Te constituí profeta de las naciones

“Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tu nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.
Jeremías 1, 5-10

Esta mañana el Señor me decía:
“Antes de formarte en el seno de tu madre, antes de que tu nacieras, tu destino ya estaba escrito en los cielos, y en la palma de mi mano….Yo te consagré para ser mi propia boca, para poner en tus labios mi Palabra, yo te he destinado a ser profeta de las naciones, ese es tu nombre…ese es tu destino, esa es tu vida y tu misión y todo lo que tienes que hacer en la vida ….ser profeta, te he separado para mi, te he consagrado, tu vida la he santificado, para que proclame mi Palabra.

Yo exclamé: “¡Ay Señor, Yavé, ¡como podría hablar yo, que soy un muchacho!.”
Y Yavé me contexto: “No me digas que eres un muchacho. Irás adondequiera que te envíe, y proclamarás todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, porqué estaré contigo para protegerte, palabra de Yavé.”

"Ay Señor Yavé!, como podría hablar yo…¿en este momento? que estoy así, que me siento tan mal, que estoy pasando por esta circunstancia que me hace sentirme tan inútil, que no se como afrontar, ¡como podría yo hablar! si siento que soy ese pueblo que esta en el destierro, que necesito mas bien un Jeremías que me hable, que venga a arrancar a derribar, a destruir lo que me esta haciendo sentir tan mal, necesito Señor que me vengan a edificar….

No me digas las dificultades que tienes, se lo que pasas, se quien eres, se que eres un muchacho, que eres débil, se que no te sientes capaz, se como estas en este momento, pero iras adondequiera que te envíe, iras y proclamarás.
En esta circunstancia es que te necesito, así, en este momento, en esta etapa de tu vida, muchacho, adulto, como estés, en este estado te llamo a proclamar lo que yo te mande…no tengas miedo, no les tengas miedo a los problemas, a la gente, porque yo estaré contigo para protegerte….no vas sola, Yo estoy contigo.

Entonces Yave extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome:
"En este momento pongo mis palabras en tu boca. En este día te encargo los pueblos y las naciones: arrancaras y derribarás, perderás y destruirás, edificarás y plantarás."

Gracias Señor, por poner en mi boca tus mismas Palabras, por hacerme digna de hablar en tu Nombre, gracias Señor por confiar en mi, a pesar de lo que soy, de las dificultades y pretextos que siempre te pongo, gracias por insistir con mi vida, por escogerme por consagrarme para tu servicio, Gracias por pensar en mi pueblo, en mi familia, en mi país, en todos mis hermanos que sufren , gracias porque no nos has olvidado, porque sigues suscitando profetas en todas las naciones que vivan su misión y se la den a conocer a otros que también están llamados a vivir esta misma misión, que también son consagrados.

Gracias Madre Santísima por acompañarme en este llamado a ser profeta de las naciones, de mi familia de mis hermanos todos.