos todo lo que necesitamos y que quiere ser manifestada, que Dios quiere darse a conocer a través de aquello frágil y pequeño que somos, Dios quiere que se le conozca a través de aquello que estoy pasando, que vea el sentido, llevamos este tesoro en recipientes de barro, para que se vea que esta fuerza extraordinaria, esto que me sostiene, no procede de mis títulos, no proviene de mis doctorados, no proviene de mi dinero, esta fuerza que me sostiene procede de Dios que mora en mi.

Jesús se acercó a los discípulos de Emaus y los encontró sin fe, con mucho miedo, huyendo de Jerusalén a un “pueblecito llamado Emaus”, sabían que buscaban a los seguidores de Jesús y huían, se olvidaron de todo lo que Jesús les había dicho, les había encargado predicar el Evangelio, pero no pensaban para nada en eso, al contrario, “ya todo esta hecho”, ya no hay mas que hacer, que frustración, y llevaban la mala noticia a su pueblecito.

Nosotros también si nos olvidamos del encargo de Jesús, si no dejamos a Jesús entrar a nuestra vida y llenarnos con su Amor, nos convertimos en un vaso de barro vacío que araña, porque el barro no tiene una textura muy lisa, y los que se acercan a nosotros si no nos dejamos llenar por el Amor, lastimamos al otro.

Los discípulos de Emaus al dejar a Jesús entrar a su conversación, a llenarles el corazón, haciéndoles arder de amor con su Palabra, su vida como cambia, así es en la oración uno sale del dialogo íntimo con El muy diferente de cómo entró.

Pensabas hacer una cosa, ir a Emaus y regresas a Jerusalén, sales con un proyecto diferente porque te encamina en lo que debe ser en lo justo y necesario… Jesús los situó en las escrituras en el proyecto del Padre “entonces les dijo “Que poco entienden ustedes y que lentos son sus corazones para creer”, a veces el corazón esta perezoso, nos es mas fácil pensar lo peor, decir “ya todo esta hecho, ya no hay nada mas que hacer, así es pues que vamos a hacer, no resultó y punto”, nuestro corazón se pone fatalista como los amigos de Emaus.

Puede que nosotros estemos ahora así, lentos para creer, nuestra fe va en retroceso en lugar de avanzar, lejos de afrontar las persecuciones huimos, tenemos mucho miedo porque no entendemos, leemos la Palabra pero no la aplicamos a nuestra vida, no sabemos interpretarla.

Necesitamos dejar a Jesús morar en nuestro corazón, al Dulce Interprete del Alma, el Espíritu Santo que nos enseñe a discernir los acontecimientos bajo la luz de su Palabra.

Nosotros solo somos vasijas de barro, no somos luz, no tenemos luz si El no nos llena si no nos ilumina el corazón.

“El mismo Dios que dijo: brille la luz en medio de las tinieblas, es el que se hizo luz en nuestros corazones, para que se irradie la gloria de Dios tal como brilla en el rostro de Cristo” 2Cor 4,6

No tengas miedo, nuestra vida no se le ha ido de las manos a Dios, el es nuestro Padre y va a llevar a término lo que ha destinado para nosotros.

“Con todo, llevamos este tesoro en vasos de barro, para que esta fuerza soberana se vea como obra de Dios y no nuestra. Nos sobrevienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos, estamos entre problemas pero no desesperados, somos perseguidos pero no eliminados; derribados pero no fuera de combate….y mientras en nosotros actúa la muerte a ustedes les llega la vida”. 2 Cor4, 7-9.12

Dios a elegido lo débil, lo frágil, con un propósito, para que su fuerza se vea, por eso, no escogió vasos de oro, escogió lo humilde lo pobre, vasijas de barro, para llevar su Evangelio, para que sea su Palabra la fuerza que nos levante, tenemos un tesoro, la riqueza que el mundo necesita por eso no nos podemos dejar vencer, nuestra vida tiene un solo destino ir a Jerusalén, no a lloriquear a cualquier pueblecito, somos templo de Dios, somos su morada.

A mi me ayuda mucho entender mi vida y todo lo que pasa en mi familia desde la Palabra, solo Jesús puede decirme que significa cada cosa, y reconocer que así como soy de barro, así Dios me viene a enriquecer con su Presencia, su Fuerza y su Poder para darlo a conocer, para poder dar de beber al que lo necesita dar de beber Amor, porque si El me habita, si El me enseña y me llena y me colma, podré dar de beber al otro, solo le pido que no me deje vacía, que no se vaya de mi, para no ser un pobre vaso de barro vacío que no tenga amor para dar.

Pidámosle a María nuestra madre, que cuantos nos vean reconozca que la Fuerza viene de El, la fuerza no nos viene de los títulos, del dinero, de la sesión con el sicólogo, de nada que podamos tener nosotros: Esta Fuerza soberana que nos acompaña, enseña y auxilia en nuestro caminar procede de Dios no es nuestra.

nila

sábado, 14 de noviembre de 2009

Dios esta tan cerca...vive con El para que seas reflejo de su Amor

La felicidad mas grande es saber que Dios está tan cerca de nosotros, por eso Jesús nos invita a orar a dialogar con El íntimamente como dos amigos, como Padre e hijo, como hermanos como tú quieras, pero “entra a tu pieza”, a tu corazón- “cierra la puerta y ora a tu Padre que esta allí a solas contigo. Y tu Padre que ve en lo secreto te premiara” Mateo 6

“Cierra la puerta para que nada te distraiga, necesitas experimentar que no estas sola, que estoy dentro ti estoy mas cercano que nadie en el mundo, me necesitas en estos momentos, en que sientes que estas sola, que estas solo, que nadie te acompaña en esta lucha por la vida, en este momento de acompañar a alguien que sufre, necesitas saber que me tienes a tu lado, contigo, que no eres un cuerpo vacío, solo un conjunto de huesos y carne, solo materia, dentro de ti estoy Yo, para darte todo lo que necesitas”.

Señor que maravilloso es saber que vives dentro de mi, que no tengo que ir a la Iglesia únicamente para encontrarme contigo, que puedo adorarte y pedirte y agradecerte aquí a solas contigo.

Pero no fue siempre así, Dios siempre estuvo conmigo pero no le daba mucha importancia, solo lo sabia como de pasada, cuando me hablaban de amar a Dios, para mi era una teoría, porque nunca imaginé que se podría amar a Jesús como a una persona, como amo a mi esposo, a mi hijo etc. me parecía imposible, porque estaba en el mundo… decía Jesús a sus apóstoles.

“el mundo no me puede ver porque no me conoce” Y que gran verdad.

Empecé a amarlo, orando con la Palabra poco a poco, mañana tras mañana; día tras día meditando en su Palabra fui conociéndolo y amándolo - -nadie ama lo que no conoce-.

Fue poco a poco, ir sabiendo ¡Cuanto me ama que para vivir dentro de mi tuvo que morir!, tenia que ser así, entregarse por amor a mi, morir en una cruz para habitar en mi, así lo quiso y le pareció bien, sabia que era la única manera de entrar dentro de mi para enseñarme a amarlo y amándolo guardar su Palabra por puro amor, conducir desde dentro mis deseos, mis pensamientos, todo lo que soy hacia lo que El, es de modo que sea El quien viva dentro de mi, no yo, no lo mío sino lo suyo, Jesús quería continuar amando, sirviendo, salvando al prójimo desde dentro de mi, El hizo con su muerte y resurrección por amor a mi, que mi vida sea su templo.

¿No saben ustedes que son templo de Dios?, tu cuerpo, tu vida, tu ser, es sagrado, quiere decir lugar de Dios un lugar santo, consagrado para Dios, un lugar de sacrificio vivo y santo, ofrecido por El, para El, con El y como El para amar a Dios y al prójimo.

El que esta en el mundo como estaba yo no entiende de esto, pero Jesús te necesita y a mi y a todos para llegar a ese alguien que aun no le ama y por eso no guarda su Palabra porque no lo conoce porque nadie le ha dicho que su cuerpo es templo de Dios, que no esta solo, que Dios esta cerca de El ese alguien que esta en el mundo que no ve ni lo conoce a. a ese también quiere llegar Jesús.

“Si alguien me ama guardara mi palabra y mi padre le amara y vendremos a el y pondremos nuestra morada en El.” Jn 14,23

Si alguien me ama, si esa persona que esta en el mundo oye de mi dejará todo su vida equivocada, dejará las cosas o personas que lo están perdiendo y buscará a Jesús como fueron la hemorroisa, los leprosos, los ciegos, los endemoniados, todos estaban en el mundo en pueblos lejanos, marginados, escondidos…pero escucharon de Jesús…y ¿que escucharon? Que es Bueno, que las escrituras las cumplía con su vida, que hablaba de un Padre que es amor, que ayudaba, daba de comer, iba a la casa de los enfermos, curaba, era amigo de pecadores, lo que escucharon de Jesús los animó a salir para conocerlo para cambiar sus vidas.

Ese alguien que conoces necesita saber de Jesús para que le cure sus heridas, para que le ame y guarde su Palabra.

José Luis Perales tiene una canción que dice “es hermosa la vida si hay amor, es hermoso entregarse por entero a alguien.

Si, yo te digo que es hermoso, desvelarse con la persona enferma, renunciar a tu cansancio, a lo que quisieras hacer, es hermoso cargarle, asearle, yo nunca pensé que podría cargar a mi esposo, levantarlo con todo su peso, ahora puedo hacerlo pero no soy yo, es la fuerza de Dios que habita dentro de mi, es cierto es una realidad; la realidad es que Dios esta dentro de ti, no te deja solo nunca.

Es mas fácil guardar la Palabra entregar la vida, ser sacrificio vivo y santo si amas a Dios, entonces le dices si a todo, hágase tu voluntad, lo que quieras Señor, cuando quieras, como quieras, tuya soy para vos nací toma, mi memoria, mi entendimiento mi voluntad, como lo hicieron tantas personas como nosotros, Santa Teresa, San Agustín, san Ignacio y muchos mas…ellos no fueron personas con poderes especiales en vida, fueron como nosotros solo que guardaban la Palabra porque amaban a Dios, y le amaban porque dialogaban con El constantemente.

Es mas fácil sufrir si amas, servir al hermano, aceptar lo que te parece pesado, difícil, e imposible de sobrellevar, es mas fácil, ofrecer tu cuerpo al que te necesita….porque tu cuerpo ya no te pertenece le pertenece a Dios.. “A gran precio has sido comprado”, “para que el que viva ya no viva para sí sino para Dios”.

Si dejas vivir dentro de ti a Jesús Luz del mundo, desde tu interior iluminará tu caminar, y tu ser podrá ser reflejo de su amor para el mundo.

María nuestra Madre que también mora dentro de nosotros porque María es inseparable de su Hijo, del Padre, por obra del Espíritu Santo también nos acompaña, Tengo, como decía nuestro fundador el P. Jaime Bonet “todo un equipo caminando conmigo”, entonces “¿Quien podrá contra mi?” ¿A quien he de temer? ¿Ante quien temblaré? ¿Quién me podrá separar del Amor de Dios?....Aunque un ejército acampe contra mi, aun no tendré miedo. Dios el Héroe que me salva esta dentro de mí. ¡Alabado sea el Señor! Salmo 27

Que Dios te bendiga.

nila