Al desembarcar, Jesús vio a toda aquella gente y sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas sin pastor. y se puso a enseñarles largamente. Se había hecho tarde los discípulos le dijeron: Estamos en un lugar despoblado y ya se ha hecho tarde; despide a la gente para que vayan a las aldeas y a los pueblos cercanos y se compren algo de comer, Jesús les dijo denles Uds. de comer ¿Cuantos panes tienen Uds.? Vayan a ver, volvieron y dijeron hay cinco y además dos pescados. Hagan sentar a la gente en grupos sobre el pasto verde. Tomó Jesús los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente.
Comieron todos hasta saciarse, incluso se llenaron doce canastos con los pedazos de pan, sin contar lo que sobró de los pescados. Los que habían comido eran unos cinco mil hombres.
Comenzaba la oración preguntándole al Señor que es lo que quería que le diera a sus hijos de comer, El me contestó: “Mi Palabra, quiero que tú los mires como yo los veo, como te veo a ti, con ternura y amor pues ellos están sin el pastor de la vida.
Cuantas veces nos experimentamos como aquellas ovejas que se alejan del rebaño, aun cuando la experiencia de ser amados ya la tengamos, y tendríamos que preguntarnos el porqué de ese alejamiento, ¿que hay en nuestro seguimiento que no nos permite abrirnos a
Particularmente me salieron muchas quejas y reclamos ante lo que no tenia y no veía, y lo que tengo. Nuestro corazón a veces pide cosas que no nos dará la vida, solo
Liliana Farro