PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

domingo, 14 de octubre de 2007

Lo tocó y le dijo: "yo lo quiero queda limpio"

JUEVES 10 DE OCTUBRE 2007



Marcos 1, 40-42

“Se le acercó un leproso, que se arrodilló ante Él y le suplicó: “Si quieres, puedes limpiarme.”
Sintiendo compasión, Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo:“Quiero, queda limpio.”
Al instante se le quitó la lepra y quedó sano.”


En aquel tiempo había muchos leprosos en Galilea, y en todas esas tierras por donde predicaba Jesús, pero no estaban a la vista, estaban escondidos, porque estaban muy enfermos, y era una enfermedad que la llamaban “maldita”, las personas eran consideradas “impuras”, era una enfermedad que hacía que la piel se cayera a pedazos, se iban quedando desfigurando físicamente, estaban condenados a morir, poco a poco, lentamente, lejos de las personas que amaban, de la sociedad; nadie los respetaba, los despreciaban y si se acercaban a algún poblado los echaban a pedradas, se sentían marginados, sucios...

Hoy en día, también habemos muchos leprosos, tenemos una lepra del alma, una lepra que nos va desfigurando interiormente, nuestra imagen y semejanza con Dios, se esta perdiendo, vamos quedando irreconocibles muchos de nosotros, y esa enfermedad nos hace sentirnos solos, aislados aun en medio de mucha gente, porque nos sentimos menos que los demás, o mas que los demás, porque nos comparamos, porque nuestra autoestima esta enferma, por cuantas heridas que tenemos que vamos recogiendo día a día.

Cada día yo necesito que necesito acercarme a Jesús, arrodillarme ante El y suplicarle: “Señor, si tu quieres puedes curarme, solo si tu quieres Señor, no te pido que me quites este mal si es para bien mío o de alguna persona, déjamelo Señor, inclusive si mi pecado, si mi egoísmo, si mi mal carácter, si mi manera de ser, si mis heridas, hacen que yo te busque, que viva arrodillada ante si suplicándote cada día, déjamelas.”
“Si tu quieres Señor puedes limpiarme”.

Cuando le pregunto a Jesús, por mi, “Señor ¿Que sientes Tú frente a mi vida, a mis heridas?, al instante me viene preguntarle ¿Que siento yo frente a tus heridas?, entonces, no puedo pensar en mi, porque al mirarle en la cruz, veo a mi Cristo lleno de heridas, veo su Cuerpo, veo el mundo leproso, veo a mi “Jesús que viene a suplicarme, y me dice “Si quieres, puedes limpiarme….”
No puedo quedarme en mi, “A pesar de mis heridas, Señor, quiero ayudarte a curar las heridas de este mundo, el pecado, si mi vida te vale Señor, dame tu palabra esta mañana, que es la medicina que el mundo necesito que nuestra lepra, necesita para quedar purificada.

Experimento que cuado voy a curar las heridas de mis hermanos, el pecado del mundo, mis pecados, mis heridas las múltiples heridas que tengo, se van curando, descubro que el secreto esta en aplicar la medicina de la Palabra a los demás para poder curarme mas rápidamente, Jesús al instante que doy su Palabra, que la vivo extiende su mano sobre mi y me dice “queda limpia y la lepra se me va quitando.”

Puedo optar por vivir mirándome a mi, o acogerme a la Misericordia de mi Dios, que me da su Palabra que tiene doble efecto, a la vez que cura a los demás me cura a mi.

nila.

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