PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

sábado, 29 de agosto de 2009

Muere al hombre viejo en la humillación, para que tengas vida eterna


He venido a traer fuego a la tierra y ¡Cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!

Nuestro Señor sabia que había venido a la tierra para cumplir una misión, y precisamente eso es lo que nos quiere enseñar hoy día, estar conscientes de porque estamos donde estamos, porque estamos en esta situación, en este lugar y a esta hora, “en esta tierra”, porque algo tenemos que dar, que traer, que aportar.

Todo lo que hagamos aquí tendríamos que hacerlo como dice San Pablo: “tengan unos con otros las mismas disposiciones que estuvieron con Cristo Jesús”

¿Que disposiciones?, tomó la condición de servidor, para darnos a nosotros la Vida eterna

Jesús vive motivado por el Amor al Padre, motivado porque nosotros le conozcamos porque tengamos la vida eterna por eso exclama con gran ilusión… ¡Cuánto desearía…como quisiera que ya se diera, que se cumpla mi misión….que conozcan la Vida eterna!, ¡Cuánto desearía que ya la tierra estuviera ardiendo!

Como cuando uno se pone a soñar “como desearía que mi mamá fuera de otra manera, que mis hijos se quisieran mas, como desearía que mi esposo me tratara diferente que me tuviera más amor; como desearía tener mas plata”

Es fácil desear que las cosas cambien pero en Jesús el desear y el estar consciente de que esto implicaba quemarse el primero, era algo que iban juntos.

No puedo traer fuego sin quemarme yo, no puedo hacer que arda algo si no me meto, si no me involucro, si no me hago, como lo hizo Jesús, que se hizo semejante a los hombres, “se puso nuestros zapatos”, “se puso en el lugar del otro” por así decirlo, para poder sentir como nosotros sentimos y desde allí amarnos, comprendernos y enseñarnos que solo así podremos ser todos juntos una tierra nueva.

Siendo de condición divina se redujo a nada, se despojó, se desapegó de todo lo que pudiera ser una ventaja, para enseñarnos que como hombres podemos también ser obedientes, pasar por el bautismo del dolor, del sacrificio, de la cruz si tenemos la mirada puesta en el Padre.

¡Que angustia siento hasta que no se haya cumplido! Es un deseo y es una certeza dolorosa de que está decidido a llegar hasta el final…

Jesús sabe que tiene que cumplir su misión, dar la vida, para que la tierra cambie para que se queme el pecado en nuestra vida, la envidia, la hipocresía, la mentira.

A mi me conmueve mucho esta manera de Jesús de vivir: con perspectiva, saber a que ha venido…saber que tiene que pasar por la cruz….y saber que esto va a producir algo nuevo….vivir con una mirada de trascendencia por sobre los acontecimientos.

En mi vida personal me ayuda mucho el ver a Jesús así, porque las cosas que paso, en mi matrimonio, con mis hijos, puedo vivirlas también con sentido de misión, meditando lo que voy a decir o hacer, pensando que estoy dándoles la vida eterna a cada momento aunque me cueste callarme, aunque me cueste humillarme, sacrificar mi yo, con sus susceptibilidades y angustias.

Me ilusiona también poder decir ¡Cuanto desearía que ya estuvieran ardiendo mis hijos, mi familia, en el fuego del Amor de Dios! El verles renovados por el fuego santificador, de la presencia de Jesús en sus vidas, que sepan acudir a El, que se den cuenta que no pueden vivir nada sin seguir sus huellas, que encuentren que el dolor y la cruz tienen un sentido y es ese pasar por el Bautismo, empaparse en el sacrificio para que otros reciban la vida, sus propios hijos, sus propios hermanos.

Jesús no ha venido para que vivamos cómodamente, para que tengamos plata, que no pasáramos por ningún dolor o enfermedad, igual que nosotros no hemos venido solo para darles a nuestros hijos comodidades, ¡hemos venido para darles a conocer la Vida Eterna! Lo demás viene por añadidura…

Si, Jesús ha venido para darnos Vida Eterna, una vida que no se muere por las cosas cotidianas que nos pasan, que son propias del ser humano que sufre por cualquier cosa que toca nuestra fragilidad.

Somos tan sensibles a todo, tan susceptibles por dentro, no nos gusta nada que nos haga sufrir, no nos gusta pasar por el fuego de la humillación, quisiéramos, que los otros lo pasen, yo no, que los otros cambien, no yo, y a veces nos sentamos en nuestra nube a llorar, deseando que otros se bauticen, que otros pasen por la cruz, para que sepan lo que se sufre, “para que me comprendan”.

“¡Que angustia siento hasta que no se haya cumplido!”...toda la vida de Jesús en nuestra tierra ha sido desear que conociéramos la Vida Eterna, y aun continúa dándose cada día en el Altar del sacrificio, en la Eucaristía, para que vivamos ya en el Reino de los cielos que nos ha destinado.

¡Dios y nuestra Madre Santísima! nos conceda también a nosotros el poder vivir deseando y actuando cada día para que los nuestros, la parcela que nos ha tocado, la tierra que pisamos, pueda también arder en ese fuego renovador, Pascual, que nos haga vivir como hermanos, hijos verdaderos del Padre Eterno.

Nila

Lucas 12, 49-50

Filipenses 2, 6-9

domingo, 23 de agosto de 2009

Señor, tu tienes Palabras de Vida Eterna

Evangelio según San Juan 6,60-69.

Después de oírlo, muchos de sus discípulos decían: "¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?". Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: "¿Esto los escandaliza? ¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes? El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida. Pero hay entre ustedes algunos que no creen". En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y agregó: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede". Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo. Jesús preguntó entonces a los Doce: "¿También ustedes quieren irse?". Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios".


Ten paciencia y persevera en la práctica de la meditación. Al principio conténtate con no adelantar sino a pasos pequeños. Más adelante tendrás piernas que no desearán sino correr, mejor aún, alas para volar.

Conténtate con obedecer. No es nunca fácil, pero es a Dios a quien hemos escogido. Acepta no ser sino una pequeña abeja en el nido de la colmena; muy pronto llegarás a ser una de estas grandes obreras hábiles para la fabricación de la miel. Permanece siempre delante de Dios y de los hombres, humilde en el amor. Entonces el Señor te hablará en verdad y te enriquecerá con sus dones.

Ocurre a menudo que las abejas, al atravesar los prados, recorren grandes distancias antes de llegar a las flores que han escogido; seguidamente, fatigadas pero satisfechas y cargadas de polen, vuelven a entrar en la colmena para realizar allí la transformación silenciosa, pero fecunda, del néctar de las flores en néctar de vida.

Haz tú lo mismo: después de escuchar la Palabra, medítala atentamente, examina los diversos elementos que contiene, busca su significado profundo. Entonces se te hará clara y luminosa; tendrá el poder de transformar tus inclinaciones naturales en una pura elevación del espíritu; y tu corazón estará cada vez más estrechamente unido al corazón de Cristo.


San [Padre] Pio de Pietrelcina (1887-1968), capuchino
Epistolario 3, 980; GF, 196s







sábado, 22 de agosto de 2009

La cruz de Jesús tiene un nombre, y es el tuyo


Señor tu me examinas y conoces…ya este caminando o en la cama me escudriñas, eres testigo de todos mis pasos. Salmo 139, 1.3

A mi me ayudaba mucho preparar las pautas hoy día, reconocer una vez más, que Dios nunca ha estado lejos de mi vida, que aunque yo no le conociera, y le amara, El si me ha conocido, si me ha amado, siempre me ha amado, como no agradecerle en este tiempo de oración, en un momento dedicado por entero a dialogar con El, el que no nos deje solos nunca, el vivir bajo su mirada cada minuto de nuestra existencia.

Yo le decía: Señor tu me conoces, no desde cuando yo te conozco, no desde hace unos años mas o menos, Señor tu me conoces desde antes del vientre de mi madre, me has visto nacer, me has visto crecer, eres testigo de cada paso que he dado en la vida, de mis búsquedas de amor, de cada mal paso, de cada caída; también de mis alegrías, de mis logros, de toda mi vida….¿A donde podría haber ido que Tu no hubieras estado, que podría haber hecho sin que tu no hubieras sido testigo? ¿Qué podría haber conseguido si no hubiera sido por ti? Toda mi vida se ha movido y ha estado envuelta en tu gran Amor.

Meditando en este Salmo también le preguntaba al Señor ¿Cómo has estado Señor en mi vida, en lo que pasó en mi infancia, en aquello que pasó cuando adolescente…?. y el Señor me hacia ver que nunca se separó de mi, “En las situaciones de sufrimiento, de dolor, mi corazón se conmovía por ti,”.

Señor, ¿Y en mi desaciertos, en mis situaciones de pecado?, Tiemblo de pensar que Tu has estado ahí, cuando escogía un camino diferente al tuyo, ¿Señor que sentías?, A pesar de conocer todo de mi, ¿Aun así me amaste hasta el extremo de poner mi nombre en tu Cruz para salvarme?

El (Jesucristo) entregó su vida por nosotros; y en esto hemos conocido el amor; ahora también nosotros debemos dar la vida por los hermanos”. 1Juan 3,16

“En esto has conocido el amor”, Si Señor, en que a pesar de lo que he sido, de lo que soy, de que no te he amado, fui perdonada, en esto he conocido el Amor, en que cada paso vivido lejos de Ti, Tú lo ibas cubriendo de perdón, ibas dando la vida por mi en una Cruz.

“Esto es muy cierto, y todos lo pueden creer, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales soy yo el primero. Por esa razón fui perdonado, para que en mí se manifestara en primer lugar toda la generosidad de Cristo Jesús, y fuera así un ejemplo para todos los que han de creer en él y llegar a la vida eterna.” 1Tim 1, 15-16

En mi se ha manifestado Señor toda tu generosidad, donde abundó el pecado, abundó tu misericordia, yo muchas veces me he preguntado ¿que viste en mi para llamarme a seguirte?, pero no fue así, no hay en mi nada, solo Gracia, ¡que Amor tan grande Dios mío para con mi vida!,

Fui perdonada, como Pablo, por una razón para que muchos encuentren a través de mi vida, de mi testimonio a un Dios Bueno, a un Dios que lo único que quiere, es que el hombre se salve porque lo ama, que El no mira nuestras faltas, El nos mira como a sus hijos a quienes quiere de vuelta a casa, de regreso a sus brazos.

Si, Jesús ha venido a enseñarnos de que manera nos ama el Padre y como debemos amar a nuestros hermanos. Cuando experimento el Amor del Padre, el Amor de Jesús cada día, perdonándome, cada día salvándome, cada día amándome, cada día muriendo por mi en el Altar, le pregunto ¿Señor como te puedo pagar tanto amor?

Y el Señor me responde:

“Ponle un nombre a tu cruz, ponle el nombre de aquellos a quienes quieres ayudarme a salvar; cada llanto, cada herida, cada situación que te cueste vivir, no la dejes pasar no la vivas sin sentido, ponle el nombre de tus hermanos, haz lo mismo que Yo hice por ti”.

¡Que hermosa y gran misión!, estamos llamados a ser un ejemplo, El, Jesús, lo hizo primero, dio su vida en la Cruz para que creyéramos y lleguemos a la vida eterna, ahora nos toca a nosotros, a los que hemos sido llamados, perdonados, que creemos en la Vida eterna, que queremos llegar a la Gloria que nos tiene preparada, manifestar todo su amor toda su generosidad para con nuestra vida a nuestros hermanos.

¿Tu cruz tiene un nombre? Lo que pasas en la oficina, en la universidad, en la calle, por los lugares que vas, lo que pasas con la familia ¿Lo ofreces?

Que nuestra Madre del cielo nos ayude a vivir cada día unidos a ella para aprender como se entrega la vida, nos ayude a amar a nuestros hermanos como Jesús nos amó.

Nila.

viernes, 21 de agosto de 2009

Hemos sido comprados a un precio muy grande y eso nos ha liberado



Que bueno es dar gracias al Señor cada amanecer, por el amor tan grande que nos mantiene a pesar de nuestro pecado, a pesar de que muchas veces nos portamos tan mal con El.

Que bueno es estar en la casa del Señor cada día y ofrecerle un corazón agradecido y arrepentido. Dios nunca desprecia esta ofrenda porque es de todo su agrado (Sal 51,19).

Como no ser agradecido con Dios que nos entregó su vida en la de su hijo único Jesucristo para que podamos conocer el amor, que nos da la vida, el amor que nos permite ser felices, que nos lanza a arriesgarnos a vivir bien.

Por eso que importante es orar todos los días para hablar de amor con nuestro Padre Dios, y justamente hoy día en su Palabra nos dice : No olviden que han sido rescatados de una vida vacía que aprendieron de sus padres pero no con un rescate material de oro o plata sino con la sangre preciosa de Cristo el cordero sin mancha ni defecto (1º Pe 1,18,19)

Y qué es una vida vacía. Es una vida sin amor, lo de 1ºCorintios 13,1-3

Yo puedo haber ganado todo el mundo pero si no tengo el amor, nada soy, puedo ser un hombre “bueno”, sacrificarme por los demás tan sólo por quedar bien y que me alaben, y de nada me sirve, no tengo nada estoy vacío.

Una persona le contaba a su amigo parados en la terraza de su casa, y contemplando sus campos, sus posesiones, toda la riqueza que había conseguido, y también le mostraba a su familia : ahí estaba su esposa, sus hijos, su nieto y sus demás amigos. Le mostraba también sus empresas, sus trofeos y le decía : Aparentemente lo tengo todo, pero por dentro me siento vacío. No conocía el verdadero amor.

Esta vida sin sentido la hemos aprendido de nuestros padres, y padres en la Biblia quiere decir antepasados. Esta manera de vivir en forma superficial, vana con valores mundanos la aprendemos de la sociedad, la corriente del mundo que nos arrastra, y para poder ser rescatados no ha sido con otros valores del mundo, quizá mucho más valiosos como el oro y la plata; pero que al final de cuentas son cosas perecederas; sino que hemos sido rescatados con la vida entregada, con la sangre derramada de Jesús, que ha muerto para llevarse con El todo aquello que a nosotros nos esclaviza, para luego resucitar a la vida que ya no muere.

Por eso que todos podemos decir como Pablo: Ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mi (Gal 2, 20),,,, y todo lo que yo puedo vivir ya sea mis aciertos, mis fracasos y mis debilidades o pecados lo vivo en la fe.Ya no se trata de ser bueno o malo, más bien es vivir con fe o vivir sin fe. Miremos a Jesús en todo momento, contemos siempre con El que se entregó por nosotros y en esto hemos conocido el amor (Jn 3,16) y tengamos una vida llena, plena y vivamos haciendo lo que El hizo, dar nuestra vida ( nuestro tiempo, nuestro ser ) por los demás.

Miguel




lunes, 3 de agosto de 2009

Quien tiene al Hijo vive en el Amor

1Co. 13, 1-4

Cantar 2,4 El me hizo entrar en la bodega y enarboló sobre mí la insignia del Amor.

Como punto de partida, hacemos como composición de lugar, el seno del Padre, yo entiendo, que a eso se refiere cuando dice: me hizo entrar a su bodega, son las entrañas del Padre, de donde nacemos al Amor, desde allí nuestra insignia o nuestro lema, será el AMOR-VIDA, del cual nacemos, pero el amor del Señor permanece para siempre, es eterno y a eso nos quiere llevar esta mañana, a saborear a disfrutar en esta y todas las mañanas que nos quedan y eso es VIDA y VIDA en abundancia plena, que uno la puede saborear aquí y ahora.

A mí cuando me dijeron que -yo-era AMOR, yo no lo creía, decía imposible porque con mi manera de ser, según la había heredado de mis antepasados, así fue tu abuelo, así es tu padre y nadie los cambia porque genio y figura hasta la sepultura, y envidiaba a la gente que es buena paciente, decía nunca seré como ellos.

Hasta que mi Buen Jesús, me dijo: Yo mismo te voy a enseñar a través de mi Palabra a ser AMOR, para mí no hay nada imposible, los momentos u ocasiones que he podido ser buena, digo: eso es lo mío y disfruto; es como que el pez encontró el agua y quisiera no soltarlo jamás, pero lo bueno estoy en camino y soy feliz porque puedo amar a lo de Dios.

1 Cor 13, 1 Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. 2 Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.3 Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.

Es que el AMOR-VIDA, sólo se consigue en el trato íntimo, personal con Él (Os 2,16-22), que es Amor constante, que plenifica y no defrauda a NADIE ni NUNCA.

Por eso nos insiste: permaneced en mí (Jn 15,9), en el amor que os tengo. Sólo en ese contacto y convivencia personal con Él, De nada me servirá estar con unas manos limpias, con una religión de cumplimiento para ganarme la salvación, porque puedo presentar unas manos limpias pero también vacías, sin haberme jugado la vida por nadie, sin haber amado, sin haber sufrido... sin fallos, pero sin aciertos...

Qué triste sería nuestra vida haber conocido su Palabra, habernos dado Dios tantos medios para que alcance mi más grande objetivo que es SER AMOR, y no aprender amar.

L o esencial es que se trata de una vida que es nueva... y que no tenemos otra misión que dar esta vida nueva., como Él.

Esta vida se desarrolla amando, y si no amo me corrompo: “nada soy... nada me aprovecha” (1Co 13,1-3). Y un amor que tiene su origen en el mismo Dios (1Jn 4,7). Y en el que Él mismo se encarga de irnos introduciéndonos: Ez 36,26: “Os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo... un corazón de carne”

1 Cor 13, 4 El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece,

La invitación a engendrar su vida en los demás nos supone esa convivencia constante con Aquel que ha querido habitar en nosotros, supone un “ejercicio” de oración consciente, para que Cristo sea nuestro alimento, nuestra vida y dejar a un lado nuestros intereses, y ponernos a servicio de la Misión, con total disposición y paciencia hasta dar el fruto que Él desea, llegar a todos sus hijos “que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1Tim 2,4). Y eso nos lleva también a revestirnos de sus entrañas de misericordia para acompañar la vida de cada uno de los demás, con la misma paciencia y delicadeza que Dios ha tenido conmigo, respondiendo a todos con bondad.

María, Madre del Amor, porque engendraste a Jesús, ruega por nosotros para que engendremos en nuestro corazón a Jesús, y tener la vida y el Amor que sólo Él sabe dar.