Domingo 14 de Octubre de 2007
Salmo 51.
Que importante es reconocer como está nuestra vida, nuestro corazón, como lo hizo el rey David, cuando se hizo consciente de su pecado.
Que importante es reconocer como está nuestra vida, nuestro corazón, como lo hizo el rey David, cuando se hizo consciente de su pecado.
En la oración de esta mañana, veía su humildad, el postrarse de corazón ante Dios y pedirle “ Ten piedad de mi, Oh Dios”, pedirle perdón, pedirle su poder, su amor que venga su Gracia a limpiar el pecado, la falta, la malicia…. “contra ti, contra ti solo pequé”, y me identificaba con David.
Se siente verdadero dolor de corazón cuando uno ve que ha pecado contra Dios, cuando al hacer mal al hermano, o a uno mismo, es a Dios a quien herimos, es un dolor que no encuentra alivio sino en la confesión.
Señor como quisiera no haber hecho lo que hice, cuanto tiempo alejada de ti, cuanto tiempo viviendo en el pecado, en la inconciencia, no tenía miedo de condenarme, no me importaba perder tu amistad, es mas ni lo tenía en cuenta; ahora que te conozco, que te amo, me duele mucho cuando te fallo, porque te amo tanto, que no quisiera ofenderte con nada, pero me cuesta Señor, cuesta serte fiel…
“pues mi falta yo bien la conozco, y mi pecado está siempre ante mi”.
Esa herida del pecado aun queda en mí, cuando viene la malicia, la desconfianza, la autosuficiencia, los arrebatos de cólera, de impaciencia, la desesperación, la angustia….
“Mas tu quieres rectitud de corazón y me enseñas en secreto lo que es sabio.
Rocíame con agua, y quedare limpio; lávame y quedaré mas blanco que la nieve”
Necesito tu fuerza señor, para poder vencer esos enemigos que me atacan, dame tu salvación en los momentos difíciles de este día, cuando siento que la tolerancia se me acaba, cuando ya no soy capaz de soportar, de perdonar o de comprender los defectos o las faltas de mis hermanos, cuando todo me contraría, cuando cualquier contratiempo me saca de “mis casillas”, cuando quiero explotar, cuando me cuesta tanto callarme, necesito Señor tu salvación.
por eso:
Se siente verdadero dolor de corazón cuando uno ve que ha pecado contra Dios, cuando al hacer mal al hermano, o a uno mismo, es a Dios a quien herimos, es un dolor que no encuentra alivio sino en la confesión.
Señor como quisiera no haber hecho lo que hice, cuanto tiempo alejada de ti, cuanto tiempo viviendo en el pecado, en la inconciencia, no tenía miedo de condenarme, no me importaba perder tu amistad, es mas ni lo tenía en cuenta; ahora que te conozco, que te amo, me duele mucho cuando te fallo, porque te amo tanto, que no quisiera ofenderte con nada, pero me cuesta Señor, cuesta serte fiel…
“pues mi falta yo bien la conozco, y mi pecado está siempre ante mi”.
Esa herida del pecado aun queda en mí, cuando viene la malicia, la desconfianza, la autosuficiencia, los arrebatos de cólera, de impaciencia, la desesperación, la angustia….
“Mas tu quieres rectitud de corazón y me enseñas en secreto lo que es sabio.
Rocíame con agua, y quedare limpio; lávame y quedaré mas blanco que la nieve”
Necesito tu fuerza señor, para poder vencer esos enemigos que me atacan, dame tu salvación en los momentos difíciles de este día, cuando siento que la tolerancia se me acaba, cuando ya no soy capaz de soportar, de perdonar o de comprender los defectos o las faltas de mis hermanos, cuando todo me contraría, cuando cualquier contratiempo me saca de “mis casillas”, cuando quiero explotar, cuando me cuesta tanto callarme, necesito Señor tu salvación.
por eso:
“Crea en mi, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un firme espíritu.
No me rechaces lejos de tu rostro, ni me retires tu Espíritu Santo”.
Dame tu salvación que regocija y que un espíritu noble me de fuerza”.
¿Como tengo que hacer Señor?, ¿Cómo puedo hacer, que tengo que poner de mi parte para recibir tu salvación, para dejarte hacer en mi una nueva persona, con un corazón puro, se puede?
“Solo Dame tu corazón, entrégamelo en el momento de la prueba, no te separes de mi, porque no puedes vivir sin mi, dame lo que sientes y espera, confía, no pierdas la esperanza…eso es esperar mi misericordia, que no se separa de ti…mi Espíritu mora en ti, solo invócalo cada vez que lo necesites con mucha fuerza; eso es lo que tienes que poner de tu parte, fe y voluntad, para buscar hacer mi Voluntad, para amar, para vivir con un corazón puro, que no es vivir libre de pecado, sino un corazón contrito y humillado, siempre pendiente de mi Gracia”.
Gracias Señor por renovar mi vida interior, por darme “tu salvación y hacer que sienta otra vez jubilo y gozo”.
Gracias Madre mía por acompañarme en la oración, por rogar por mi escucha, y por mi fe.
nila
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