PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

jueves, 8 de octubre de 2009

La vida que se entrega engendra vida

Desde los días de Juan Bautista hasta ahora el Reino de Dios es cosa que se conquista, y los más decididos son los que se adueñan de él." Mateo 11,12


Desde que nos han predicado el Evangelio, desde que le hemos creído a Dios, desde que hemos reconocido a Jesús como nuestro salvador, nuestro amado redentor, hasta ahora, vivir el Reino de Dios para nosotros no ha sido fácil, cada día tenemos que tomar decisiones para conquistarlo.


Quien sigue a Jesús tiene que decidirse a vivir como conquistador, luchando, venciendo a veces otras talvez fracasando en el intento, pero volviendo a luchar sin cesar, si ya tenemos conciencia de lo que trata, de cual es nuestra meta, el objetivo de nuestra vida, va a ser mas fácil tomar decisiones, el camino va a ser mas claro.


Desde los días que le dijimos Si a Dios, vamos a pasar por caminos de tribulación, de rechazo, de incertidumbre, de fracasos, de frustraciones, pero en todo eso vamos con la certeza que nos da la fe de que nosotros si sabemos hacia donde vamos, en donde estamos decidiendo vivir, esa es nuestra Fuerza.


Aunque nos cueste, porque si te das cuenta las cosas mas valiosas que tenemos, las que mas amamos y cuidamos son aquellas que mas nos han costado conseguir, por las que hemos sufrido o pagado mas.

Dios nos da su Gracia, nos da fe, pero nos toca a nosotros acoger aquello que El nos da: Con nuestra voluntad, con nuestra inteligencia, nuestra libertad. Decidirnos y actuar eso es lo más importante, para poder luchar y adueñarnos del Reino de Dios.


Nuestra vida ya no es vivir por vivir, dejando pasar el tiempo, los meses los años, sin sentido, Cada día tratamos de adueñarnos del Reino, porque hemos descubierto que es la felicidad, que es el amor eterno, que es la paz duradera, la dicha que no se acaba, la alegría que no tiene igual, porque hemos encontrado el Tesoro, y así como los conquistadores a lo largo de nuestra historia lucharon por adueñarse del tesoro material, nosotros luchamos por adueñarnos del Tesoro de la Vida eterna y esta lucha se da la mayoría de las veces en nuestro interior para conseguir liberarnos de aquello que nos esclaviza, que nos quiere atar a las cosas materiales, a los sentimientos terrenales, a nuestros propios remordimientos y culpas, a nuestra baja autoestima, a querer vivir una vida egocéntrica, solitaria e infeliz que no da fruto.


Jesús nos dice:

“En verdad les digo: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo, pero si muere, da mucho fruto.” Juan 12,24

¿Señor, a que tenemos que morir? A lo que no te da vida, ¿que es lo que no me da vida?

¿Qué es lo que no me deja dar fruto? ¿Qué raíces improductivas tengo que cortar?

Cuando uno lee la vida de los santos, es algo maravilloso a mi me ayuda mucho, porque me enciende por dentro en ganas de vivir como ellos, de amar a Dios como ellos lo hicieron, ellos fueron granos de trigo que dieron la vida, y ahora, después de muchos años, aunque ya no estén, cuanta vida siguen engendrando no fue fácil para ellos, pero cuantos ahora vivimos por su entrega, por su fe.


Cuantas congregaciones: Los franciscanos, los Jesuitas de San Ignacio, las Clarisas, los Dominicos. Y nosotros Verbum Dei por la entrega de Jaime Bonet, de las misioneras, cuanta vida engendrando vida de Dios.

Desde que nos predicaron la Palabra hasta ahora estamos engendrando vida también a través de nuestra vida unida a Cristo por el carisma de la Oración, el testimonio de vida y la prédica de la Palabra.


Nos toca a nosotros repetir esta entrega, ser granos de trigo en este siglo para poder enseñar a muchos a vivir tomando decisiones que engendren vida, que den frutos, que no se queden, en aplausos humanos, en buscar la gloria efímera, las coronas que se marchitan, sino que se decidan a adueñarse del Reino eterno, de la Vida Plena, del Amor de Dios.

Nila

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