PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

lunes, 5 de noviembre de 2007

No puedo callar tus palabras


La Palabra de Yave me acarrea cada día humillaciones e insultos.
Por eso decidí no recordar mas a Yavé, ni hablar mas en su nombre, pero sentía en mi algo así como un fuego ardiente aprisionado en mis huesos, y aunque yo trataba de apagarlo no podía.”
Jeremías 20, 8b, 9

Esta mañana, necesito Señor que me examines, que sondees como va mi vida de apóstol, de profeta, ¿como estoy viviendo tu envío?, que me digas en que estoy mal. y me conduzcas por tus sendas.(Salmo 139, 23-24)

Señor ¿mis palabras me acarrean humillaciones e insultos?, ¿les digo lo que tu me mandas?, ¿de que hablo?, siento que muchas veces no hablo donde debo hacerlo, no busco los ambientes de guerra, donde se necesita tu Palabra, busco ambientes cómodos, donde hay personas que están dispuestas a escucharme, no siento el rechazo, ¿que pasa conmigo Señor? ¿No estoy yendo donde tu quieres que vaya?, ¿será que trato mas bien de complacer a los demás, decirles lo que quieren oír?

Entiendo que ser profeta es vivir una vida dificil, que no es fácil, necesito entonces que me enseñes a vivir pegada a ti, fortaleciendo mi interior, con el fuego del Espíritu Santo, santificador, que arrase con todo lo negativo que hay en mi, para poder ser luz, ser fuego que arda, que ilumine a los demás, que anuncie y que denuncie.
¿Que clase de fuego tengo en mi interior, es como el de una velita, o el de un gran fluorescente? ¿Cual es la potencia de mi oración de cada mañana, enciende tu fuego en mi?, ¿me sirve para encenderme de amor por ti, de fuego apostólico para ir a profetizar?

Señor, Jeremías era fiel a tu Palabra por eso siente los efectos, porque tu Palabra no deja igual a las personas, las cuestiona en su modo de vivir, y no les gusta, mas fácil es acomodarme a su modo de pensar que decirles lo que les puede pasar si siguen así, profetizar en sus vidas; cuando damos tu Palabra, nos mandan callar, o se burlan, o nos dicen que solo vemos desgracias, siendo que lo único que queremos es decirles el camino recto que deben seguir para ser felices.

A veces como Jeremías me he sentido así, he dicho ¡ya no les voy a decir nada, bueno pues, que se atengan a las consecuencias, de lo que están haciendo, de dejar a sus hijos solos tanto tiempo, de tomar tanto licor, de vivir solo para lo frívolo y superficial, ¡ya no les voy a decir que van a sufrir sus hijos de grandes, que al final van a cosechar tristeza, enfermedades, sufrimientos!.

Pero pasa un tiempo y me pongo a hablar nuevamente, porque siento en mi ese fuego del que habla Jeremias un fuego ardiente aprisionado en mis huesos, porque ya estas en mi Señor, siento que desde dentro me gritas, me mueves, me haces salir de mi misma, es un fuego que no puedo apagarlo, no puedo, ya no puedo apagarlo, porque has puesto en mi tus entrañas de Padre, de Madre, me importa la vida de mis hermanos, mas que mi propia vida, que mi propia seguridad, que mi propio ego.

Gracias por que Tu me dices: “¡Fuego he venido a traer a la tierra!, a tu tierra, a tu barro, yo he venido a encenderlo de Amor, para que pueda contagiar a otro, para propagarlo por todo el mundo, no tengas miedo, YO soy ese fuego, que vive dentro de ti, el siervo no puede ser mas que su Señor, cuando pases la cruz, yo estaré contigo, no temas yo hablare por ti.”

Gracias Señor, por venir a mi vida, por traer ese Fuego que mi vida, que el mundo necesita, Ayúdame Señor, este día, a pasar por el bautizo de la prueba, con el fuego de tu Amor ardiendo en mi corazón, con tu fuerza y tu poder, que queme todo sentimiento negativo, cada pensamiento, cada idea que se me venga a la cabeza, que viva con tu paz, la paz dentro de mi, para que pueda ver todo como Tú lo miras, no sobredimensionar las cosas, los acontecimientos, Señor, quema en mi los miedos, las angustias, hazme pasar por el bautismo de las pruebas hoy día, como lo hiciste Tú, el bautismo de la cruz de cada día, y en la noche Señor cantaré mi alabanza para ti, Dios mío, mi Rey.

Bendícenos Madre mía, en este día, para poder ser ese fuego que el mundo necesita, el fuego del Amor de Dios propagándose por toda la tierra.

No hay comentarios: