PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

martes, 6 de noviembre de 2007

Lo que tengo te lo doy: La Palabra de Dios

Hechos 3, 1-9

A mí una de las cosas que me llena de alegría y que me enamora, es que Jesús me llame por mi nombre y me diga­: "te necesito”. Que grande es poder descubrir que tenemos una misión en el mundo, que tenemos un lugar especial, particular, insustituible dentro de este plan de salvación, y que le podemos responder desde lo que somos y tenemos.


Aquí es muy importante ser conscientes de que no somos perfectos, que no tenemos la vida trabajada o curada totalmente, sino que estamos en proceso, en camino, y sin embargo es ahí donde Jesús nos llama a compartir lo que hemos recibido de parte de él como un regalo.


Lo más grande que podemos dar y contagiar a los otros no son nuestras cosas o conocimientos, sino el fruto de nuestro encuentro con él, que se puede dar de forma explícita a través de nuestra palabra, dando razón de nuestra esperanza, o también se puede dar a través de una manera más implícita que es nuestra propia vida, nuestras actitudes, gestos, y esto lo vemos de alguna manera a través del siguiente pasaje.

Cuando el paralítico vio a Pedro y a Juan, que estaban a punto de entrar en el templo, les pidió una limosna. Ellos lo miraron fijamente, y Pedro le dijo: Míranos. El hombre puso atención, creyendo que le iban a dar algo. "Pero Pedro le dijo: No tengo plata no oro, pero lo que tengo te lo doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Dicho esto, Pedro lo tomó por la mano derecha y lo levantó, y en el acto cobraron fuerzas sus pies y sus tobillos. Hechos 3, 3 –7)

Quizás en muchos momentos nuestros hermanos tengan expectativas diferentes con relación a lo que nosotros queremos ofrecerles, sin embargo lo que tenemos para darles es mucho más de lo que ellos mismos esperan y de lo que nosotros creemos que estamos dando.
A veces puede parecer poco lo que damos u ofrecemos, pero en las manos de Dios eso que nos parece poco o insignificante, se transforma en gracia, luz, para quien lo recibe. Es él quien con su fuerza, su poder, actúa en la vida del otro, trabaja silenciosamente sin que en muchos momentos nos percatemos.
Por eso Jesús nos invita a dar desde lo que somos y tenemos, nuestros dos panes y tres peces, con la confianza de que él con su poder, actuará, dándole al otro lo que necesita.

Margarita Rodriguez.

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