Joel 2, 12-14.17
Dice Yavé “Vuelvan a mi con todo el corazón. Con ayuno con llantos y con lamentos. “Rasguen su corazón, y no sus vestidos, y vuelvan a Yavé su Dios porque el es bondadoso y compasivo; le cuesta enojarse y grande es su misericordia..
De la oración de hoy día, he entendido muchas cosas, el Señor cuando nos habla lo hace con mucha ternura con mucha compasión., y eso es lo que he entendido que cuando nosotros sufrimos, o tenemos problemas, automáticamente buscamos compasión, una mirada.
Una palabra de consuelo rápidamente provoca el querer llorar, el querer echarnos en el hombro del otro a desahogarnos y muchas veces no es el hombro que conviene…
El Señor hoy me decía: “Vuelve a mi, si necesitas que te compadezcan mi corazón es bondadoso y compasivo, porque sabe que ustedes necesita compañía en momentos de sufrimiento cuando viven la pasión, la muerte en sus vidas, vuelve a mí, Yo soy Yavé Tu Dios, Yo tengo guardada para ti mucha gracia, mucho amor, mi compasión sana, cura es eterna, la compasión de los demás no te cura, no es eterna, te da consuelo solo un momento y luego te deja nuevamente con sed. ”
Y me hacia recordar al ciego de Jericó, que cansado de estar al borde del camino pidiendo limosna se vuelve a Jesús y le grita “Jesús Hijo de David ten, compasión de mí”.
Dice Yavé “Vuelvan a mi con todo el corazón. Con ayuno con llantos y con lamentos. “Rasguen su corazón, y no sus vestidos, y vuelvan a Yavé su Dios porque el es bondadoso y compasivo; le cuesta enojarse y grande es su misericordia..
De la oración de hoy día, he entendido muchas cosas, el Señor cuando nos habla lo hace con mucha ternura con mucha compasión., y eso es lo que he entendido que cuando nosotros sufrimos, o tenemos problemas, automáticamente buscamos compasión, una mirada.
Una palabra de consuelo rápidamente provoca el querer llorar, el querer echarnos en el hombro del otro a desahogarnos y muchas veces no es el hombro que conviene…
El Señor hoy me decía: “Vuelve a mi, si necesitas que te compadezcan mi corazón es bondadoso y compasivo, porque sabe que ustedes necesita compañía en momentos de sufrimiento cuando viven la pasión, la muerte en sus vidas, vuelve a mí, Yo soy Yavé Tu Dios, Yo tengo guardada para ti mucha gracia, mucho amor, mi compasión sana, cura es eterna, la compasión de los demás no te cura, no es eterna, te da consuelo solo un momento y luego te deja nuevamente con sed. ”
Y me hacia recordar al ciego de Jericó, que cansado de estar al borde del camino pidiendo limosna se vuelve a Jesús y le grita “Jesús Hijo de David ten, compasión de mí”.
Que siempre le podamos pedir al Señor como este ciego, que le gritemos muy fuerte “Señor ten piedad, ten compasión de mi”….para no quedarnos mendigando….que le busquemos, que le conozcamos….comos nos decían, la semana pasada, en Juan 4…“si me conocieras tu me pedirías y Yo te daría lo que tu necesitas”, que le podamos decir:
“Yavé perdona a tu pueblo, y no lo entregues al desprecio y a la burla de las naciones”.
Porque por no conocer a Dios, vivimos predicando fe y buscando aún el consuelo de los demás, y caemos en la incoherencia y lo que conseguimos es la burla y el desprecio de los no compasivos, los que miran para juzgar.
Que diferente si ellos nos ven ser coherentes, buscar a nuestro Dios compasivo y misericordioso, y en El encontrar la fuerza, el consuelo, la fortaleza para seguir luchando y cargando la cruz, ese testimonio si que les va a ayudar a creer en un Dios que nos ama, que no nos pide cosas exteriores sino solamente un corazón contrito y humillado, que vuelve con sus llantos y lamentos a buscarle a El, al Único que puede sanar los corazones heridos.
Madre ruega por nosotros para poder buscar en la Palabra, en la oración todo lo que necesita nuestro corazón, compasión para nuestro cansancio, para nuestros esfuerzos, para nuestras limitaciones, para nuestras frustraciones de cada día, para todos nuestros sufrimientos.
nila
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