PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

lunes, 20 de julio de 2009

Jesús compasivo contágianos tu compasión por nuestros hermanos

Domingo 19 de Julio

Jer 23, 1-6 ;Ef 2, 13-18 ; Mc 6, 30-34

Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6 “El Señor es mi Pastor, nada me falta”,
Gracias mi Dios y Señor nuestro, efectivamente, contigo nada nos falta. Y, aunque pasemos momentos peligrosos y oscuros, nada tememos, porque Tú vas con nosotros, guiándonos y calmándonos con su (cayado) AMOR-VIDA. Pongámonos en esa presencia amorosa del Padre, que a través de Jesús, hoy nos quiere engreír con su Amor de Buen Pastor.

Gracias, Jesús. Porque nos cuidas aunque no te lo pidamos, nos atiendes, si nos perdemos nos buscas, nos cura si nos enfermamos, nos lleva sobre sus hombros para regresarla al redil, y se alegra y es feliz cuando hace eso por nosotros porque sabes que somos frágiles; lo que quieres es que saboreemos tu Amor, lo disfrutemos y contagiados de tu Amor, tengamos compasión por nuestros hermanos.

Lo único que pides de nosotros es confiar plenamente en su pastor. Por eso, aunque pasemos “por cañadas oscuras” (aunque pasemos por dificultades) “nada tememos, porque nuestro Pastor va con nosotros; su vara y su cayado nos dan seguridad. El nos hace reposar en verdes praderas y nos conduce hacia fuentes tranquilas para reponernos nuestras fuerzas”.

Jer 23, 1-6 ¿Por qué Señor nos comparas a los seres humanos con las ovejas? Porque la oveja es un animal frágil, dependiente, no se vale por sí sola: depende totalmente de su pastor. Por cierto, no de cualquier pastor, sino de “su” pastor.

Es débil que ni siquiera puede treparse al pastor y necesita que éste la suba. Si se queda ensartada en una cerca o en una zarza, no puede salirse por sí sola y siempre anda en rebaño, no puede andar sola.
De allí la comparación del Señor al sentir compasión por el pueblo que lo buscaba: “andaban como ovejas sin pastor”.

Si se queda sola, no es capaz de defenderse, del lobo o de otros animales feroces. Su dependencia del pastor la hace ser muy obediente y muy atenta a la voz y a la dirección de “su” pastor. Y tú, mi Jesús, eres “Buen Pastor”? es el mejor de los pastores, pues das la vida por tus ovejas. Y ellas te conocen y escuchan tu voz y Tú también nos conoces.

Y nosotros somos tus ovejas, Señor y somos también frágiles, aunque la mayoría de las veces nos creemos muy fuertes y muy capaces. Somos, por lo tanto, dependientes del Señor y, tal como las ovejas, tampoco nos valemos por nosotros mismos. Sin embargo, engañados, podemos pasarnos gran parte de nuestra vida y aún, toda nuestra vida, tratando de ser independientes de Dios, tratando de valernos por nosotros mismos. ¿Cuántas veces no nos sucede esto?

Y a veces nos enredamos en nuestra vida espiritual. Y ¿quién puede desenredarnos? ¿Quién puede sacarnos de la zarza o de la cerca en que estamos atrapados? Bien lo sabemos: necesitamos de nuestro Pastor.
Por eso Jesús, es muy severo con los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de su rebaño Jesús.
Pero Dios no se queda en la censura a los pastores que han descuidado al rebaño, sino que promete El mismo ocuparse de sus ovejas: “Yo mismo reuniré al resto de mis ovejas... para que crezcan y se multipliquen... Ya no temerán, ni se espantarán y ninguna se perderá”.
Sabemos que Dios envió a su propio Hijo para ser ese Dios-Pastor que reuniría a todas las ovejas y las atendería personalmente, defendiéndolas de los peligros y alimentándolas con su Palabra y con su Cuerpo.

¿Y quiénes somos pastores? Todos aquellos que tienen influencias y de su responsabilidad, depende el bienestar material y espiritual de sus hijos, de los ciudadanos, de sus discípulos, de sus fieles, de sus alumnos, de sus fans etc.

Y qué hace Jesús, cómo buen Pastor, ve, siente y actúa por sus ovejas. No sólo se queda en el ver, la situación, admirarse o tener pena. Jesús descubre la miseria, las necesidades nuestras, y sus entrañas se conmueven, o desde el fondo de su corazón siente, se pone al nivel nuestro, y sufre con nosotros y redime con su Palabra y su Vida, nuestras vidas, Su Amor es como un misil que destruye nuestros males, egoísmos, avaricia.Jesús, tiene su corazón misericordioso porque sabe el valor de nuestra vida y quiere que la vivamos en plenitud.

Los malos pastores, son los que no les importa nuestra vida y la llenan de cargas, angustias, y problemas. Los políticos al dar una ley, no sabe cómo afecta a los más pequeños, sus vidas y palabras, corrompen a sus ciudadanos; los periodistas que profanan la verdad con calumnias o el sensacionalismo; los profesores que no respetan la integridad de sus alumnos; hasta los artistas que no saben que su vida tiene impacto sobre sus admiradores y no les importa que estos, los vean metidos en drogas, homosexualidad, divorcios etc.; los padres de familia que desconocen la importancia de la vida de cada hijo y los maltratan, física, sicológica y moralmente, con sus caprichos, estructuras ideológicas, malos ejemplos, los sacerdotes, religiosos que no son fiel testimonio de la Palabra y todos ignoramos nuestra RESPONSABILIDAD PASTORAL, y nos volvemos como Caín, argumentando ¿Soy yo, acaso guardián de mi hermano?.

La clave para ser buen pastor es ser solidario con el otro, ser cada vez más humano, y compasivo con mi hermano, abrirnos a la Vida y amor que es la plenitud de vida que Jesús nos ha regalado.
Mc. 6, 30-34 Y como Buen Pastor, primero cuida del pequeño rebaño escogido por El y más cercano a Él. Estos son los Apóstoles, a quienes hace pastores, por eso, para cuidar a su rebaño, y los llama y los invita con El “a un lugar solitario, para que descansen un poco".

Ahora bien, recordemos que todos somos Pastores,, pues Cristo nos ha encargado de llevar la Palabra de Dios a todos los que se abran a Ella. Y como Buen Pastor, Jesús, nos invita además del apostolado vivir con El en lugares solitarios y de descanso que son todos aquellos momentos en que el Señor nos llama a orar, es decir, a estarnos con El a solas para descansar en El y para dejarnos instruir por El.

Jesús es el Buen Pastor. Como tal, además de cuidar y entrenar a los pastores de sus ovejas, también se ocupa directamente de sus ovejas. Nos dice el Evangelio que, a pesar de que en este pasaje Jesús trató de irse en una barca a un lugar solitario con sus Apóstoles, la gente los siguió por tierra corriendo y llegaron primero que ellos al sitio. Y Jesús viendo “una numerosa multitud que lo estaba esperando, se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles largamente”.

Dejémonos enseñar por el Señor, buscando esos momentos de soledad en los que El nos explica su Palabra, para poder entonces comunicarla a los demás y ser compasivos con ellos.


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