PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

martes, 11 de diciembre de 2007

En Adviento, el Señor es Fortaleza

Martes 11 de diciembre del 2007


Salmo 27, 1-5

Quién no experimenta en el caminar de su vida, la lucha, la dificultad, la falta de luz, el cansancio. Es en esta noche oscura del alma, donde buscamos luz, consuelo, compañía.

El señor es mi luz y mi salvación,
¿de quién podré tener miedo?
El señor es mi fortaleza
¿a quien habré de temer?

(Salmo27,1)

Jesús me invitaba a pedirle con fe lo que mi vida necesita en este momento. Creo que una de las cosas que en muchos momentos necesitamos, es claridad, luz para seguir caminando. Una de las cosas que he aprendido en este tiempo es que la voluntad de Dios es que ejerzamos nuestra libertad, es decir que tomemos nuestras propias decisiones, opciones, aunque a veces nos equivoquemos., pero también experimento que es en la oración, en el diálogo tú a tú con él, donde vamos encontrando la claridad, luz y fuerza para sacar adelante nuestros proyectos y sueños, que también son los de Dios.
Hay situaciones y vivencias en las que sentimos que es muy difícil que los otros nos comprendan o se pongan en nuestro lugar., sin embargo, que consuelo da al corazón, experimentar que Dios es alguien totalmente distinto a mí, pero que al mismo tiempo es capaz de sentir y comprender perfectamente lo que vivo, siento, y no sólo eso, sino que viene en nuestro auxilio frente a nuestra necesidad.

Los malvados, mis enemigos,
se juntan para atacarme y destruirme.,
pero ellos son los que tropiezan y caen.
Aunque un ejército me rodee,
mi corazón no tendrá miedo.,
aunque se preparen para atacarme,
yo permaneceré tranquilo.
(Salmo 27,2-3)

Aquellos que en muchos momentos nos atacan y quieren destruirnos, no están fuera de nosotros, sino que en muchos momentos, nosotros somos nuestros propios enemigos. Cuando nos quedamos mirando nuestros límites, carencias, lo que nos falta superar, lo que no tenemos y nos gustaría etc., es ahí cuando los enemigos del desánimo, desesperanza, tristeza, nos envuelven, no permitiéndonos ver la luz que hay en nosotros, es decir nuestras capacidades y talentos que Dios ha puesto en nuestra vida para que los disfrutemos, despleguemos y estén al servicio de los otros.

Sólo una cosa he pedido al Señor,
sólo una cosa deseo:
estar en el templo del Señor
todos los días de mi vida,
para adorarlo en su templo
y contemplar su hermosura.
(Salmo 27,4)

Es por eso el deseo de nuestro corazón, de estar en la casa del señor, que es nuestra propia vida, y aquí, aprender a encontrarle presente, poder experimentar su abrazo tierno, su voz suave y firme, su compañía que sostiene y levanta, su mirada de cariño y posibilidad para con nuestra vida, para que nosotros podamos hacer lo mismo con nosotros y con los otros.
Margarita Rodriguez

No hay comentarios: