PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

jueves, 16 de abril de 2009

“Quédate con nosotros, Jesús”

Lucas (24, 13-35)

15 04 09


El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, es en el mismo día en que habían ido las mujeres a buscar a Jesús en el sepulcro, ubiquémonos en qué experiencia de resurrección hemos tenido en estos días, « ¿Habéis visto al amor de mi alma? Apenas había pasado los guardianes, (se trata de los dos ángeles) cuando encontré al amor de mi alma. Le aprehendí y no le soltaré» (Cantar 3,3-4).
Y en el pasaje de hoy los discípulos tienen otra experiencia: Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. El les preguntó: “¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?” Efectivamente, ellos rehacen su propio camino y regresan a Jerusalén, donde se encuentran con los Once y los que estaban con ellos que decían: ¡ES VERDAD! ¡EL SEÑOR HA RESUCITADO Y SE HA APARECIDO A SIMON! Ellos por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan (Lc 24,33) y cuando le reconocen Jesús desaparece de su lado y se dijeron el uno al otro ¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras? (Lc.24, 32).

Es sólo desde una experiencia personal de fe donde podemos empezar a hablar de que Jesús salva y libera. Es la fuerza de la sencilla convicción de fe creída en el fondo del corazón: ME AMO Y SE ENTREGO A SI MISMO POR MI. Ante esta experiencia, todo lo que sabemos teóricamente se viene abajo, esta experiencia se tiene que dar en nuestra propia interioridad. Sólo así puede ser fecunda y capaz de una transformación operativa de nuestro ser y, que nos vuelve fermento de cambio en el mundo que nos rodea.

Yo me acuerdo que en una Pascua, me encontré con un Jesús que le interesaba mi vida, que me había amado a mí y que me ha buscado de una manera muy personal y que se entregó su vida para salvarme de mi vida de pecado en que vivía, eso en mi marcó toda mi vida, No puedo explicar muchas cosas de aquella sencilla experiencia. Sólo sé que me sentí muy feliz y que mi vida dio un cambio total que decidí integrarme a la comunidad para que mi experiencia interior de fe se realice en el interior de una comunidad de fe que ha hecho la misma experiencia de fe.

Es en la experiencia de la resurrección, hecha por los primeros discípulos, aquellos que han convivido con Jesús y que harán la experiencia extraordinaria de su resurrección, y que nos van a transmitir de boca en boca a través de los siglos


Yo creo que ahí tenemos todos los elementos de la fe pascual, una fe que se verifica en la comunidad de discípulos y con la presencia de los apóstoles y es allí donde Jesús, le reconocemos, como Salvador y Señor, es algo que cambia absolutamente el curso de nuestra existencia y nos convierte en COMUNIDAD de discípulos Y EN MISIONEROS -ENVIADOS- para todo el mundo.

Gracias Jesús, por hacer e mi vida una experiencia íntima, en continuo diálogo con la Palabra y esta misma oración me hace ver que mis hermanos necesitan también de esta experiencia contigo para colaborar contigo en el plan de Dios: de que todos los hombres se salven.

Mamita querida, dame tu corazón misionero, para amar a mis hermanos y llevarles la Palabra de Jesús que es resucitadora.(24, 13-35)


El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, es en el mismo día en que habían ido las mujeres a buscar a Jesús en el sepulcro, ubiquémonos en qué experiencia de resurrección hemos tenido en estos días, « ¿Habéis visto al amor de mi alma? Apenas había pasado los guardianes, (se trata de los dos ángeles) cuando encontré al amor de mi alma. Le aprehendí y no le soltaré» (Cantar 3,3-4).
Y en el pasaje de hoy los discípulos tienen otra experiencia: Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. El les preguntó: “¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?” Efectivamente, ellos rehacen su propio camino y regresan a Jerusalén, donde se encuentran con los Once y los que estaban con ellos que decían: ¡ES VERDAD! ¡EL SEÑOR HA RESUCITADO Y SE HA APARECIDO A SIMON! Ellos por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan (Lc 24,33) y cuando le reconocen Jesús desaparece de su lado y se dijeron el uno al otro ¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras? (Lc.24, 32).

Es sólo desde una experiencia personal de fe donde podemos empezar a hablar de que Jesús salva y libera. Es la fuerza de la sencilla convicción de fe creída en el fondo del corazón: ME AMO Y SE ENTREGO A SI MISMO POR MI. Ante esta experiencia, todo lo que sabemos teóricamente se viene abajo, esta experiencia se tiene que dar en nuestra propia interioridad. Sólo así puede ser fecunda y capaz de una transformación operativa de nuestro ser y, que nos vuelve fermento de cambio en el mundo que nos rodea.

Yo me acuerdo que en una Pascua, me encontré con un Jesús que le interesaba mi vida, que me había amado a mí y que me ha buscado de una manera muy personal y que se entregó su vida para salvarme de mi vida de pecado en que vivía, eso en mi marcó toda mi vida, No puedo explicar muchas cosas de aquella sencilla experiencia. Sólo sé que me sentí muy feliz y que mi vida dio un cambio total que decidí integrarme a la comunidad para que mi experiencia interior de fe se realice en el interior de una comunidad de fe que ha hecho la misma experiencia de fe.

Es en la experiencia de la resurrección, hecha por los primeros discípulos, aquellos que han convivido con Jesús y que harán la experiencia extraordinaria de su resurrección, y que nos van a transmitir de boca en boca a través de los siglos


Yo creo que ahí tenemos todos los elementos de la fe pascual, una fe que se verifica en la comunidad de discípulos y con la presencia de los apóstoles y es allí donde Jesús, le reconocemos, como Salvador y Señor, es algo que cambia absolutamente el curso de nuestra existencia y nos convierte en COMUNIDAD de discípulos Y EN MISIONEROS -ENVIADOS- para todo el mundo.

Gracias Jesús, por hacer e mi vida una experiencia íntima, en continuo diálogo con la Palabra y esta misma oración me hace ver que mis hermanos necesitan también de esta experiencia contigo para colaborar contigo en el plan de Dios: de que todos los hombres se salven.

Mamita querida, dame tu corazón misionero, para amar a mis hermanos y llevarles la Palabra de Jesús que es resucitadora.

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