Por cuyo Amor aceptè perderlo todo

Filipenses 3, 4-17

“Todo lo considero al presente como peso muerto en comparación con eso tan extraordinario que es conocer a Cristo Jesús, mi Señor.
A causa de El ya nada tiene valor para mí y todo lo considero como pelusas mientras trato de ganar a Cristo”.

Las cosas que voy pasando al presente, se me presentan muy difíciles, igual que a todos, cada día trae cosas buenas y malas, cada día en una lucha por vivir, pero encuentro que para vivir, hay que saber discernir, entre lo que vale y lo que no vale; que es lo que tiene valor para mi, porque hay cosas muy valiosas pero cada uno tiene una tabla de valores propia.

Señor, Tu Amor me ha enseñado a definirme, ahora al presente ya lo se, lo tengo todo muy claro:

“Todo lo considero al presente como peso muerto en comparación con eso tan extraordinario que es conocer a Cristo Jesús, mi Señor.”

Mi Valor fundamental, mi opción fundamental en la vida es Cristo Jesús, mi Señor.
Es la causa de que lo demás no tengan ya casi peso, pesan si, pero como pelusas, son visibles, claro está, las veo, y me afectan, pero no me hunden porque no tienen peso, mientras trato de ganar a Cristo, miro lo demás, y francamente, que poco peso tiene, porque todo lo que me toca vivir en esta tierra la vivo con El que me fortalece, es a El a quien debo conocer, a quien debo conquistar a quien debo imitar, a quien debo seguir.

“Por eso quiero conocerlo, quiero probar el poder de su resurrección y tener parte en sus sufrimientos; y siendo semejante a él en su muerte, alcanzaré, Dios lo quiera, la resurrección de los muertos.”

Señor quiero conocerte, para amarte, porque solamente si te amo, me va a importar si tu sufres, y tener parte en lo que te duele, por eso quiero conocer cuales son tus sufrimientos, y al conocerlos amándote como te amo, quiero tener parte en ellos, tener parte en tus sufrimientos…

“Mis sufrimientos, los conocerás mirando mi Cuerpo en la Cruz, cada llaga, cada herida, cada latigazo, cada golpe, cada escupitajo, cada una de esas heridas que ves en mi cuerpo, tienen su origen en el corazón de las personas, de allí han salido, de la maldad que hay en sus corazones, de sus propias heridas ha salido tanta sangre, de sus valores equivocados, de su ignorancia.”

“Esos son mi sufrimientos, lo que hay en el corazón del hombre, ¿quieres tener parte conmigo?, ¿quieres vivir lo que yo he vivido?,” quiero señor, quiero ser semejante a ti en tu muerte, en la cruz, porque es el camino, el único camino, que me lleva a la resurrección.

Gracias Señor porque para mi ahora “solo vale lo que está delante, y olvidando lo que dejé atrás, corro hacia la meta con los ojos puestos en el premio de la vocación celestial... de tu llamada"

Señor, quiero seguirte, he escuchado la llamada de mi Padre Dios, a seguirte Señor, a compartir tus sufrimientos, para poder llevar a muchos a encontrarse contigo, a la resurrección. Esto es mi motor, en la vida Señor: tu Amor por el cual acepto perderlo todo.

Gracias Madre mía, por los favores que cada día recibo de tus manos, por enseñarme a orar, por levantarme cada mañana para encontrarme con tu Amado Hijo: Palabra de Dios.

nila