Yo me apiadarè de ti

Jeremías 30, 1-24

“Así continúa Yavé:
Tu herida es incurable, una llaga dolorosa. No hay nadie para hacerte justicia ni hay remedio que te sane.”

Señor que bueno es saber que tu mirada está sobre mi vida, Tu realmente me examinas y me conoces, sabes que siento, sabes lo que sufro, el daño que el pecado ha hecho en mi, el mío y el de los otros sobre mi vida.

“¿Por que te quejas de tus heridas y porque tu dolor no se puede calmar?
Por tu enorme culpa, por tus numerosos pecados…”

Si Señor la culpa es lo peor para mi, el arrastrar con las consecuencias de haber roto contigo y con mis hermanos, o de su ruptura de ellos contigo.
Cuantas heridas por maltratos, por abandonos, por ingratitudes, por indiferencias, mis arrebatos de orgullo, de amor propio, de egoísmo, que tanto daño han hecho a muchos seres que amo.

“Ya que a ti te llamaban La Abandonada, nuestra presa, de quien nadie se preocupa, Yo voy a devolver el vigor a tu cuerpo y voy a sanar tus llagas, dice Yavé.
Señor, y que tengo yo que hacer, como tengo que vivir este proceso?
“le daré audiencia, y se acercará a mi; pues quien es el que se halla capaz de arriesgar su vida y acercarse a mi? dice Yavé.”

Solo te pido acércate a mi, déjate amar, solo escúchame, solo muéstrame tus heridas, reconócelas…mira conmigo aquellos pasajes de tu pasado que aun no has resuelto, que no los has cerrado…esos son las que te hacen sangrar las heridas, el seguir mirando atrás, y no resolverlos conmigo….acéptate como eres, acepta lo que pasó como algo que debía darse pero que no ha tenido la última palabra en tu vida, Yo soy el único que tiene la última Palabra, y siempre mis palabras van a ser de Misericordia, de amor.
Aunque te haya abandonado tu padre, o tu madre, o tus amigos, o los que mas querìas...Yo no te abandonarè, Yo me voy a ocupar de ti, ahora que me escuchas, Yo puedo devolverte la fuerza, el vigor a tu cuerpo voy a sanar todas tus llagas, para que ya no te quejes, para que tu dolor se calme, y tengas alegría.

Ahora yo te voy a curar, voy a sanar tus heridas, solo acércate a mí con humildad, con confianza, como mi hija amada, y déjate tocar por Mí.

“y allí resonaran los cantos de acción de gracias y los gritos de alegría”
“Y ustedes serán mi pueblo y Yo seré su Dios”.

Gracias Señor, gracias Jesús porque tu me haces entender estas cosas, porque tu Palabra ha llegado a mi corazón para sanarme, para darme alegría, para no vivir quejándome a través de esas actitudes negativas que antes no entendía de donde venían.
“en el futuro ustedes entenderán bien estas cosas”.

Tu me vas devolviendo la Vida con cada Palabra tuya que sale de tu boca, yo voy recuperando la salud espiritual, gracias señor por tanto bien, por tu infinita misericordia para conmigo.

nila