Adviento: tiempo de ponerse las armas de la Luz

Domingo 9 de Diciembre del 2007

“Por lo demás fortalézcanse en el señor con su energía y su fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de Dios para que puedan resistir todas las maniobras del diablo.”
Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, lo espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.
Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas. Tomen la verdad como cinturón, la justicia como coraza; tengan buen calzado, estando listos para propagar el Evangelio de la Paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio. Por último, usen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, o sea, la Palabra de Dios. Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo….” Efesios 6, 1-17.

Esta mañana le hacia muchas preguntas al Señor, como: ¿Qué significa este llamado a armarnos?, ¿porque es tiempo, porque es hora?, y me iba diciendo porque es Adviento, tiempo de espera, pero no es un tiempo de 20, 30 días o 15, sino que es tiempo de espera toda nuestra vida en la tierra es tiempo de Adviento, de preparación, en que no hay que descuidar nuestra vida espiritual, porque el demonio está al acecho, y solapadamente, sutilmente se infiltra en nuestra vida, para c.

el Señor me invitaba a resistir, poniéndome la Armadura de Dios, para mantenerme en la fila, le decía ¿Cual fila Señor?, la fila de los creyentes, de los cristianos, el ejército de Dios, como decía San Ignacio de Loyola, la Compañía de Jesús…no nos estamos enfrentando entre nosotros, no se trata de llevarnos bien, de no pelearnos, de no discutir, de no ofendernos, solo entre nosotros, porque toca, sino mirar que detrás del mal que nos hacen están las fuerzas oscuras los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba, no los podemos ver porque son espíritus, pero si vemos sus efectos en lo negativo y malo de este mundo, así como se ve a Dios y sus Efectos en el Amor que nos tengamos unos a otros,
“Necesitas permanecer en mi, para resistir necesitas mi fuerza, mi poder, sola no puedes” necesitan orar y suplicar por sus hermanos para que no caigan bajo esas flechas incendiarias, que los queman, que los hacen vivir secos, carbonizados, duros de corazón.

Esta mañana también entendía de parte del Señor, que tengo que ponerme el casco de la salvación, para cambiar mis intenciones, para no vivir soltando las cosas, el Espíritu Santo me hacía ver que muchas veces pierdo la intención de Jesús, suelto la Palabra, dejo las cosas sueltas.
Entendí que ponerme el casco de la salvación, es pelear y luchar y defender con mi vida la vida eterna de mis hermanos, no es decirles que hagan cosas, compartir un trabajo parroquial o por navidad, que mas allá de todo esta la salvación eterna de las personas, tras una chocolatada, tras un regalo que demos, tras todo eso hay un propósito.

El propósito de Dios es llega a ellos a través de nuestra vida, que lo conozcan para que también ellos se pongan la armadura de la Luz, no pueden ir desarmados, el tiempo presente es para construir el futuro, la vida eterna, la salvación, desde aquí, ser feliz desde aquí, ponerse la armadura de Dios es ir seguro, con fe, con esperanza, feliz por estar con el poder de Dios por, ir acompañados, por tener nuestra Luz y nuestra salvación en Alguien que ha vencido el mal, que sabe como y que nos ama y nos enseña.

Pónganse la armadura de Dios, colóquenla bien sobre sus hombres, el cinturón de la verdad, la Espada de la Palabra el buen calzado…..no es cualquier calzado, porque a veces no llevamos bien la Palabra, y nos saca ampollas, nos aprieta la Palabra, tengan buen calzado, para que la Palabra esté a sus anchas….para propagar el Evangelio de la Paz….tengan siempre en la mano el escudo de la fe….para no flaquear, la fe no nos puede faltar…tiene que estar en la mano muy cerca….—así podrán atajar esas flechas incendiarias del demonio…

Que nuestra madre nos socorra, en este camino de Adviento, de la llegada de Jesús de toda nuestra vida, para trabajar por las salvación de nuestros hermanos, mas allá de las cosas materiales está el deseo de Dios es llegar a los corazones de sus hijos…que Mamá María no ayude a no perder de vista que este tiempo es tiempo de salvación de ponerse las armas de la luz, porque no podemos ir desarmados….”Sin mi no pueden” Jn 15,5