En la cruz derribó los muros que nos separaban.

Efesios 2, 14 - 16

"El es nuestra paz. El ha destruido el muro de separación, el odio, y de los dos pueblos ha hecho uno solo. En su propia carne destruyó el sistema represivo de la Ley e hizo la Paz; reunió a los dos pueblos en él, creando de los dos un solo hombre nuevo. Destruyó el odio en la cruz, y, habiendo reunido a los dos pueblos, los reconcilió con Dios por medio de la misma cruz."

Esta mañana comenzaba la oración dándole gracias a Dios por el nuevo día que me estaba regalando, por el don la palabra que se nos ha sido dado que nos hace uno con la palabra de Dios y quedamos tan unidos e identificados con él que no nos queremos separar.

El Señor al hacernos uno con él nos incluye en su proyecto de Amor, no nos incluye solos nos incluye como familia, el nos ha dado su propia vida, nos ha dado la vida del Padre, nos ha dado el amor del Padre a través de su entrega, del perdón al hermano cuando este nos maltrata, nos ignora y nos hiere.

El señor con su Palabra derriba toda muralla de indiferencia de egoísmos de la superficialidad que nos rodea nada nos separa del amor de Dios; que paz y que tranquilidad nos da conocerlo y dejarnos abrazar por su amor, dejarnos envolvernos por su amor.

Yo le decía esta mañana al Señor que en muchas ocasiones me vivo con mala ley de los seres humanos, que en muchas ocasiones me dejo arrastrar por los reglamentos de la sociedad y que muchas veces mi paz y mi amor no descansaban en su amor, no descansaban en su Palabra; y se me hacia muy bonito escuchar de todo un Dios decirme:

"Liliana mi Amor es mayor… es mayor en aquellos momentos que tu te dejas arrastrar por los criterios humanos y estos pueden mas que tu fe, que tu amor por mí," y el Señor me pidió que aun cuando me dejara arrastrar por la corriente, no me olvidara que soy hija suya que su amor y su Palabra envolvían mi vida y que es Él quien sostiene mi vida.

El Señor es el que toma la iniciativa de encontrarse con nosotros a través de su palabra y nos toca a nosotros dejarnos envolver por su Palabra para llegar a la libertad tan soñada.

Liliana