PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

lunes, 16 de marzo de 2009

Señor si tu quieres ¡Cúrame!


Lunes: 2Re 5,1-15; Sal 41; Lc 4,24-30

Señor, ayúdame a ponerme en tu presencia, no sólo en este momento, sino en cada momento de mi vida, porque sin Ti no puedo amar, no sé confiar, no puedo comprender, en este tiempo que me concedes de Cuaresma, es tiempo de volver a ser, lo que Tú me hiciste, a tu imagen, capaz de pasar por la vida haciendo el bien como Tú lo hiciste.

Mamita María, ayúdame a encontrar en las cosas sencillas la VIDA y el AMOR, basta como Tú Madre, decir ¡Sí! A la Palabra que hoy me quiere regalar, Jesús.

Tu Palabra, se centra hoy en Naamán, que estaba leproso, pero que ni su valor, ni su poder, podían curarle, la sirvienta le aconseja, que vaya a ver a Eliseo, el profeta, él podía curarle, y cuando Eliseo se entera de que el Rey se había rasgado sus vestiduras, él manda a decir a Naamán, que se sumerja en el río siete veces, y luego por consejo de sus soldados, se baña y queda limpio.

Cuántas cosas, nos quieres enseñar Jesús con tu Palabra, primero dejarnos aconsejar de quien menos valoramos, Naamán podía decir ¿Esta sirvienta me va a decir lo que debo hacer? Pero se deja llevar por los consejos y le va bien, ¡cuántas veces nosotros subvaloramos o ni siquiera tomamos en cuenta lo que nos aconsejan los demás, por creernos que sólo nosotros tenemos la razón, que nuestras ideas deben de prevalecer o qué estamos por encima de los demás, Jesús nos enseña, quien quiere ser el superior ha de hacerse el más pequeño y que Dios da la Palabra a los más pequeños, para que le obedezcan, Él quiere que descubras cuán obediente eres a la Palabra de Dios, venga de quien venga, es reconocer que es de Dios y una muestra que viene de Dios es el fruto de Bien, y paz que me da a mí mismo y a los demás.

Luego, Eliseo le manda a sumergirse en el río y Naamán exclama, yo tengo mejores ríos y me manda a meterme en este riachuelo, pero ante Dios, mi querido Naamán, no te valen ni tus ríos ni tus espadas, ni su fama, lo que te va a curar es la obediencia a la Palabra,
Jesús, Tú, nos quieres enseñar, tu “Yo no hago nada si el Padre no me lo dice” y obediente hasta la muerte en Cruz.

Por eso Jesús, hoy me pongo a tus pies, para aprender de Ti, Eliseo, es la prefigura tuya, haz ido preparando a todas las generaciones, para poco a poco, comprender la manifestación del Amor por nosotros, enseñarnos la Obediencia a tu Palabra, que es la que nos cura de la lepra, que hoy queremos reconocer que la tenemos, y que también deseamos que nos enseñes a desear curarnos porque sólo tú puedes curarnos, el agua del río es signo del bautismo que nos deja limpios, pero también es el sacramento de la penitencia, en la que libre y voluntariamente por amor a ti, te decimos, ¡Señor, cúrame! Porque estoy enfermo y no me daba cuenta, pero ahora que te veo y que veo no sólo depende de mi querer sino que también de tu gracia, la gracia quiere que yo lo acoja, y mi alma quedará sana.

A tanto amor manifestado por ti, mi Jesús, a mi corazón sólo le sale corresponderle, quiero amarte siempre, mi Señor, ahora y siempre. Y al amarte a Ti, me hace amar cada vez más a mis hermanos, porque yo no soy ni mejor, ni peor que ellos, simplemente somos hermanos en Ti ,y por eso no hay ninguna barrera para dejar de amarlos, tu CRUZ, derribó todos los muros que nos separan.

Mamá, haz que como tú, sea obediente a la Palabra que hoy Dios me ha regalado.

Julia



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