PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

miércoles, 22 de abril de 2009

Pídele al Espíritu Santo la generosidad de los primeros cristianos

Martes 21 04 09


Hechos de los apóstoles 4,32-37.

Alegrémonos, regocijémonos y demos gracias, porque el Señor, nuestro Dios omnipotente, ha empezado a reinar. Aleluya. Y el Señor reina cuando se ensancha nuestro corazón para acoger su Vida y su Palabra y como Él vivir en comunicación continua con el Padre para que nos diga qué debemos hacer y cómo hacerlo, para ser como sus apóstoles, que “tenían un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenían.
A veces nuestra fe no está muerta, pero hay un divorcio entre la fe y la vida. En el Vaticano II (GS 19), dice que este divorcio origina las corrientes de ateísmo que existen en la actualidad. En nuestros ambientes esta misma incoherencia entre la fe y la vida es la causa de estas grandes masas de personas que viven en la pobreza
¿Cómo es posible que vayamos a recibir a Jesucristo en la Eucaristía y no le acojamos para compartir lo que tenemos: comida, ropa, medicina, trabajo, cultura, fe, en nuestras casas? "El que dice que ama a Dios y no ama al hermano es un mentiroso" (1Jn 3,15 y 4,20). "El que ama al Padre ama a los hijos de este Padre" (1Jn 5,1).
Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían terrenos o casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles, y
luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.

Hoy, nuestro Padre Dios quiere resucitar nuestra fe, y nos grita: "¡Despierta, sal de tu indiferencia, de tu pasividad, abre los ojos y mira que tus hermanos están mal, están ahí, tirados en el camino de la vida! ¿Por qué no les miras de frente y reconoces que soy Yo el que estoy ahí tirado en el camino esperando una ayuda? Abre los ojos, despierta, y no evadas la mirada, no te vayas por la otra parte del camino".
"Desde la fe descubrimos el rostro del Señor en los rostros sufrientes de nuestros hermanos: "los rostros desfigurados por el hambre, consecuencia de la inflación, de la deuda externa y de las injusticias sociales; los rostros desilusionados por los políticos, que prometen pero no cumplen; los rostros humillados a causa de su propia cultura, que no es respetada y es incluso despreciada; los rostros aterrorizados por la violencia diaria e indiscriminada; los rostros angustiados de los menores abandonados que caminan por nuestras calles y duermen bajo nuestros puentes; los rostros sufridos de las mujeres humilladas y postergadas; los rostros cansados de los emigrantes, que no encuentran digna acogida, los rostros envejecidos por el tiempo y el trabajo de los que no tienen lo mínimo para sobrevivir dignamente" (Santo Domingo 178).
Cuando vemos a los demás que necesitan algo de nosotros, a veces nos da miedo porque nos decimos: "¿y si ahora me paro, qué puede pasar, qué consecuencias me puede traer esto?"

Yo recuerdo con enorme agradecimiento a personas que no las conocí nunca pero que en el momento de mi accidente, no tuvieron ningún reparo en ponernos en su carro y llevarnos al hospital, en cuestión de segundos nos salvaron la vida.

Pero hazte la pregunta al revés: "¿Y si yo no me detengo y no le atiendo, qué le puede pasar a él?" Posiblemente cuando le encuentren otros ya estará muerto.
Pues ¿sabes un cosa? Que no hacer nada es dejarle morir. Y lo más grave es que cuando no amamos a los otros también nos dañamos a nosotros, porque el que no ama permanece en la muerte...

Vamos a pedirle a María, nuestra madre nos enseñe a ser generosos con nuestros hermanos.

Julia

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