PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

martes, 14 de agosto de 2007

La oración para transformarnos al Amor de Cristo

Efesios 3, 1-21

La oración es esa fragua en el que al calor de la palabra de Dios, nos vamos transformando en Amor. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, en nosotros hay una capacidad de amar que está en potencia, en semilla, es Dios que en su palabra va transformando nuestro ser por dentro y nos va haciendo capaces de poder reproducir en nuestra vida su mismo rostro, su mismo Amor.

¿Qué necesitamos para que esto sea posible, para que esto se haga realidad en nuestra vida?

Sencillamente hacerme el firme propósito de “quererle conocer” y esto supone un ejercicio diario en el que me encuentre “cara a cara” con él, como lo hacen los amigos, encuentro donde me pueda dar a conocer desde lo que soy, desde lo que pienso y siento, pero también, poder conocer lo que Dios piensa y siente. Para que todo esto se dé, supone una actitud de Fe y confianza. Fe no sólo en quien tengo delante, sino también a lo que él me quiere decir a través de sus palabras.

"Que Cristo habite en sus corazones por la fe, que estén arraigados en el amor y en él puedan edificarse". (Efesios3, 17)

Para que Cristo llegue a habitar en nuestros corazones no sólo es necesario la fe, sino un ejercicio constante de ir descubriendo su voluntad en nuestra vivencia diaria y ser fieles ante las insinuaciones del espíritu. Él nos habla a través de su palabra, pero también a través de la misma vida, a través de los acontecimientos y circunstancias que nos tocan vivir, en medio de la prueba y experiencias de dolor, tanto propias como ajenas, en nuestras crisis, en la enfermedad, en todo momento poder preguntarle:

“¿y aquí señor, qué me quieres decir, qué me invitas a vivir?.

Sólo desde esta experiencia Cristo llegará a habitar en nuestra vida, no como alguien más, sino como el centro de nuestra vida, como ese motor que nos impulsa a ir siempre más allá de nuestros límites, debilidades, que todos los tenemos, pero él nos hace caminar sobre ellos.
Jesús a través de su palabra nos hace caminar sobre las aguas sin hundirnos, pero sólo esto es posible cuando mantenemos los ojos fijos en él, en lo que él personalmente me dice, cuando pongo mi vida y confianza en él.

Es desde esta experiencia en la que podemos edificar nuestra vida, si los cimientos están bien puestos, entonces la casa puede edificarse. Si dejamos que su palabra pueda reconstruirnos por dentro, por que la palabra es capaz de hacer esto con nuestra vida, entonces nuestra vida puede levantarse, y no solamente eso, sino que Dios nos capacita para que nosotros podamos ser reconstructores de casas, de vidas, que también están en ruinas, sin sentido, en la oscuridad, que ante cualquier viento de dificultad, de miedo, dolor, se dejan caer, quebrar, por no tener un punto de apoyo, una base firme que sostengan sus vidas.

Para mí esto es algo muy grande, Dios no sólo nos llama a estar con Él, no sólo nos da vida a través de su palabra, sino que nos invita a que nuestra vida pueda ser instrumento de salvación, sal del mundo, luz de las naciones, (Is 42). Dios a través de su palabra nos hace capaces de Amar en medio de lo que somos, hacemos y vivimos. Por eso él mismo nos hace esta invitación:

"Que sean capaces de comprender, con todos los creyentes, cuán ancho, y cuán largo, y alto y profundo es, en una palabra, que conozcan este amor de Cristo que supera todo conocimiento. En fin, que queden colmados hasta recibir toda la plenitud de Dios." (Efesios 3, 18-19).

Dios nos invita cada día a una experiencia siempre nueva de su Amor, ternura, cercanía, de un Amor que todo lo puede, que todo lo espera, de un Amor que no tiene límites ¡nuestro corazón ansía un Amor así!, que se da del todo, y al que también podemos darnos del todo sin miedos, ni reservas, por que en su Amor no hay temor, es un Amor perfecto, completo, es a esta experiencia en la que el mismo Cristo quiere introducirnos, hasta que quedemos colmados, saciados.



Margarita Rodriguez

No hay comentarios: