Creí por eso hablé

Martes 15 de enero de 2008

El cristiano es aquella persona que comunica o da a conocer explícita e implícitamente al Dios que llevan dentro, esto se traduce y se hace concreto en la misma vida. No se trata de un hacer cosas o una actividad más que me toca, sino en un estilo de vida que impregna mi manera de pensar, sentir y actuar. En muchos momentos se puede decir mucho, con muy pocas palabras, a veces la palabra que es nuestra vida misma, es más elocuente que las cosas que decimos, pero esto no es algo que se improvisa, sino que es todo un proceso de transformación que se va fraguando en esos encuentros de oración, cargados de afecto, diálogo, con aquel que profundamente me ama y me llama cada día al diálogo con él.

La escritura dice: “Tuve fe, y por eso hablé”. De igual manera, nosotros, con esa misma actitud de fe, creemos y también hablamos. (2corintios 4,13)

La predicación con la vida y la palabra, despierta en nosotros la “fe”. A mí en muchos momentos me ha pasado que después de escuchar una predicación, por ejemplo, una escuela de la palabra o una reflexión que me ha llevado a un momento de oración, he sentido que algo que estaba dormido en mí se despierta y esta fe que se aviva, me ha hecho reconocer al Dios que vive dentro de mí, que me invita a escucharle y a descubrir cómo me está amando. Es desde esta experiencia de “fe y encuentro con el que vive en nosotros” donde nuestra vida habla con palabras y con gestos como algo espontáneo, como si fuera una buena noticia.

Hace 2 años que yo trabajo en uno de los colegios de Fe y Alegría, trabajo con las hermanas de “La Santa Cruz”, me encanta lo que ellas hacen y la forma en que viven su carisma. Su dedicación es bastante amplia, según el carisma personal que cada una tiene, creo que eso es una riqueza. Una de las cosas que más me habla de Dios es su vida, sus gestos, su cercanía, su entrega en lo que hacen, su generosidad con las personas que se le acercan, en el caso de ellas, tanto dentro, como fuera del colegio, esa es la forma en las que ellas me hablan de Dios.

Yo también he aprendido en todo este tiempo, que mi carrera es un medio a través del cual yo puedo compartir mi ser cristiano, a través de los temas que trabajo con los padres, o las orientaciones y apoyo psicológico que realizo con las personas que se me acercan etc. La mies es mucho, y Dios nos invita a dar con generosidad, lo que cada uno ha recibido, con la vida y la palabra.

Margarita Rodriguez