PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

viernes, 5 de marzo de 2010

ANIMO, YO HE VENCIDO AL MUNDO!

Comencemos este día dándole gracias al Señor por haber hecho todo para que podamos escucharle, y vivir hoy sus palabras, el Evangelio. Y nos dices que el evangelio eres Tú mismo, la Palabra de Dios tiene un rostro, tu rostro. El evangelio es una persona, Cristo. Por eso acerquémonos a la Palabra, a Cristo nuestro Señor para que él mismo nos siga capacitando con la fuerza de su amor, de su evangelio, de su Palabra.

Hoy en Romanos 8, 15-17 nos dice:

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

Lo primero que escucho de Jesús es que nos pide que reconozcamos que somos hijos y no esclavos. Hijos capaces de dialogo con él, capaces de relación y de recibir en nuestra vida su fortaleza para vivir y transmitir sus palabras de vida. Somos hijos de Dios y podemos aclamar Abba, papaíto. Papá, Padre dame hoy la fuerza, la vida, el amor, tu fuerza que me saque del temor, de la vergüenza, de la pasividad de venir a ti y quedarme con lo que me dices, o hacer de tu amor algo exclusivo para mi. ¿Cómo vives tú, Jesús, las Palabras del Padre? ¿Cómo es que el Espíritu en ti es de fortaleza? A medida de que confíes en mis palabras e intentes vivir lo que te digo, lo que conversamos, lo que entiendes te vas fortaleciendo. Al Padre le rogué muchas veces: Si quieres aparta de mí esta hora, los momentos en los que me sentí verdaderamente frágil, pero no deje de confiar y de vivir aquello que el Padre me encargo. Y comprendí que me sostendría, y que vendría la vida para muchos.

Esta experiencia le da a Jesús la autoridad de decirnos:

En el mundo tendréis aflicción (persecución), pero confiad, yo he vencido al mundo.

El Hijo, nuestro hermano, ha vencido al mundo. Que Jesús nos diga que Vivamos el evangelio no es un simple consejo, no es una simple propuesta, es el secreto de su Vida, es el riesgo por vivir de verdad y la oportunidad de que todos los hombres tenga la vida eterna. Él venció al mundo, no porque era sólo Dios. También era hombre, y lucho por vivir las Palabras del Padre. Y aquí me admiraba que siempre esté animándonos. Por qué siempre puedes anímanos? Por qué puedes decirnos que sigamos? Por qué nos dices sigue, hoy? Sólo lo puede hacer alguien que verdaderamente ha vencido al mundo. Nos dices en medio de lo que este viviendo sigue con tu fe viva, en medio de lo que estés sufriendo continua orando al padre. Cada uno tiene la experiencia de que el Padre no defrauda y aunque nuestra humanidad recae, se desanima, tenemos a Jesús que da la vida voluntariamente cada día para que tengamos vida en abundancia.

Contagiemos la esperanza a los hermanos, deseos de vivir, pero sobre todo la fuerza del evangelio, que es vida para los hijos de Dios.

Pidamos a la Madre de su ayuda para dejarnos animar hoy por Jesús, para que nos fortalezca con la fuerza de su Espíritu para vencer al mundo y vivir su evangelio.

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