PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

jueves, 29 de octubre de 2009

La fe es buscar la voluntad de Dios por encima de uno mismo

Mateo 26,39-46.

Que calidad de Fe tan especial, tan admirable, tan extraordinaria la que nos muestra Jesús en esta oración.

Es muy alentador como Jesús va creciendo en esa calidad de fe, durante este momento tan decisivo de su vida, y lo hace en un clima de diálogo con el Padre, en que siente la prueba en carne propia.

Le pregunto a Jesús ¿Por que tuvo que pasar esto? Y lo que me responde Jesús es por Ti. El Señor veía ya nuestra vida atacado por un montón de tentaciones, que no solo vienen de fuera, sino vienen de dentro, son las más fuertes, por que tienes que ir en contra de lo que tu piensas, en contra de tus sentimientos, en contra de lo que tu crees que es lo mejor.

Cuando comprobamos que hay en nosotros la tentación del eficacísimo tan arraigado en nosotros, Jesús también siente eso en Getsemaní, ve que su muerte no es eficaz en ese momento, sus discípulos duermen , no entienden nada, hablan de espadas, duermen, se debía preguntar ¿cómo los voy a dejar así?. Todavía no es hora… sintió miedo angustia, tristeza, estos sentimientos son muy fuertes, cuando nos cogen, ¿no, se si les ha pasado a ustedes?, el miedo nos hacen ver fantasmas, se acuerdan cuando los discípulos estaban en la barca al ver caminar a Jesús sobre las aguas pensaban que era un fantasma, por purito miedo… Mateo 14, 26

Jesús siente ese miedo, Padre aparta de mi este cáliz, pero lo asombroso en Jesús es que El da el paso de decir inmediatamente, que se haga tu voluntad no la mía, y es eso lo que muchas veces nos pasa a nosotros dar ese paso de fe y no dar paso a otros pensamientos, a otras tentaciones y escucha cual es la voluntad del Padre:

“Que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de Dios”, Entonces si hay que pasar la prueba venga, vamos…Y ahí da el paso, ojala que nosotros aprendamos esta calidad de oración, que es la que acrecienta nuestra fe, Señor que se haga tu voluntad, no la mía, al dar este paso, amamos más a Dios, y Dios cuando encuentra un corazón que le ama , la ayuda en su misión, se derrite por El, y se vuelca con toda clase de bendiciones, manda a todos su ejército de Ángeles para que ese si que le hemos dicho a su voluntad, llegue a su fin.

Dios cumple su promesa. “El que de un vaso de agua a un discípulo encontrará recompensa” Mateo 10,42.

Hna Gloria Medina.

martes, 27 de octubre de 2009

Guiaré entre consuelos a los ciegos y cojos

Jeremías 31, 7-9; Hebreos 5, 1-6; San Marcos 10,46-52

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos.» El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas.

Las lecturas de hoy tienen un delicioso sabor de alegría. Es el gozo del pueblo que vuelve a casa, en la primera lectura; es la solemne ventura del llamado al sacerdocio, en la segunda lectura; es la felicidad desbordante del ciego curado en el evangelio.

Y es que el Evangelio mismo lleva escrito en su propio nombre la alegría, porque es "buena noticia". ¿Cuál es la Buena Noticia? Que tenemos a Emmanuel, a "Dios-con-nosotros", y esa alegría la percibimos y la proclamamos con más fuerza cuanto mayor era nuestra urgencia de ser salvados, de ser curados, de ser guiados, de ser liberados. Esto explica bien quiénes son y quiénes serán los que primero descubran las riquezas del mensaje y la persona de Jesucristo.

A veces tenemos dificultades de alcanzar la alegría y nos parecen especialmente agudas en nuestros días. Y esta es la razón de nuestro mensaje. La sociedad tecnológica ha logrado multiplicar las ocasiones de placer, pero encuentra muy difícil engendrar la alegría. Porque la alegría tienen otro origen. Es espiritual. El dinero, el confort, la higiene, la seguridad material no faltan con frecuencia; sin embargo, el tedio, la aflicción, la tristeza forman parte, por desgracia, de la vida de muchos.

O ¿Será que nos sentimos impotentes para dominar el progreso industrial y planificar la sociedad de una manera más humana? ¿Será que el porvenir aparece demasiado incierto y la vida humana demasiado amenazada? ¿O no se trata más bien de soledad, de sed de amor y de compañía no satisfecha, de un vacío mal definido?.

A veces bien cerca de nosotros, el cúmulo de sufrimientos físicos y morales se hace oprimente: ¡tantos hambrientos, tantas víctimas de combates estériles, tantos desplazados! Estas miserias no son quizá más graves que las del pasado, pero toman una dimensión planetaria; son mejor conocidas, al ser difundidas por los medios de comunicación social. Sin embargo, esta situación no debería impedirnos hablar de la alegría, esperar la alegría. Es precisamente en medio de sus dificultades cuando nuestros contemporáneos tienen necesidad de conocer la alegría, de escuchar su canto. Ellos deben estar presentes más que nunca en nuestras oraciones y en nuestro afecto.

Nos hemos acostumbrado a meditar en la alegría que Jesús nos trae, porque nos sana, instruye, libera y alimenta. Hoy es un buen día para reflexionar también en la alegría misma de Jesús.

La mayor felicidad de Jesús es ver la acogida que se da a la Palabra, la liberación de los posesos, dar la vista a los ciegos, la conversión de una mujer pecadora y de un publicano como Zaqueo, la generosidad de la viuda. El mismo se siente inundado por una gran alegría cuando comprueba que los más pequeños tienen acceso a la Revelación del Reino, cosa que queda escondida a los sabios y prudentes. Sí, "habiendo Cristo compartido en todo nuestra condición humana, menos en el pecado", él ha aceptado y gustado las alegrías afectivas y espirituales, como un don de Dios.

Para el cristiano, como para Jesús, se trata de vivir las alegrías humanas, que el Creador pone a su disposición, en acción de gracias al Padre.

Esta certeza es inseparable de la conciencia de Jesús. Es una presencia que nunca lo abandona. Es un conocimiento íntimo el que lo colma: "El Padre me conoce y yo conozco al Padre". Es un intercambio incesante y total: "Todo lo que es mío es tuyo, y todo lo que es tuyo es mío". El Padre ha dado al Hijo el poder de juzgar y de disponer de la vida. Entre ellos se da una inhabitación recíproca: "Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí". En correspondencia, el Hijo tiene para con el Padre un amor sin medida: "Yo amo al Padre y procedo conforme al mandato del padre". Hace siempre lo que place al Padre, es ésta su "comida". ¿Y la nuestra? ¿Es una relación personal con Jesùs?

lunes, 26 de octubre de 2009

Jesús nos da su Gracia para vivir como Él

Esta mañana contemplaba la sabiduría de Nuestro Padre Dios, y sentía tantos deseos de decir ¡Cuan Grande es El! Cuan grande es el Padre que en su infinito amor “nos destino para ser hijos suyos en Jesucristo, así lo quiso y le pareció bien sacar alabanzas de esta gracia tan grande, que nos hacia en el Bien Amado, en el y por su sangre fuimos rescatados se nos dio el perdón de los pecados, fruto de su generosidad inmensa.” Efesios 1,5-7

¡Tanta sangre derramada! La Sangre de Jesús el Hijo de Dios por ti y por mi, ¿Tanta Gracia para que? ¿Porque?, para sacar alabanzas de esta Gracia tan grande, para vivir para El y como El, haciendo el bien, teniendo una vida feliz en El.
Jesús quiere que vivamos como El, pero no es un mandato vacío, un capricho; vivir como El implica un camino de cruz, coge tu cruz y sígueme nos ha dicho, este seguimiento va a encontrar en el camino pruebas, pero que tienen un objetivo, darnos la salvación, la vida eterna.
Jesús, Tú te sometiste a todo no te importó, tu seguridad física, tu comodidad o felicidad en esta tierra, tu vida entera.

Su camino estuvo lleno de pruebas, Jesús no vino a pasarla bien a este mundo, como turista a conocer gente de Israel, de Samaria o de Galilea Jesús vino a cumplir la Voluntad del Padre, a enseñarnos a cumplirla, a enseñarnos el Camino y la Verdad que llevan a la Vida eterna, nosotros para seguirle, necesitamos ver con sus ojos, para no renegar de la cruz, del dolor del sufrimiento, de la contrariedad, porque de todas maneras las vamos a tener, es mejor amar la cruz, amar lo que nos hace sufrir, gozarnos en ello porque estamos siendo sacudidos de nuestras impurezas; porque el sufrimiento nos lo causa, el aferrarnos al placer de vivir bien, sin dolores, sin escaseces, sin que se nos contraríe, que todos y todo sea como nos gusta a nosotros.

Jesús con que cariño le advierte a Pedro lo que va a suceder pero le da una seguridad, “yo rogaré por ti”. Jesús no se cansa de decirnos que no se va a separar nunca de nosotros.

¡Simon, Simon!, Mira que Satanás ha pedido permiso para sacudirlos a ustedes como trigo que se limpia; pero yo he rogado por ti para que tu fe no se venga abajo. Y tú, cuando hayas vuelto, tendrás que fortalecer a tus hermanos” Lucas 22, 31-33

Pedro tenia que pasar por todo ello, porque Jesús lo había elegido como cabeza de su Iglesia, le había dado las llaves del Reino, era necesario que Pedro viviera este proceso de conversión, de transformación, así como nosotros no podemos dejar de pasar por las sacudidas, son necesarias para ser felices, para vivir la vida eterna, para cumplir nuestra misión en esta tierra.
Contemplaba esta mañana a Pedro, como debe haber vivido este proceso de transformarse de Simón en Pedro…. Que después de haberle dicho “Señor estoy dispuesto a ir contigo a prisión y a la muerte”, delante de los demás discípulos, él siempre tan valiente se acobarda justo cuando Jesús mas le necesita, que doloroso debe haber sido este proceso de conversión para Pedro, muy doloroso, su amor propio, su ego, tenia que haber sufrido mucho.

Precisamente, eso quería Jesús, que Pedro cambie, se haga mas débil para llenarlo de su Gracia para que viva como El y continúe la misión…por eso el Padre permite a Satanás que lo sacuda de la autosuficiencia, de la soberbia, para que sea humilde; y no solo Pedro todos iban a ser sacudidos, pero yo he rogado por ti le dice Jesús a Pedro, se dirige a Pedro personalmente para decirle que va a estar con El porque le necesita fuerte en El, Pedro tenia que reconocer que sin Jesús no puede hacer nada, era necesario dejarse llenar de Su Fuerza y su poder para poder fortalecer con esta Fuerza y Poder a los suyos. A los que el Señor le había encomendado.
Por eso, el Señor hoy nos invita a mirar más allá de lo que vivimos, “Mira” su Plan de salvación, que es lo que hay detrás de los zarandeos o sacudidas.

En el seguimiento de Jesús vamos a tener fuertes sacudidas: sentimientos que nos aplastan por un trabajo donde nos sentimos explotados, o cuando nos sentimos incomprendidos por la esposa, cuando nos resentimos con los hijos o los hermanos que no nos ayudan o también una enfermedad, el dolor físico que nos agobia, que nos limita y esclaviza, todo lo que quisiéramos hacer y no podemos, a veces es el cuidado de una persona, de la nieta, de los hijos que nos ata a un ambiente, ¡allí esta la sacudida!, en nuestro interior, en la purificación de nuestros deseos, queriendo crear en nosotros un corazón puro, limpio para verle…allí esta el Señor actuando, queriendo modelarnos, hacernos imagen suya, semejanza de Jesús.

Que bueno que le demos gracias en cada remezón, sabiendo que no estamos solos: Primero, que si el Padre lo esta permitiendo, su mirada está sobre nuestra vida para purificarla… y Segundo, está permitiendo que Jesús nos defienda, que ruegue por nosotros, entonces nos queda a nosotros amar su voluntad, amar y acoger con alegría el deseo del Padre de limpiarnos para dar mejores frutos, como lo hizo con Pedro, y salir a fortalecer a nuestros hermanos, a nuestros hijos, a los que Dios nos ha confiado ¿que podremos dar, si no lo hemos recibido antes?
Somos elegidos de Dios hay que darle gracias, Jesús ruega por nosotros, por ti por mi, porque nos necesita a para los demás hermanos, nos ha dado la llave, nosotros tenemos en nuestras manos el callarnos o hablar de El, el vivir o no alegres en la prueba, tu cuando hayas vuelto tendrás que fortalecer a tus hermanos.

…Cuando hayas vuelto, ¿de donde tienes que volver? ¡De las pruebas!, pero si no has ido, ¿Si no lo has aceptado que podremos dar?, quejas, reclamos, amargura…. Tendrás que fortalecer, es un mandato de amor, Jesús nos pide, nos quiere fortaleciendo a los demás, no es si quieres o si puedes, Jesús nos hace el llamado nos invita a escuchar, El está a punto de partir a Getsemaní a vivir la Pasión camino a la cruz…Tú, sígueme

Simón, Simón, dos veces como llamó Dios a Samuel, con cariño, para darle una misión…Juan, Juan… Hilda, Hilda, no tengas miedo, vive las sacudidas, las pruebas con alegría, con fe con esperanza, tienen un fin, están sacando de ti las impurezas, los apegos, el placer de querer estar bien, hacer lo que te place, no tengas miedo, yo estoy contigo, rogando para que tu fe no se venga abajo, “Yo, dice Jesús, se lo que se experimenta, lo que es ser sacudido, se del dolor, de la traición del que se había sentado a la misma mesa, del dolor físico de todo el cuerpo, he llorado, he amado sin ser correspondido, te comprendo, pero mira mas allá, mírame a mi, mi mirada esta puesta en el Padre, en su voluntad”, de salvarnos a todos, si hoy te toca a ti bendícele a Dios.
El Padre, si permite a el enemigo sacudirte, es para hacerte mas fuerte sacar esas debilidades que te hacen tan vulnerable, que te esclavizan, que te paralizan, vas a regresar con mas fuerza a enseñar a otros, a fortalecerles, tenemos la Gracia, tenemos a Jesús, el Don del Padre que no se separa de nuestro lado que ruega por nosotros, por nuestra fe.

Para Pedro, después, todos estos remezones tuvieron sentido, lloró mucho, se arrepintió mucho, pero con que humildad después le confiesa a Jesús por tres veces cuanto le amaba, a él que tanto le gustaba hablar demás, solo le dice “Señor tu sabes que te amo”, que tono tan humilde y entregado, “Señor tu lo sabes todo”…., sabe que va a ser sacudido muchas veces mas, pero que siempre Jesús va a estar con él, rogando por su fe…hasta el fin de la historia.

Nuestro seguimiento el querer vivir como Jesús es un camino de conversión diario, que no podemos vivirlo tampoco sin la ayuda de nuestra Madre, la Madre de Jesús y nuestra, que ella nos acompañe y nos regale de su fe, para vivir alegres como ella lo hizo en medio de las pruebas.

Nila.

jueves, 22 de octubre de 2009

Oramos para aumentar nuestra fe

Mateo 17,14-21 (paralelo) Marcos 9,14-29,


Que Dialogo tan real y tan profundo se entabla entre Jesús el padre del Epiléptico y los discípulos.
Jesús acababa de tener la experiencia en el tabor, una experiencia tan divina, una Teofanía , al bajar se encuentra con una realidad tan humana, la falta de fe y El ve lo que nos perdemos por no tener fe por eso se enfada, empuja exige que demos un paso más de fe.

El Padre había visto el fracaso de los discípulos por eso había perdido la esperanza, la confianza en que su hijo quedaría sano y por eso le dice a Jesús: "Si puedes hacer algo ayúdame","ten compasión de nosotros" y Jesús le contesta !Cómo si puedes1 Todo es posible para el que cree. Ya a los discípulos también les había llamado la atención con palabras fuertes, enérgicas, que a cualquiera asustan " Generación tan incrédula y extraviada", por que dices si puedo Todo es posible para el que cree y que respuesta tan humilde la del padre:

¡Creo, Señor pero aumenta mi fe!

Para poder acrecentar nuestra fe necesitamos humildad, para reconocer nuestra poca fe; lo mismo hacen los discípulos cuando llegan a la casa, ¿Señor por que nosotros no pudimos? Y Jesús le dice: No tienen fe y les falta oración.

Creo que en este mes de octubre, mes morado, mes del Señor de los milagros, aprovechemos estos últimos días, para reconocer que nuestra fe es aun es muy poca, que no tenemos ni siquiera la necesaria para recurrir a Dios, con un corazón humilde y pedirle.

Ojala que todo el Perú, la Iglesia peruana, la comunidad Verbum Dei podamos reconocer que nuestra fe no alcanza para cambiar nuestras realidades de falta de amor al prójimo, de falta de amor a Dios. Reconocer que nuestra fe es débil, que se queda a un nivel muy natural, y que no dejamos que Jesús nos diga, a través de su Palabra lo que tenemos que cambiar en nuestra vida.

Reconozcamos que nuestra fe no alcanza para comprometernos seria y responsablemente con El en su misión. Marcos 11,22-24

El Señor nos invita pues a que en este día, le pidamos una fe más viva, abierta a su Palabra, Fe, que es comunión y participación con El en todo lo que vivimos.

El Señor de los milagros no es solo la imagen que sale por las calles a pasear, es Jesús en persona que sale a buscar a sus hijos y derramar sus bendiciones por nuestras calles y pidiendo que podamos recuperar una amistad, una relación de íntimidad con cada uno de los hijos que vamos a la procesión, ojala puedas verlo más allá del folklore, la tradición, el turrón, ojala puedas pedirle de corazón que abra tu vida a la escucha de la Palabra.

Hna Glora Medina

domingo, 18 de octubre de 2009

El Hijo del Hombre ha venido a dar su vida para que tengamos Vida eterna


Salmo responsorial Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y 22

Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra.. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo.

Lectura del libro de Isaías 53, 10-11- Hebreos 4, 14-16

Cuando escucho estas Palabras del libro de Isaías, me viene a la mente ¿Qué es el hombre para que de Él te acuerdes o quién soy para que tu entregues tu vida y merezcamos gracias a Ti, una vida plena y en abundancia?

Jesús mismo me responde, lo hago para que tú y los tuyos tengan VIDA_AMOR, para que tú y tu descendencia lleguen a la madurez espiritual, que es el amar a todos con un amor universal, de considerarte hermano de todos los hombres esa es la Vida eterna, aprender amar como Yo, el Padre y el Espíritu que nos guía.

Dios nos empuja a cambiar nuestros parámetros. Grande es el que hace algo grande. La grandeza no está en lo que cada uno dice de sí mismo, ni en lo que obliga a otros a decir, sino en las obras, en la realidad, en los hechos.

Por eso el Siervo de Yahvé, (que es la figura de Jesús) en la primera lectura, es presentado como un modelo de dolor, pero sobre todo como un modelo de fecundidad, y es esto lo que se enfatiza: "verá su descendencia", "prolongará sus años", "por medio de él prosperarán los designios del Señor". En ningún caso es una actitud de "el dolor por el dolor". No hay aquí una actitud de complejo ni de cobardía, sino más bien una conciencia del precio que tiene la Vida eterna, y del inmenso fruto que brota del amor cuando es consecuente.

Evangelio según san Marcos 10, 35-45

Cristo no condena el deseo de ser importante ni habla mal de quien quiere tener el primer puesto. Por lo menos en el evangelio de hoy no es ese su propósito.

Más bien se trata de mostrar en dónde radica la verdadera "importancia" y cuál es el "primer puesto" al que hay que aspirar. Esto es muy importante para poder entender en qué consiste la humildad cristiana: no es tanto tener poder y figurar como el mejor, sino encauzar ese interés según la mente de quien mejor me conoce y ama, que es Dios.

Y Dios lo que quiere es que seamos servidores unos de otros, como Él lo ha hecho.

Revisemos nuestra vida ¿Por qué o quién está impulsada? Por el poder o el amar, que se manifiesta de obras de amor y misericordia.

Pidamos a María, Madre de la humildad, que en su silencio, nos enseñe amar con el corazón, mente y voluntad de su Hijo Jesús, a todos nuestros hermanos.

Julia

sábado, 17 de octubre de 2009

Por medio de los Sacramentos Dios toca nuestra vida

Lucas 8, 43-48

Entonces una mujer , que padecía de hemorragias desde hacia doce años y a la que nadie le había podido curar, se acercó por detrás a Jesús y tocó el fleco de su manto. Al instante se le detuvo el derrame. Jesús pregunto: "¿Quién me ha tocado? "Como todos decían "Yo no" Pedro le replicó: "Maestro, es toda esta multitud que te rodea y te oprime” pero Jesús le dijo. “Alguien me ha tocado, pues he sentido que una fuerza ha salido de mi” la mujer, al verse descubierta, se presentó temblando y se echó a los pies de Jesús.

Después contó delante de todos porque lo había tocado y como había quedado instantáneamente sana. Jesús le dijo: “hija, tu fe te ha salvado; vete en Paz.”

Gracias señor porque nos quieres conocer a cada uno personalmente, porque nos amas de una manera personal, gracias por buscarnos con esa insistencia con la que buscaste a esta mujer que se acercó a ti, para buscar la sanación. Gracias por el regalo de la oración, de la Palabra que nos hace conocer el valor de los Sacramentos.

A mi me admiraba mucho la actitud de esta mujer, quiere sanarse, y sabe donde encontrar el remedio, ella dice: “Si logro tocarle aunque solo sea su ropa, me sanaré”, si tuviéramos también nosotros esa convicción de que al recibir la Eucaristía, al recibir los sacramentos estamos recibiendo la salvación, a Jesús que significa: Dios salva.

Dio toca nuestra vida por medio de los sacramentos, quiere tocarte a ti para sanarte para darte una vida superior, que trascienda la cosas de este mundo y sus problemas; buscar a Jesús no es para aislarnos de la realidad, sino para involucrarnos en ella pero de una manera distinta.

Necesitamos su fuerza y su poder para vivir todo lo que nos acontece con ecuanimidad, con inteligencia, con sabiduría, para no dejarnos llevar por las emociones, por los sentimientos, por los miedos que nos hacen aferrarnos a las cosas o a las personas de la tierra.

Los sacramentos contienen en si a La Trinidad, a Dios, a Jesús, al Espíritu Santo y sus siete dones: la Fuerza y el amor de Dios. Nosotros somos los que tenemos que poner los medios para poder llenarnos de ese poder y esa fuerza, como esta mujer que vivía ocultándose porque la sociedad la marginaba, ella se sentía dolida, esta mujer sufría mucho, lejos de su familia, de los seres queridos, pero había oído hablar de Jesús “que de el salía una fuerza que sanaba a todos” Lucas 6,19.

Y sale, supera sus miedos, los obstáculos que le ponían, y entra a la ciudad decidida a buscar a Jesús y lo ve rodeado de una gran multitud, otro obstáculo, pero dice:

Si logro tocarle aunque solo sea su ropa, me sanaré,

Que gran fe la de esta mujer, da por seguro que se va a sanar, se arriesga a meterse dentro de la gente, aun débil, porque tenia doce años sangrando, pero que deseos de vivir tenia, de curarse, su ilusión era sanarse, y Jesús era el único que podía hacerlo; dice el evangelio paralelo de san Marcos que había ido a toda clase de médicos y tomado toda clase de remedios, se había gastado todo, ya no tenia nada.

A veces nos encontramos en esta situación, habiéndolo intentado todo, seguido miles de consejos, de la mamà, del papá, de la suegra, de los sicólogos, de la amiga, de los sacerdotes de muchas personas, pero nadie nos da lo que necesitamos, la sanación del alma o del cuerpo.

Sin embargo hoy el Señor nos quiere enseñar un camino, porque la oración de cada día nos lleva a conocer caminos que no conocemos, nos hace tener ilusión por vivir la palabra, hacer lo que hacen los personajes de la Biblia, nos dan Luz para tomar decisiones y salir a vivir de una manera diferente, los caminos de Dios, así es, hay un Camino, una esperanza volver a Dios, y esta allí, hemos oído hablar de El, y solo nos falta, buscar ese encuentro, dejarnos tocar por El, creer que El tiene todo lo que nos hace falta.

“Si lo toco me voy a sanar”, tener esta convicción para ir a los sacramentos, la confesión, la comunión, que son los que nos renuevan, la mente el corazón, nos curan la vida de lo cotidiano.

Cuando comulgamos nosotros no solo tocamos el fleco de la ropa de Jesús, nosotros lo tocamos a El mismo, lo recibimos a El en Cuerpo, Alma y Divinidad, toda su fuerza y su poder, ¡que bienaventurados somos, que dicha, poder recibir al mismo Dios en Persona, recibir la fuerza del Espíritu Santo en toda su plenitud, para que haga maravillas en nuestra vida!.

Esta mujer que va escondida se descubre ante Jesús se presenta temblando y se echa a los pies de Jesús, en una sociedad que no quiere reconocerlo como Dios ella se postra y lo reconoce como Señor, como Dios. Cuando nos confesamos, vamos a reconocer lo que la mayoría no quiere, reconocer que vamos a contarle a Dios lo que nos pasa que no es un hombre el que esta detrás del confesionario, en esos momentos esta Dios esperándonos para darnos el perdón, la paz, la sanación del alma.

Ella dijo el porque iba a buscarle, porque estaba enferma y necesita ser curada, nosotros vamos a confesarnos porque estamos enfermos por el pecado del egoísmo, de las cosas que el mundo nos contagia y no hemos tenido la fuerza para vencer, le contamos a Jesús y ante todos que creemos que vamos a salir del confesionario curados y con fuerza para vencer la tentación, los virus que se nos pegan; pero esa curación se plenifica al comulgar, por eso Jesús así como busca a la mujer te busca a ti “¿Quien me ha tocado?, quiero conocerte no puedo seguir si no miro tu rostro, si no te veo, si no se porque me buscas, quiero oírlo de tus labios”….tanta gente te aprieta, tanta gente va a misa, ¿Pero encontrará el Señor a alguien que lo toque con fe, que sienta que una fuerza ha salido de El?

Jesús la ve como quiere verte a ti o mi, para sanarnos de todo: cuerpo y alma, para escuchar de sus labios Vete en paz, las palabras del sacerdote cuando nos absuelve; las palabras del sacerdote cuando termina la Misa, la Eucaristía, podéis ir en paz.

Eso hemos ido a buscar, a Dios, la Paz, nuestro corazón necesita Paz. Recibir los sacramentos es dejar que Dios toque nuestra vida la siga amando, a través de su Hijo, que esta en cada Sacramento que recibimos, Jesús el Amor del Padre nos dice:

“No temas: basta que creas...” Luc 8,48 "estoy esperándote".

nila

jueves, 15 de octubre de 2009

Por los Sacramentos Dios sigue amando nuestra vida

Juan 10,10. Juan 20

Que alegría saber que nuestra familia Divina Padre, Hijo, Espíritu Santo, nuestra Madre María, cuidan tanto de nuestra vida:

“Ustedes valen más que los pajaritos, las aves no siembran ni cosechan, no tienen despensa ni granero, Dios las alimenta”.

¡Cuánto más valen Ustedes que las aves! Si Dios en el campo da lindo vestido a la hierba que hoy florece y mañana se echa al fuego ¡Cuánto más hará por ustedes! Gente de poca fe.

Reconozco mi poca fe, mi poca confianza en Dios, ¡Qué dureza de corazón la mía! ¿Por qué esa ceguera para ver?

El ambiente nos influye, los valores del mundo se nos meten sin nosotros darnos cuenta y respondemos de acuerdo a esos criterios, se hace parte de nosotros, nos constituye y nuestra respuesta es de acuerdo al mundo, en muchas cosas. Mezclamos criterios evangélicos y mundanos, y el resultado de eso es la insatisfacción por vivir una vida mediocre, una vida a medias, sin ser de Dios y sin ser del mundo.

Que bueno que nuestro Dios conozca nuestra fragilidad y no se canse de nuestra vida, esta semana Tania nos ha recordado en la Escuela de la Palabra del martes, que Dios nos ha bendecido con toda clase de Bendiciones espirituales desde el cielo, y una de esas tantas bendiciones son los Sacramentos, medios visibles por los cuales Dios quiere seguir tocando nuestra vida y sigue haciendo realidad eso que nos ha dicho tantas veces en Juan 10,10; Juan 3,16.

Hoy estamos en un tiempo de mucha bendición para el Perú su segunda cuaresma, mes del Señor de los milagros, mes en los que algunos miembros de nuestra familia van hacer la primera comunión o la confirmación, ojala podamos acompañarlos también nosotros disfrutando de esa bendición que son esos sacramentos, acerquémonos a ellos para tocar a Dios mismo, en cada Eucaristía en cada confesión, que cada día las tenemos a la manos, así podremos robustecer nuestra vida eterna ya hoy.

Hna Gloria medina

Loa sacramentos son bendiciones para la Vida Eterna

Pautas miércoles 14 10 09


Efesios 1,3-6

Ef 1, 3 Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 3 que nos ha bendecido en Cristo.


Bendito seas mi Dios y mi Padre y Padre de Nuestro Señor, es la mayor bendición que nos has podido hacer, es decir es la mejor donación, que has hecho de ti mismo en Jesús, a través de Él y del Espíritu que lo anima, te hemos conocido.

Por eso cada día, Señor, me dices una palabra. Dejas que tu verbo entre en mí y me mueva a quererte a ti, a entregar con amor mi vida en tu servicio, amando sin reservas a los demás. Así me ofreces la dicha, de la Vida Eterna.

En tu bendición Padre, reconozco el tesoro inagotable de tu AMOR y Misericordia. Gracias mi Dios y Padre por regalarnos a tu Hijo en Él, nos has bendecido con toda clase de bienes espirituales en el cielo, es como que el cielo con todas sus delicias se inclinara hacia sus criaturas.

¡Gracias!, ¡Gracias! debería ser nuestro respirar por habernos dado a Jesús



Ef 1,4 y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, 4 para que fuéramos santos 4 e irreprochables en su presencia, por el amor.



Qué nos trae Jesús en su bondad, la mayor bendición el ser como Él, santos e irreprochables, en Jesús, Dios nos ha creado, mirando a Jesús, nos moldeò; cuando nos creaba, nos hacía como Jesús es: AMOR, en eso nos hacía perfectos, es decir con una capacidad de amar como Jesús, de entregarnos por amor a nuestros hermanos y comprometernos con Jesús hasta las últimas consecuencias



Ef 1, 3 5 Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos 5 por medio de Jesucristo, 5 conforme al beneplácito de su voluntad,


Esa es le Vida Eterna conocerlo a Él y actuar como Jesús según su voluntad, y ¿Cómo actúa Jesús? Cumpliendo la voluntad del Padre: de enseñarnos a vivir en el AMOR, su mayor expresión de esta AMOR-VIDA, son los sacramentos, es el cumplimiento de su promesa de “estar con nosotros hasta el fin de los tiempos” los sacramentos son las vías, el camino que nos ha dejado Jesús para garantizarnos la Vida plena y en abundancia, para que no desfallezcamos en el camino.



Por eso, Jesús, tú nos sigues revistiéndonos de tu misericordia entrañable, y nos miras con bondad, a pesar de todo; cuando aceptas nuestros límites y nos ofreces continuamente la posibilidad de convertirnos y transformarnos en ti; cuando derrochas una paciencia infinita, de padre, de madre. Gracias, Señor, por este tesoro que pones al alcance de nuestras manos, cada día, poder recibir tu perdón, tu Cuerpo que es Pan de Vida Eterna.

Perdona mi poca generosidad, mi falta de fe en la promesa que me haces, en el camino que me muestras para alcanzar la dicha que me ofreces, perdona mi indiferencia ante tus sacramentos, sobre todo en la Eucaristía, cuando paso frente a tu Sagrario, sin respeto, con desgano ante tu Vida que se entrega, cuando te recibo sin prepárame, por rutina y no dialogo contigo y por ellos soy un mediocre, a veces no me hace gozar de la dicha de tu “estar con nosotros” en nuestro corazón, mente y voluntad.


Ef.1,6 para alabanza de la gloria de su gracia, 6 que nos dio en su Hijo muy querido.

María, tu Madre, la que te dio a luz y te puso entre nosotros, está también
acompañando a la Iglesia naciente, en oración y en los sacramentos.
María nos acompaña hoy y se hace presente en nuestra plegaria. Te pedimos, Señor, por su intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor, para alabanza de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido.


Julia


sábado, 10 de octubre de 2009

El vencedor comerá del Árbol de la vida

Apocalipsis 3, 15-16, Proverbios 4, 20,23

Le daba muchas gracias a Dios por su inmenso amor, por querernos viviendo felices junto a El, por estar siempre preocupado por nosotros, por que vivamos Bien y le daba gracias también por tener una comunidad que nos guía y alimenta, que cuida nuestra vida espiritual, y que no nos deja vivir a medias, o en la tibieza.

Esto también pasaba con la comunidad de Laodicea a quien el Señor se dirige a través de la carta de San Juan para hacerles reaccionar, y poderles levantar y seguir con la misión encomendada; es el principio del Cristianismo y se vivían tiempos difíciles, de mucha persecución, al igual que ahora.

Porque las persecuciones también las tenemos actualmente, están en todo tiempo, mientras estemos aquí en la tierra las tenemos a nuestro alrededor: Nos persigue la corriente del mundo, que nos quiere hacer vivir abocados al activismo, porque se piensa que lo mas importante es el tener, y el hacer, vivir para producir, para las cosas materiales, para tener seguridades que se palpen.

Y en medio de esta persecución, donde se nos critica, se nos llama “raros”, por hablar de la Vida Eterna, solamente el que se encuentra viviendo en comunión con Jesús, con la Palabra puede mantenerse en la temperatura que el Señor desea, los demás nos vamos cayendo en la tibieza de la mediocridad, del conformismo, de dejarles así nomás, de callarnos, de no definirnos, de pensar “¿Para que hablar de Dios, si esto no lo cambia nadie?” o de ir a misa, de orar, de ayudar a nuestros hermanos cuando hay tiempo, de ocuparnos del hermano cuando no tengo nada que hacer, de darles ayuda cuando nos sobra o alguien por ahí nos pide una colaboración.

Dios nos envía un mensaje, nos hace un llamado a través del libro del Apocalipsis:

“Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojala fueras frío o caliente! Pero porque eres tibio y no frió o caliente, voy a vomitarte de mi boca.”

“Conozco lo que haces, lo que dices, lo que sientes, lo que respondes, conozco cada uno de tus pasos”, (Salmo 139) Nada de lo que hacemos esta oculto para Dios, y nos conoce y está con nosotros en cada cosa que vivimos, porque es nuestro Padre que nos ama y no solo a nosotros sino a todos, porque es Padre de todos, y quieres que todos se salven (1Tim 2,4), por eso nos corrige hoy “Yo reprendo y corrijo a los que amo”.

“No me da igual que vivas estancado en lo que ya conoces, en lo que sabes, no es suficiente”, eso es vivir tibio, en la mediocridad espiritual, porque no das fruto; en mi jardín tengo una planta de mandarina hace veinte años, que esta ahí del mismo tamaño siempre, da algunas florecitas, pero nunca da fruto, todo el tiempo está igual ni se seca, ni da fruto; a veces vivimos así, hablamos de Dios de vez en cuando, tenemos ganas, pero no seguimos, no perseveramos tras el hermano, no damos fruto….y nosotros estamos llamados a dar fruto y abundante.

A Jesús le importa mucho que el Reino del Padre se extienda, que el mensaje llegue a todos, por eso es tan radical cuando nos dice que no seamos tibios, voy a vomitarte de mi boca”, es una expresión en la que el autor sagrado quiere decirnos que no estamos haciendo lo que le agrada a Dios; así como nosotros algo que no nos gusta, no lo pasamos, lo rechazamos, queremos devolverlo por desagradable.

Dios no nos rechaza somos nosotros los que nos hacemos desagradables a Dios con nuestra conducta, nuestras obras, mediocres, conformistas. Ojala fueras frío o caliente….no seas tibio, si te defines como frío, como ateo, por lo menos reconoces “esto soy”; pero tenemos la hipocresía de creernos buenos, de pensar que estamos bien cuando decimos que seguimos a Cristo y no hacemos nada de lo que El hacía.

A mi me provocaba mucho dolor, oír del Señor voy a vomitarte, de mi boca, es algo fuerte, me daba cuenta cuanta tibieza hay en mis obras, poco a poco uno se va enfriando, se va haciendo tibio en la relación con Dios sin llegar a lo frío pero relativizas a Dios, se enfría el fuego por la misión.

Hoy nos hace el Señor una advertencia, que es un parar y examinarnos y recapacitar dice la Palabra: “Vamos anímate” “Se ferviente arrepiéntete” “Pídeme un colirio que te pondrás en los ojos para ver” para que veas como estas pensando “Soy rico, tengo de todo nada me falta”.

Cuando pensamos que nada nos falta, que ya lo tenemos todo, es cuando ya nos hemos convertido en pobres, es cuando ya estamos conformándonos, quedándonos en nosotros mismos: “ya se bastante, ¿para que mas? no hay que exagerar, tengo suficiente Palabra, suficientes retiros o charlas, ya sé lo necesario, lo básico, no necesito nada mas”,…

Y no te das cuenta que eres un infeliz, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo”, ¿Cuál era tu riqueza? La autosuficiencia, la mentira el creer que no necesitas de Dios, que ya ganaste un lugar en el cielo, porque tienes un Dios que todo te perdona, que te ama con todos tus pecados, y esto es cierto, pero no sale de tu corazón, el deseo de agradecerle dándole a conocer con tu vida, de pagar amor con amor.

Pero que Bueno es Dios, El no es conformista, El quiere todo de nosotros no las sobras, no lo que podamos darle, nos ama tanto que nos quiere felices, plenos, alegres gozosos, porque el que tiene a Dios es feliz, es alegre, no se queja aunque pase penas, vive con fe, con esperanza, con amor por eso nos aconseja:

“Te aconsejo que me compres oro refinado para que te hagas rico”, rico de verdad, rico en amor, rico en verdad, necesitamos comprarle oro refinado, ropas blancas. Vístete con la Palabra de Dios, vístete con la Armadura de Dios, no caigas en la tentación de creer que puedes ser feliz con lo que ya tienes conseguido.

Cuando amamos a Dios, cuando le seguimos, El nos da mas sed, mas de Dios, “Quiero mas de ti, tengo sed de Ti Señor”, es una sed que la tenemos dentro para buscarle, para sentir que le necesitamos mas que el aire, mas que el agua, es una sed que nos lleva a luchar por no perderle, que nos hace sentir pobres, desnudos sin su Presencia constante en nuestra vida.

Es una lucha para permanecer calientes, apasionados por el Señor y por los hermanos, es una lucha que tiene un premio, es una promesa de Jesús:

“Al vencedor lo sentaré junto a mi en mi trono, del mismo modo que yo, después de vencer me senté junto a mi Padre en su trono”.

¿Como venció Jesús?, viviendo en comunión con su Padre.

¿Como podemos vencer nosotros?, ¿Que armas tenemos para poder mantenernos en la temperatura que el Señor quiere en lo que le es agradable y perfecto? La Palabra nos responde:

“Hijo mío pon atención a mis Palabras; tenlas presente en el Espíritu. Las hojitas, las lecturas que nos da la comunidad, nuestra Iglesia son para practicarlas, son para tenerlas presente, presentes en el Espíritu, orarlas para que nos muevan a actuar conforme a ellas.

Guárdalas en lo mas profundo de tu corazón; son vida para los que la acogen, remedio para el cuerpo.

El que no las acoge no tiene vida, se va entibiando, se va muriendo en vida….es un suicidio espiritual vivir sin las Palabras que dan vida….

“Mis palabras te van a mantener en la temperatura perfecta para amar, en lo que me agrada en lo que te va a llevar a la victoria a sentirte feliz, viviendo ya en la vida eterna”.

La promesa está dada “Al vencedor le daré de comer del árbol de la vida” Ap 2,7 “Los decididos son los que se adueñan del Reino”.

nila

viernes, 9 de octubre de 2009

El lugar del combate espiritual

Evangelio según San Lucas 11,15-26.


Pero algunos de ellos decían:

"Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios".

Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo.

Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra.

Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul.

Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.

Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes.

El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.

Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: 'Volveré a mi casa, de donde salí'. Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio".



Comentario del Evangelio por:

San [Padre] Pío de Pietrelcina (1887-1968), capuchino
CE 33

El lugar del combate espiritual



El lugar del combate espiritual entre Dios y Satán es el alma humana, a cada instante de la vida. Es, pues, necesario que el alma dé libre acceso al Señor para que la fortifique por todos lados y a través de todas las armas. Así su luz puede venir a iluminar para combatir mejor las tinieblas del error.

Revestida de Jesucristo (Gálatas 3,27), de su verdad y de su justicia protegida con el escudo de la fe y con la palabra de Dios, vencerá a sus enemigos, por muy poderosos que sean (Ef 6,13s).

Pero para ser revestido de Cristo es necesario morir a si mismo.







jueves, 8 de octubre de 2009

La vida que se entrega engendra vida

Desde los días de Juan Bautista hasta ahora el Reino de Dios es cosa que se conquista, y los más decididos son los que se adueñan de él." Mateo 11,12


Desde que nos han predicado el Evangelio, desde que le hemos creído a Dios, desde que hemos reconocido a Jesús como nuestro salvador, nuestro amado redentor, hasta ahora, vivir el Reino de Dios para nosotros no ha sido fácil, cada día tenemos que tomar decisiones para conquistarlo.


Quien sigue a Jesús tiene que decidirse a vivir como conquistador, luchando, venciendo a veces otras talvez fracasando en el intento, pero volviendo a luchar sin cesar, si ya tenemos conciencia de lo que trata, de cual es nuestra meta, el objetivo de nuestra vida, va a ser mas fácil tomar decisiones, el camino va a ser mas claro.


Desde los días que le dijimos Si a Dios, vamos a pasar por caminos de tribulación, de rechazo, de incertidumbre, de fracasos, de frustraciones, pero en todo eso vamos con la certeza que nos da la fe de que nosotros si sabemos hacia donde vamos, en donde estamos decidiendo vivir, esa es nuestra Fuerza.


Aunque nos cueste, porque si te das cuenta las cosas mas valiosas que tenemos, las que mas amamos y cuidamos son aquellas que mas nos han costado conseguir, por las que hemos sufrido o pagado mas.

Dios nos da su Gracia, nos da fe, pero nos toca a nosotros acoger aquello que El nos da: Con nuestra voluntad, con nuestra inteligencia, nuestra libertad. Decidirnos y actuar eso es lo más importante, para poder luchar y adueñarnos del Reino de Dios.


Nuestra vida ya no es vivir por vivir, dejando pasar el tiempo, los meses los años, sin sentido, Cada día tratamos de adueñarnos del Reino, porque hemos descubierto que es la felicidad, que es el amor eterno, que es la paz duradera, la dicha que no se acaba, la alegría que no tiene igual, porque hemos encontrado el Tesoro, y así como los conquistadores a lo largo de nuestra historia lucharon por adueñarse del tesoro material, nosotros luchamos por adueñarnos del Tesoro de la Vida eterna y esta lucha se da la mayoría de las veces en nuestro interior para conseguir liberarnos de aquello que nos esclaviza, que nos quiere atar a las cosas materiales, a los sentimientos terrenales, a nuestros propios remordimientos y culpas, a nuestra baja autoestima, a querer vivir una vida egocéntrica, solitaria e infeliz que no da fruto.


Jesús nos dice:

“En verdad les digo: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo, pero si muere, da mucho fruto.” Juan 12,24

¿Señor, a que tenemos que morir? A lo que no te da vida, ¿que es lo que no me da vida?

¿Qué es lo que no me deja dar fruto? ¿Qué raíces improductivas tengo que cortar?

Cuando uno lee la vida de los santos, es algo maravilloso a mi me ayuda mucho, porque me enciende por dentro en ganas de vivir como ellos, de amar a Dios como ellos lo hicieron, ellos fueron granos de trigo que dieron la vida, y ahora, después de muchos años, aunque ya no estén, cuanta vida siguen engendrando no fue fácil para ellos, pero cuantos ahora vivimos por su entrega, por su fe.


Cuantas congregaciones: Los franciscanos, los Jesuitas de San Ignacio, las Clarisas, los Dominicos. Y nosotros Verbum Dei por la entrega de Jaime Bonet, de las misioneras, cuanta vida engendrando vida de Dios.

Desde que nos predicaron la Palabra hasta ahora estamos engendrando vida también a través de nuestra vida unida a Cristo por el carisma de la Oración, el testimonio de vida y la prédica de la Palabra.


Nos toca a nosotros repetir esta entrega, ser granos de trigo en este siglo para poder enseñar a muchos a vivir tomando decisiones que engendren vida, que den frutos, que no se queden, en aplausos humanos, en buscar la gloria efímera, las coronas que se marchitan, sino que se decidan a adueñarse del Reino eterno, de la Vida Plena, del Amor de Dios.

Nila