PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

martes, 5 de mayo de 2009

¿Donde iré? si solo Tú tienes Palabras de Vida Eterna

Sábado 2 de Mayo 2009


Hechos de los apóstoles 9, 31-42- Juan 6, 60-69

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Sal 115 Este es nuestro saludo hoy Señor, con un gran deseo, de saber corresponder a tu gran amor y tanto que has hecho por mí, no sé cómo pagarte; pero tú no necesitas nada de mi ¡Qué le puedo ofrecer a un Dios que todo lo tiene, pueden sabe..?
Sólo dándote mi vida si en algo puede servir, esto me recuerda a los geniecillos que cuando los liberan de la botella, se convierten en esclavos de quién los liberó. Cristo no es un genio es una persona que dio su vida libre y voluntariamente, ¿Quién da la vida por uno? Yo desde que tomé conciencia de lo que Jesús hizo por mí, le dije, ni siquiera quiero mi libertad, porque no sé usarla, todo te lo doy para que hagas de mi lo que quieras a cambio de tu vida porque me amaste y te entregaste por mí y me diste la Vida eterna.

Hechos de los apóstoles 9, 31-42 En nuestra vida podemos tener muchas iniciativas, ideas o proyectos, pero no descubrimos lo que Dios quiere de nosotros o serán proyectos inútiles o infecundos. Jesús nos llama por nuestro nombre y, no dudes, puede cambiar hasta el corazón más complicado. San Pedro se entregaba a lo que hacía, “Lo que hacéis hacedlo con todo el alma, como para servir al Señor y no a los hombres.”
Hoy el mundo necesita hombres y mujeres entregados. Muchas veces parece que sólo los malos son trabajadores, los demás “hacemos cosas”. Pero el Señor necesita trabajadores para su mies, no mucha gente zanganeando alrededor.

Tristemente muchos separan su trabajo de su fe , y no nos damos cuenta que trabajar es la manera de poner piernas a la fe que profesamos..Hoy ¿quién trabaja?, trabaja el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Jamás dejan de trabajar en nuestra vida, de llamarnos por nuestro nombre, de esperarnos en la Eucaristía, de derrochar su misericordia con nosotros, de darnos la gracia para que cada cosa que hagamos sea nueva.

«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.» Descubrir como Pedro de que el paso de Jesús por nuestra vida, no nos deja nada igual. Su presencia resucitada transforma la apatía en entusiasmo, la desesperación en esperanza. Y en ese signo pequeño de alegría que aparece en un rostro triste que da con Él, en el signo de perdón, de solidaridad.
Sin embargo, somos lentos para percibir su presencia entre nosotros y en nosotros. Menos mal, que Él tiene mucha paciencia como la tuvo con sus discípulos, y sigue haciéndose presente hasta que le reconocemos. Él está vivo. Pero, a veces los signos que encontramos en los ambientes, en nosotros mismos, parecen contradecir la realidad de la Resurrección. Cuántas contradicciones habrán experimentado los discípulos de Jesús.
Ellos habían sido testigos de su muerte, que parecía haber acabado con todo, a pesar de esto, se encendía en ellos la certeza de un nuevo comienzo, Dios no podía fallar en sus promesas, Él es fiel. Jesús resucitado se presenta dándoles la paz, e introduciéndoles a la experiencia de su presencia nueva entre ellos. En medio de sus temores, preguntan: “¿A quién iremos? Hará lo que se necesite para que los discípulos experimenten la resurrección.

« ¿También vosotros queréis marcharos?» Hoy, Jesús se hace presente en aquello que nos hace dudar, que nos turba y nos dice lo mismo: Y es ahí en las experiencias de contradicción donde quiere manifestarnos su fidelidad y hacernos sus testigos.

Cuántas manifestaciones de Dios en nuestra vida, ¿De cuántas maneras se ha manifestado? Y nosotros somos sus testigos. ¿Qué nos dice Dios de sí en todas estas manifestaciones? ¿Qué podemos decir de Él en el tiempo que llevamos de seguimiento? ¿Podemos decir a la gente que es el Dios de la vida, que sus Palabras son de Vida eterna, qué se pueden fiar de Él porque no defrauda?

Pidamos a Dios estar muy despiertos a su presencia y descubrir las manifestaciones de resurrección en las circunstancias, en las personas con las que compartimos, de manera que nuestra confianza en el Resucitado crezca y se propague.

María Madre llena de gracia y bondad, ayúdanos a no vacilar, a fiarnos de Dios, porque sólo sus Palabras tienen Vida Eterna.

Julia

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