“Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador”
Jesús nos invita a vivir formando parte de Él, no sólo como un trabajador de una empresa, no sólo como un miembro de mi familia, no sólo como una estudiante de una universidad, sino como hijo de Dios y miembro activo en su Cuerpo místico que es Cristo, pero ¿Cómo voy a vivir activamente mi fe?, Él mismo lo dice:
“Permanezcan en mí como yo en ustedes”
Pero, ¿Cómo ‘permanecer en Él’ en la práctica?, pregúntale, ¿Cómo permanecer en ti cuando mis hijos me desobedecen?, ¿Cómo permanecer en ti cuando en el trabajo me explotan?, ¿Cómo permanecer en ti cuando en los cursos me jalan?, ¿Cómo permanecer en ti en esos momentos difíciles?, Dios nos propone un como:
“Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor”
Y para que sea más resumido y completo, nos resume los mandamientos a uno:
“Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado”
Amarse unos a otros con la calidad del amor de Jesús, esa calidad que supera cualquier ISO, y que en cada cual es de manera distinta porque depende de lo que Dios particularmente nos diga.
Para algunos por su situación ese amar signifique perdonar, y para otros pedir perdón; para unos limar asperezas, y para otros denunciar injusticias; para algunos buscar la unidad, y para otros definirse en contra de la corrupción; eso depende de la situación que nos toca vivir, y en cada caso.
Lo que Dios nos pide es amar al prójimo como Jesús nos ama, lo que esto implique en lo concreto, eso sólo te lo puede decir Dios, por donde podemos comenzar a permanecer en su amor, cumpliendo su mandamiento de amar a los demás con el mismo amor con que nos ama.
Dante Romero
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