PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

jueves, 26 de marzo de 2009

Yo seré tu Dios


Éxodo 32, 7-14; Juan 5, 31-47

Pongámonos en ese contexto de Moisés, de un diálogo tan confiado con Dios, Moisés le habla como un amigo, boca a boca, y es más usa un diálogo insinuante con Él, a mi me parece que es una oración preciosa, este diálogo, cuando Dios le dice que va a castigar al pueblo por que se ha hecho sus propios dioses, Moisés le dice a Dios:

“¿Por qué ha de encenderse tu ira, Señor, contra este pueblo que tú sacaste de Egipto con gran poder y vigorosa mano?

¿Vas a dejar que digan los egipcios: ‘Los sacó con malas intenciones, para hacerlos morir en las montañas y borrarlos de la superficie de la tierra’?

Apaga el ardor de tu ira, renuncia al mal con que has amenazado a tu pueblo.

Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, siervos tuyos, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: ‘Multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo y les daré en posesión perpetua toda la tierra que les he prometido’ ”.

Inclusive es un diálogo provocativo ¿Qué dirán los egipcios? Además le dice “recuerda lo que has prometido…. Este es un diálogo de un amigo íntimo a otro, en ese contexto vayamos a la oración, de saber que, con quién voy a hablar, es con un amigo cercano, que me quiere; pero a la vez confío en su poder porque es Dios, y lo deja actuar como Dios, sin pretender hacerle que cumpla sus ideas; lo hace con humildad, estamos en sus manos pero confiamos en tu bondad, es una oración de intercesión, Moisés intercede por sus hermanos que se han olvidado del Dios que los sacó de Egipto y dejándose ganar por la desesperación de no encontrar la tierra prometida fácilmente, se buscan otros dioses de oro, que no hablan, que no oyen, que no aman, y se olvidan del Dios, que es persona, que ama, siente, habla y nos escucha.

A Dios le gustó la oración de Moisés, tanto que se olvidó de su cólera.

Pidamos a María, que el fruto de nuestra oración sea tener más intimidad con Dios, a conocerlo a amarlo sobre todas las cosas, a sentirme tan amado que puedo derramar amor donde quiera que me encuentre.

Juan 5, ”Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan como enviado del Padre.

Moisés es la imagen de Jesús, que ora con el Padre, el de Jesús es perfecto, porque hace cambiar la idea de Dios, por la de un Papa, Papito, que confía en Jesús porque, Jesús es obediente, ha venido a la tierra a complacer al Padre, ha venido a enseñarnos a escuchar, a vivir en permanente diálogo con el Padre, y lo escucha precisamente para hacer la voluntad, sólo hago lo que el Padre me ha concedido realizar, en otra ocasión dice, yo hago lo que veo a hacer al Padre.

Para eso vamos a la oración, a hablar con Dios y cada vez en un diálogo más confiado, que me haga parecer a Jesús, hasta que yo haga las obras que hace Jesús. Esa es nuestra meta ¡Aquí está mi cuerpo Oh Dios, para hacer tu voluntad!

Que en oración entremos al Corazón de Jesús, y preguntarle ¿Qué puedo hacer, para hacer tus obras? ¿Qué te hace a ti, mi Jesús, complacer al Padre? Yo quiero ser la complacencia de Dios, ¿Dime, Jesús, qué puedo hacer? Debes tener la firme decisión de querer dejar aquello, que te impide hacer mis obras, analiza tus pensamientos, sentimientos porque lo que no te deja hacer mi voluntad, sale de adentro, nada de lo que entra hace daño; sino lo que tenemos de resentimientos, heridas, faltas de perdón, de misericordia, o de indiferencia ante los demás, ¿de dónde te provienen?

Dale nombre a tu pecado, proviene del orgullo, de la envidia, soberbia, de decirle No a la Palabra de Dios.

Entonces, pídele a Dios, que te ayude a liberarte de lo que hay en tu corazón y hacer el firme propósito de dejar todo aquello que te impide hacer mis obras, a cualquier precio, sea el precio de dejar tu comodidad, pereza, orgullo, gula, ira, lo que sea dejo a cualquier precio, con tal de hacer que Dios sea realmente mi Dios.

Pidamos a María que el fruto, de nuestra oración sea ¡Hágase en mi según tu Palabra! Y la Palabra por obra del Espíritu Santo se encarna en nosotros.

Julia

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