Jesús asume toda nuestra vida en la Cruz

Isaías 53,4-5

Esta mañana le daba gracias a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, a la Santísima Trinidad por el regalo de la vida, por permitirme gozar de su presencia en mi vida, por el regalo de su Palabra en estos días donde parece que todo esta perdido.

“Ciertamente llevó El nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido”

Veía en la televisión el dolor, el sufrimiento de tanta gente, de mis hermanos que claman consuelo, ayuda y sobre todo cuando se tiene familia que esta padeciendo enfermedades, heridas, hambre, muerte, parece que no hay esperanza. ¿Dónde esta Dios? Y le preguntaba al Señor ¿Para qué? ¿Por qué esta prueba?

Y que bueno saber que contamos con todo un Dios al que no le es indiferente nuestro dolor, nuestro sufrimiento y me decía: “Sus dolores son los míos, sus dolencias son las mías, me conmueve sus sufrimientos y aunque creas que yo he azotado, castigado y humillado a mi pueblo, mando esas pruebas para que cambien su manera de vivir, veo mucha falta de AMOR, para que se amen unos a otros como yo los he amado.

“Buscad a Yavé mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que esta cercano”
Isaías 55,6.

“…Mas El, herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre El, y por sus llagas fuimos nosotros curados”.

El Señor me decía: “El mundo me busca donde no deben, en cosas mundanas: placer, dinero, poder que los dejan más vacíos, ustedes mismos con su pecado se hieren, se lastiman, nos acordamos de Dios solo en los momentos difíciles, ¡Cómo rezaban en el momento del terremoto! pero después ni nos acordamos de El, pero a Jesús no le importa eso El ya a pagado por nuestras faltas, El nos ha traído la paz, por la cruz hemos sido curados.

El sufrimiento que pasan nuestros hermanos y todos nosotros El ya los pasó y lo sigue pasando, Dios permite todas estas cosas para bien de los que los aman, en la Cruz Jesús asume toda nuestra vida con todo lo que conlleva: nuestras alegrías, tristezas, triunfos, fracasos, contradicciones, debilidades, etc.

Por eso miremos fijamente a Jesús en la cruz y escuchemos lo que nos quiere decir a cada uno, que no perdamos la esperanza de que en medio del sufrimiento podemos experimentar la Vida Eterna, aunque suene contradictorio, y pedirle perdón al Señor por la veces en que nuestra vida, nuestras faltas lo han lastimado, nuestra falta de solidaridad, nuestro egoísmo, nuestros odios, nuestra falta de fe en creer que El tiene la última palabra.

Rogar al Señor nos de mucho amor, fe y esperanza para superar esta prueba tan grande del terremoto y sobre todo seguir confiando en El pase lo que pase.

”Si Dios esta con nosotros quien contra nosotros”, “Nada ni nadie nos separa del AMOR de Dios”.

Pidámosle a la Virgen nos ayude a guardar las palabras de Jesús en la cruz para ser testigos firmes que a AMAR se aprende AMANDO.

Claribell.