Gálatas 6,10
Esta mañana sentía la invitación del Señor a vivir en oración, escuchándole cada mañana, para permanecer en comunión con El “el que siembra en el espiritu cosechará del espíritu la vida eterna”.
Al vivir en oración, escuchándole puedo ir confrontando mi vida, mirando lo que es de la carne y separarlo de lo que es de Dios.
“El que siembra en la carne y en la propia cosechará de la carne corrupción y muerte”.
Y me ha pasado que las veces que no he escuchado a Dios, que me he escuchado a mi misma, solo he encontrado frustración, porque no alcanzo a vivir yo sola las cosas que me propongo, “si alguno se cree algo cuando no es nada, se engaña a si mismo.”
Que importante es examinar lo que hacemos, pasarlo por la luz de Dios, confrontar nuestra carne con su Espíritu.
”Que cada uno examine sus propias obras”,
si no examinamos lo que vamos viviendo,no podremos corregirnos ni dejarnos corregir, lo cual seria vivir en la inconciencia y vivir cayendo en los mismos errores; en toda clase de trabajos se hacen confrontaciones, análisis; como en medicina por ejemplo examinamos lo que esta fuera de rango, para aplicar el remedio, es imposible por lo tanto pretender vivir sin examinar nuestras obras y mas aún en la vida espiritual, no estar en comunión con Dios quien es la fuente de donde bebemos, para vivir en relación con los demás, con el mundo que nos rodea..
La unión y comunión con Dios, nos da luz para discernir, los fallos, sobre todo de nuestro carácter, la gente nos dice “cambia”, y si no sabemos porque y reaccionamos con cólera y diciendo “cambia tu primero”, es porque no nos detenemos a examinar las causas de nuestra conducta.
La carga es mucha para uno solo, por eso la palabra nos dice hoy “lleven las cargas unos de otros.”
¿Cual es tu carga? mi carga es mi manera de ser, mis pensamientos que constantemente me quieren llevar a mirarme a mi misma, ya sea cuando me equivoco o cuando hago “algo bueno”, en lo bueno o en lo malo, tiendo a mirarme a mi para aplastarme yo misma o ensalzarme…cuando en la vida o en la muerte tiene que ser mi Cristo quien quede triunfante; mi carga también es mi carencia de amor, por mi propia historia, estoy siempre buscando miradas de aceptación, de acogida, de amor, esperando el abrazo, el te quiero, el halago, para compensar mi propia falta de aceptación….
¿Cual es tu carga?
“que cada uno examine sus propias obras y, si siente algún orgullo por ellas, que lo guarde para si y no lo haga pesar sobre los demás. Para esto si que cada uno cargue con lo suyo.”
¿Cuando lo hago pesar sobre los demás?, cuando desacargo mi cólera contra mis hijos, contra mi esposo o esposa, contra los muebles, porque a veces pateamos hasta los muebles o lo que se cruza en nuestro camino, pateamos con las palabras también a las personas por ejemplo: al cobrador de la combi, a los que están en la cola de alguna oficina, al vendedor, al cobrador que llega a mi puerta; porque no puedo vivir yo solo o sola las cargas de mis propios problemas.
“Así pues hagamos el bien sin desanimarnos”.
¿porque nos desanimamos?, cuando no vemos los frutos…cuando esperamos cosechar ya mismo lo que hemos sembrado, automáticamente…siempre esperamos el reconocimiento, cuando nos sacrificamos nos falta tiempo para decir “cuanto me he sacrificado por ti...y mira lo que me haces”, siempre el corazón esta esperando el agradecimiento, siempre buscamos cosechar…lo que es peor…hasta lo que no hemos sembrado…he allí la frustración.
“Mientras tengamos oportunidad hagamos el bien a todos”, no al que me agrada, al que me hizo un bien alguna vez; no se trata de vivir haciendo trueques: dice uno de los estatutos de nuestra comunidad:
“La verdadera unión de la fraternidad se basa no en la unión o trato de personas entre sí, sino en la unión o trato de las personas con Dios en Cristo” EFMVD # 17
Es vivir haciendo el bien a los demás…vivir haciendo comunidad, es construir una Iglesia; lo que rompe la unión, la comunidad es ir cada uno por su propio lado, el egoísmo, el no soportarnos, no tolerar errores, esperar que todos sean perfectos.
“hagamos el bien sin desanimarnos, que a su debido tiempo cosecharemos, si somos constantes”
¿Señor, cuando será ese debido tiempo en que cosecharemos?
Solo el Señor lo sabe, y el nos lo va a dar cuando lo necesitemos…yo encuentro que siempre el Señor me da en el debido tiempo lo que necesito… para mi es cuando ya no doy mas, cuando siento que mis fuerzas han llegado a lo máximo, cuando flaqueo en el amor fraterno, entonces El llega a ayudarme con la carga, a través de alguna persona, de algún medio…el sabe mejor que yo, el tiempo en que conviene cosechar.
Me ayuda mucho el vivir ayudando a una persona de mi casa por ejemplo, a llevar la carga de su enfermedad, y los síntomas que conlleva ésta, el mal humor, la agresividad, la lentitud física, mental, todo lo que es fruto de su enfermedad, y le agradezco mucho a Dios esta oportunidad que me regala de servirle, de amar a mi hermano …si no le ayudara a cargar este peso, no tendría sentido mi vida, porque el Amor, el hacer lo que Dios me dice cada día me hace salir de mi misma, de lo contrario me quedaría mirando mi carga, hundida con tanto peso…viviendo como antes, sembrando pesimismo, tristeza, amargura para cosechar llanto, cóleras, resentimientos y rencores, en cambio viviendo en comunión con Dios lo que ahora cosecho es la dicha y felicidad de saber que “el Padre me ama porque hago lo que le agrada”, esa es mi mayor felicidad, el mejor bien que recibo, que cosecho en esta vida.
Que la Virgencita Maria nos ayude a mantenernos en comunión con la Palabra de Dios, para poder darnos el mejor bien unos a otros sin desanimarnos.
nila.
Esta mañana sentía la invitación del Señor a vivir en oración, escuchándole cada mañana, para permanecer en comunión con El “el que siembra en el espiritu cosechará del espíritu la vida eterna”.
Al vivir en oración, escuchándole puedo ir confrontando mi vida, mirando lo que es de la carne y separarlo de lo que es de Dios.
“El que siembra en la carne y en la propia cosechará de la carne corrupción y muerte”.
Y me ha pasado que las veces que no he escuchado a Dios, que me he escuchado a mi misma, solo he encontrado frustración, porque no alcanzo a vivir yo sola las cosas que me propongo, “si alguno se cree algo cuando no es nada, se engaña a si mismo.”
Que importante es examinar lo que hacemos, pasarlo por la luz de Dios, confrontar nuestra carne con su Espíritu.
”Que cada uno examine sus propias obras”,
si no examinamos lo que vamos viviendo,no podremos corregirnos ni dejarnos corregir, lo cual seria vivir en la inconciencia y vivir cayendo en los mismos errores; en toda clase de trabajos se hacen confrontaciones, análisis; como en medicina por ejemplo examinamos lo que esta fuera de rango, para aplicar el remedio, es imposible por lo tanto pretender vivir sin examinar nuestras obras y mas aún en la vida espiritual, no estar en comunión con Dios quien es la fuente de donde bebemos, para vivir en relación con los demás, con el mundo que nos rodea..
La unión y comunión con Dios, nos da luz para discernir, los fallos, sobre todo de nuestro carácter, la gente nos dice “cambia”, y si no sabemos porque y reaccionamos con cólera y diciendo “cambia tu primero”, es porque no nos detenemos a examinar las causas de nuestra conducta.
La carga es mucha para uno solo, por eso la palabra nos dice hoy “lleven las cargas unos de otros.”
¿Cual es tu carga? mi carga es mi manera de ser, mis pensamientos que constantemente me quieren llevar a mirarme a mi misma, ya sea cuando me equivoco o cuando hago “algo bueno”, en lo bueno o en lo malo, tiendo a mirarme a mi para aplastarme yo misma o ensalzarme…cuando en la vida o en la muerte tiene que ser mi Cristo quien quede triunfante; mi carga también es mi carencia de amor, por mi propia historia, estoy siempre buscando miradas de aceptación, de acogida, de amor, esperando el abrazo, el te quiero, el halago, para compensar mi propia falta de aceptación….
¿Cual es tu carga?
“que cada uno examine sus propias obras y, si siente algún orgullo por ellas, que lo guarde para si y no lo haga pesar sobre los demás. Para esto si que cada uno cargue con lo suyo.”
¿Cuando lo hago pesar sobre los demás?, cuando desacargo mi cólera contra mis hijos, contra mi esposo o esposa, contra los muebles, porque a veces pateamos hasta los muebles o lo que se cruza en nuestro camino, pateamos con las palabras también a las personas por ejemplo: al cobrador de la combi, a los que están en la cola de alguna oficina, al vendedor, al cobrador que llega a mi puerta; porque no puedo vivir yo solo o sola las cargas de mis propios problemas.
“Así pues hagamos el bien sin desanimarnos”.
¿porque nos desanimamos?, cuando no vemos los frutos…cuando esperamos cosechar ya mismo lo que hemos sembrado, automáticamente…siempre esperamos el reconocimiento, cuando nos sacrificamos nos falta tiempo para decir “cuanto me he sacrificado por ti...y mira lo que me haces”, siempre el corazón esta esperando el agradecimiento, siempre buscamos cosechar…lo que es peor…hasta lo que no hemos sembrado…he allí la frustración.
“Mientras tengamos oportunidad hagamos el bien a todos”, no al que me agrada, al que me hizo un bien alguna vez; no se trata de vivir haciendo trueques: dice uno de los estatutos de nuestra comunidad:
“La verdadera unión de la fraternidad se basa no en la unión o trato de personas entre sí, sino en la unión o trato de las personas con Dios en Cristo” EFMVD # 17
Es vivir haciendo el bien a los demás…vivir haciendo comunidad, es construir una Iglesia; lo que rompe la unión, la comunidad es ir cada uno por su propio lado, el egoísmo, el no soportarnos, no tolerar errores, esperar que todos sean perfectos.
“hagamos el bien sin desanimarnos, que a su debido tiempo cosecharemos, si somos constantes”
¿Señor, cuando será ese debido tiempo en que cosecharemos?
Solo el Señor lo sabe, y el nos lo va a dar cuando lo necesitemos…yo encuentro que siempre el Señor me da en el debido tiempo lo que necesito… para mi es cuando ya no doy mas, cuando siento que mis fuerzas han llegado a lo máximo, cuando flaqueo en el amor fraterno, entonces El llega a ayudarme con la carga, a través de alguna persona, de algún medio…el sabe mejor que yo, el tiempo en que conviene cosechar.
Me ayuda mucho el vivir ayudando a una persona de mi casa por ejemplo, a llevar la carga de su enfermedad, y los síntomas que conlleva ésta, el mal humor, la agresividad, la lentitud física, mental, todo lo que es fruto de su enfermedad, y le agradezco mucho a Dios esta oportunidad que me regala de servirle, de amar a mi hermano …si no le ayudara a cargar este peso, no tendría sentido mi vida, porque el Amor, el hacer lo que Dios me dice cada día me hace salir de mi misma, de lo contrario me quedaría mirando mi carga, hundida con tanto peso…viviendo como antes, sembrando pesimismo, tristeza, amargura para cosechar llanto, cóleras, resentimientos y rencores, en cambio viviendo en comunión con Dios lo que ahora cosecho es la dicha y felicidad de saber que “el Padre me ama porque hago lo que le agrada”, esa es mi mayor felicidad, el mejor bien que recibo, que cosecho en esta vida.
Que la Virgencita Maria nos ayude a mantenernos en comunión con la Palabra de Dios, para poder darnos el mejor bien unos a otros sin desanimarnos.
nila.
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