PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

miércoles, 22 de abril de 2009

Queremos tener Vida eterna

Juan (3, 16-21)


“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo” y por eso me has curado, me has hecho revivir, la amargura se me volvió paz, cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía y volviste la espalda a todos mis pecados (Is38)

La oración de cada día, el esfuerzo por buscarte cada mañana para que nos enseñes a vivir en todo momento, es el primer acto de confianza. Es poner en marcha nuestra fe... dirigirnos al Padre y reconocernos como hijos. Es confiar en que Dios está ahí, esperándonos, y que Él es la garantía de que mi vida, mi entrega, mi donación no son en vano. “La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven” (Hb 11,1).

No podemos separar la fe de la vida, lo que decimos creer es la práctica de nuestra vida. Nuestra vida ha de acompañar nuestras palabras. No hacemos la voluntad de Dios porque dediquemos un tiempo a la oración o porque asistamos a grupos, ni porque digamos cosas en su nombre. Hacemos su voluntad cuando hacemos lo que Él, nos dice en su Palabra.

“Hijos míos, ¡obras son amores y no buenas razones!”(1 Jn. 2, 18). Porque la vida de Jesús ha sido muy práctica, el ha ido por delante marcándonos el camino. Cristo ha dado su vida, en Él, el Amor (Dios), no ha sido una teoría, no han sido buenas palabras, sino que ha sido muy real. Y por eso, nosotros hemos conocido lo que es el amor, no porque alguien nos haya hablado teorías bonitas sobre el Amor; sino porque alguien nos ha demostrado con su propia vida que nos quería.

“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el Hijo único de Dios”

Vivir en clave de fe, no es más que hacer vida la Palabra que cada día escuchamos. “Cristo dio su vida por nosotros. Así hemos conocido lo que es el Amor; nosotros debemos dar la vida por los hermanos” 1ªJn.2,16) Probaremos la calidad de nuestra fe en la práctica de la vida, probaremos la calidad de nuestra conversión en el amor práctico que tengamos a nuestros hermanos.
Revisemos hoy día, si nuestra vida está conforme a lo que decimos creer, si los demás al vernos, ven una vida de fe que puede seguirla como la de Jesús.
María, Madre de fe, ayúdanos a vivir la Palabra que Jesús, nos ha regalado hoy.

Julia

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