PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

miércoles, 1 de abril de 2009

Yo Soy y que no hago nada por mi cuenta

Martes 31 03 09


Números (21, 4-9) Juan (8, 21-30)


Vamos a pedir al Espíritu Santo que nos ayude a orar y que él abogue para que los frutos de esta oración, sea hacer lo que Jesús hizo, no hacer nada por cuenta propia, sino, sólo aquello que el Padre le decía. Es que nuestro buen Jesús, lo que nos quiere enseñar, es ser obediente y siendo obediente puede ser levantado en alto para atraer a todos. Esa es su misión: que todos los hombres se salven.

Números. Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.

Juan: “Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, entonces conocerán que Yo Soy y que no hago nada por mi cuenta; lo que el Padre me enseñó, eso digo. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que a él le agrada”. Después de decir estas palabras, muchos creyeron en él.

Lo que Dios nos quiere enseñar, es que caminemos con los ojos fijos en Jesús, porque la mirada de Jesús no se muda, El es todo Amor y Amor misericordioso, por eso ha sido levantado en alto, con los brazos abiertos, porque está siempre dispuesto a pesar de nuestros pecados, a abrazarnos, a acogernos, y si no le queremos mirar, Él estará, siempre con los brazos abiertos, esperándonos.
Al abrazarnos, Jesús, no sólo nos quita el pecado y nuestra inmundicia, sino que nos devuelve la VIDA-AMOR, que habíamos perdido, nos da un corazón nuevo, nos pone su corazón para poder actuar como Él, con un corazón de misericordia con nuestros hermanos.

Nos hace entender, que todos hemos sido hechos del mismo barro y nadie es mejor o peor que otro, lo que varían son las circunstancias, pero igual somos hermanos, si Jesús, nos acoge, ¿Qué nos queda a nosotros, sino a acoger a los otros, que son tan pecadores como nosotros, delante de Jesús, todos tenemos faltas, porque ¿Quién actúa, conforme a Él, que actuaba en obediencia al Padre?

Algo de lo que me gusta de las personas que me han llevado, misioneros, misioneras, discípulos, es que ni se admiran, ni se asustan de mi pecado, uno puede hablar desde lo que hay dentro escondido, sin vergüenza ni ofuscación, porque se sabe entendido, comprendido y perdonado,

¡Qué bueno sería que a nosotros puedan acudir, sin ser avergonzados, ni discriminados por sus faltas!. Esto es ser levantado en alto, que nos puedan mirar, sin sentirse menos por nada, sino acogidos, atraídos por nuestro estilo de vida, porque somos obedientes a la Palabra.

Y ¿por qué Jesús es tan obediente? Porque se fía del Padre, la fe mueve montañas, por eso Jesús es capaz de ir al sacrificio de la cruz y ser levantado en alto, por tener toda su confianza puesta en el Padre. Y porque confía obedece.

Nosotros nos preguntaremos, ¿somos tan obedientes como Jesús? ¿Tenemos nuestra confianza puesta en Él? ¿Nos fiamos de su Palabra?

Cuando Jesús es obediente, el puede decir, tranquilamente “YO SOY” Yo soy la esencia del Padre, en el Espíritu porque tan fiel soy a su Palabra, que Yo me hago uno con Él.

Obedecer la Palabra, es recuperar, nuestra esencia divina, nuestra identidad, y nuestra vida, plena y abundante, para que los otros pueden alimentarse de nosotros, y así podemos ser levantados en alto para dar Vida Eterna, a quienes nos rodean.

Pidamos a la Madre, que ella nos enseñe a ser obedientes, y obedientes hasta la cruz, como Ella, que asumió con mucho Amor su ¡SI! Porque se sabía que atraería a muchos hijos al Padre.
Julia

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