PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

martes, 2 de marzo de 2010

Qué necesito para vivir tu Evangelio

¿Qué necesito para vivir el evangelio?. Pídeselo
Mateo 7,7-11


El Señor, por su bondad para conmigo, me ha considerado digno de vivir el evangelio. Me ha considerado fiel, capaz de acoger su Palabra, asimilarla, hacerla vida y anunciarla a los demás. ¿Entonces que me falta para vivir el evangelio?
Lo mismo que el pueblo de Israel conoce a Dios a través de su vivir cotidiano las circunstancias históricas de su vida, y en ellas le iba conociendo, también nuestro conocimiento, del que sigue a Cristo, conlleva una forma concreta de vida, sin la cual no se llega a conocerle.
El camino de esa vida nueva es el de la oración; ese es su núcleo; se trata de un diálogo que nos lleva a “tocar” la realidad de Dios y a compenetrarnos con Aquel con quien dialogamos, de manera que nos funda y confunda con Él hasta decir como Jesús: “Todo lo tuyo es mío y todo lo mío, tuyo”. (Jn 17,10).
Es la acción eficaz de su palabra que, pronunciada sobre el pan y el vino, lo transforma en su cuerpo y su sangre, y sobre nosotros, sobre mí, en un diálogo libre y amoroso, me va arrancando de mi terreno y llevando al suyo; cuando yo le pido, le suplico que yo sea cuerpo de su cuerpo en mis hermanos y sangre de su sangre entregada por muchos, para que viéndome como Él, se animen también a reproducir a este Cristo mío y nuestro, que ama y escucha al Padre.
Y es que su palabra se me adhiere hasta transformarme en un proceso continuo de acogida, consagración en la reproducción viva de Jesús. (Rm 8,28-30).
Cristo es la norma suprema de nuestra vida para que lleguemos a vivir, el evangelio, no ya nosotros, sino Él en nosotros (Ga 2,20). Para ello es Él mismo quien nos invita a ser sus amigos.
Esa es la razón por la que se nos revela su Evangelio de Vida-Amor, se nos da a conocer en la oración de cada día; ahí en diálogo sencillo, nos va revelando sus raíces, ese manantial del que nace todo su amor, su obrar, sus decisiones, toda su exquisita profundidad.
De nuevo, hoy, me invitas a orar para que mi vida sea cada vez más la tuya.
Gracias, Jesús, porque me abres toda esta, tu intimidad, que me hace captar tu infinita riqueza (Ef 3,15), y sobre todo, tu exquisita delicadeza; esa mirada tuya sobre mí, ¡sobre cada persona!
Gracias por esa tu mirada que te hace:
- no descansar nunca (Mc 6,32-35);
- estremecerte de dolor ante la muerte de aquel muchacho (Lc 7,11-14);
- o ante la muerte de tu amigo (Jn 11,34-38);
- pero, sobre todo, de impotencia ante este pueblo, ante tu pueblo, ante mí, cuando no te escucho ni te comprendo (Lc 19,41; Is 1,2-3).
Gracias porque, en la medida en que me dejo rozar por ti, tú me vas transformando en esa persona que, como tú, es revelación de la bondad del Padre para cada persona.
Sólo tú quieres que yo te lo pida, te busque, con un corazón abierto y dispuesto a captar a recibir lo que tienes preparado para cada uno de nosotros.
Gracias Señor, porque Tú nos haces las cosas, fáciles, para ser cómo Tú, es sólo abrir el corazón para que tú lo llenes de tu Palabra, de tu Vida y de tu Amor.
Regálame ese corazón dispuesto a recibir todo lo que tú me quieres regalar y ser feliz con aquello que me das y que tu Palabra se haga vida en mí, para vivir tu evangelio.
María; Madre de la Palabra, Madre del Amor y de la Vida, enséñame a pedir para recibir con corazón sencillo lo que tú quieres regalarme hoy y todos los días que es tu Evangelio para que lo viva y de vida a mis hermanos, sobre todo a aquellos que tu lo pones en cada ambiente donde voy.
Mamá, ayúdame a vivir el Evangelio de tu Hijo Jesús.

No hay comentarios: