Juan 4,14
“pero el que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en el en un chorro que salta hasta la vida eterna”.
Esta mañana me ponía delante de Dios y me hacia conciente de mi pecado, me hacia reconocer mi fragilidad y lo importante que es alimentarme de él cada mañana, todo este tiempo hacia una oración muy corta y apresurada ya que por situaciones de trabajo no podía dedicarle mas tiempo a la oración, y le pedía perdón al Señor porque solo Él conoce mi corazón y sabe cuanta falta me hacia estar en su compañía, pero que bueno saber que le Padre me espera con los brazos abiertos me dice vuelve a empezar y me transmite su AMOR a través de Jesús y sobre todo a través de la Eucaristía, que bonito saber que Él nos sigue esperando a pesar de todo pase lo que pase y por eso Jesús hoy me preguntaba:
Jesús se acerca y con mucho cariño me dice “ el agua que yo te doy te calmara esa sed esas ansias de ser feliz, yo te doy lo que mas necesitas lo que mas te llena, búscame ahora que me puedes encontrar, bebe de esta agua de mi Ppalabra, de mi Cuerpo y de mi Sangre…. El agua que yo te doy se convertirá en un chorro que salta hasta la Vida eterna”.
Señor, claro que quiero de esa Agua, claro que quiero ser feliz a pesar de todo, aunque no tenga todo eso que para el mundo es la felicidad, quiero ser una cristiana alegre, feliz a pesar de la dificultades de la vida y ¡cuántas veces Señor tu agua, tu Palabra me ha sacado de la tristeza de la mediocridad.
Madre acompáñame en la decisión de reconocer el agua que me da vida eterna y haga la voluntad del Padre y como tu sea fiel a nuestro Señor.
Claribell.
MIERCOLES 25 DE OCTUBRE DE 2007
Juan 8, 31-36
“Esto es lo que decía Jesús a los judíos que habían creído en Él. “Ustedes serán verdaderos discípulos míos si perseveran en mi palabra; entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
Les respondieron “Somos descendientes de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Por qué dices ustedes serán libres?
Nos llena el decir “Nunca he sido esclavo de nadie”….estamos acostumbrados a decirnos libres, a creernos libres, porque no nos gusta sentirnos sometidos por nadie, porque nuestra naturaleza reclama libertad de movimiento, de ideas, queremos ser “libres”, hacer todo lo que deseamos hacer, porque creemos que eso es libertad..
Yo también puedo creer que nunca he sido esclava de nadie, casi me siento orgullosa de ello, pero cuantas esclavitudes ha habido en mi vida, todo el tiempo he vivido esclava de mi misma, de mi voluntad, de hacer lo que yo quiero, atada a mis placeres, a mis gustos….
Ahora me cuesta ser libre de verdad…libre de mi misma, para hacer la voluntad de Dios, de ser libre como Jesús haciendo lo que le agrada al Padre, no lo que me agrada a mi, y me siento esclava, amarrada, atada, siento que hay una lucha muy grande, entre mi cuerpo y mi espíritu, porque quiero ser “libre”, seguir haciendo lo que yo quiero.
“Si el Hijo les hace libres ustedes serán realmente libres.”,
Jesús me enseña que tengo que soltar muchas situaciones en mi vida, que no son malos, es más son muy buenos, pero me llama a otra misión, El me está llamando a vivir con libertad, a no seguir atada a mil cosas, a prestar atención a aquellos que he dejado de lado, a los de casa, es difícil entenderlo, pero aunque parezca ilógico, solo la obediencia nos puede llevar a la verdadera libertad.
Fijando los ojos en Jesús, mirando su libertad para vivir puedo entender que es el único camino, seguir sus huellas, hacer lo que el hace, dejarle hacer en mi vida, escucharle y ser dócil, ser humilde para ser feliz, “Felices los mansos de corazón” “Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el reino de los cielos”.Mateo 5.3.8
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