Así como necesitamos de la presencia de una madre para crecer y madurar a nivel humano, en la vida de fe también necesitamos de una madre que nos acompañe y cuide, para que de esta manera podamos llegar hasta el final con nuestra vida, es decir, que ésta pueda llegar a realizar su vocación y misión para la cual fue creada.
María fue la mujer que llegó hasta el final con su vida, con un hágase constante, hizo posible que los planes de Dios se hicieran realidad en su vida, por eso, ella se convierte en nuestro modelo y testigo de que quien se fía de Dios nunca es defraudada.
"Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava" (Lc 1,48)
Que grande es descubrir y experimentar que Dios ha puesto sus ojos, su mirada sobre nuestra vida, que alegría cuando descubrimos que tenemos una misión muy particular en este mundo y es aquí donde nuestra madre María nos quiere enseñar a ser fieles a nosotros mismos, como ella lo fue, porque en nuestra fidelidad a lo que profundamente somos, ahí también le estamos siendo fieles a Dios. Él pone sus ojos sobre nuestra vida y nos elije.
"Y desde ahora siempre me llamarán dichosa porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. ¡Santo es su Nombre!. (Lc 1,49)
Es Dios quien quiere hacer y de hecho ya ha ido haciendo grandes obras en nuestra vida. A mí una de las imágenes que más me ayuda y que de alguna manera refleja mi experiencia, es la imagen del alfarero, porque siento que es Dios quien a lo largo de este tiempo ha ido dándole forma a mi vida, la ha ido modelando, aunque este proceso no ha sido fácil, ya que en muchos momentos me ha supuesto dolor, lucha, esfuerzo de mi parte, lo cierto es que Dios ha actuado, trabajado en mí vida. Yo creo que si revisamos nuestra historia y todo lo que hemos caminado hasta el momento, nos daremos cuenta que Dios ha actuado, ha ido haciendo pequeños milagros en nuestra vida aunque a veces no los reconozcamos .Por eso María nuestra madre nos invita A que digamos un Sí constante a los planes de Dios, que en el fondo son nuestros más profundos anhelos y sueños.
Hace varios años vi en un afiche la siguiente frase que a mí me ayudó mucho:
"Di sí a los planes de Dios si quieres realizar los sueños de tu vida".
Por eso María, nuestra madre, nos dice, “di sí a los planes de Dios, así como un día yo dije ¡Hágase!, para que se haga realidad los sueños de Dios sobre tu vida, que también son tus sueños”.
Margarita Rodríguez
María fue la mujer que llegó hasta el final con su vida, con un hágase constante, hizo posible que los planes de Dios se hicieran realidad en su vida, por eso, ella se convierte en nuestro modelo y testigo de que quien se fía de Dios nunca es defraudada.
"Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava" (Lc 1,48)
Que grande es descubrir y experimentar que Dios ha puesto sus ojos, su mirada sobre nuestra vida, que alegría cuando descubrimos que tenemos una misión muy particular en este mundo y es aquí donde nuestra madre María nos quiere enseñar a ser fieles a nosotros mismos, como ella lo fue, porque en nuestra fidelidad a lo que profundamente somos, ahí también le estamos siendo fieles a Dios. Él pone sus ojos sobre nuestra vida y nos elije.
"Y desde ahora siempre me llamarán dichosa porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. ¡Santo es su Nombre!. (Lc 1,49)
Es Dios quien quiere hacer y de hecho ya ha ido haciendo grandes obras en nuestra vida. A mí una de las imágenes que más me ayuda y que de alguna manera refleja mi experiencia, es la imagen del alfarero, porque siento que es Dios quien a lo largo de este tiempo ha ido dándole forma a mi vida, la ha ido modelando, aunque este proceso no ha sido fácil, ya que en muchos momentos me ha supuesto dolor, lucha, esfuerzo de mi parte, lo cierto es que Dios ha actuado, trabajado en mí vida. Yo creo que si revisamos nuestra historia y todo lo que hemos caminado hasta el momento, nos daremos cuenta que Dios ha actuado, ha ido haciendo pequeños milagros en nuestra vida aunque a veces no los reconozcamos .Por eso María nuestra madre nos invita A que digamos un Sí constante a los planes de Dios, que en el fondo son nuestros más profundos anhelos y sueños.
Hace varios años vi en un afiche la siguiente frase que a mí me ayudó mucho:
"Di sí a los planes de Dios si quieres realizar los sueños de tu vida".
Por eso María, nuestra madre, nos dice, “di sí a los planes de Dios, así como un día yo dije ¡Hágase!, para que se haga realidad los sueños de Dios sobre tu vida, que también son tus sueños”.
Margarita Rodríguez
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