PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Ellos te han amado luchando hasta habitar en ti ¿Y tú?

“Aun no he alcanzado la meta ni logrado la perfección, pero sigo mi carrera con la esperanza de alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos yo no pretendo haberlo alcanzado. Digo solamente esto: Olvido lo que dejé atrás y me lanzo hacia adelante corriendo hacia la meta para alcanzar el premio del llamado celestial que Dios me ha hecho en Cristo Jesús.

Así debemos pensar los que somos maduros…de todas maneras desde el punto adonde hayamos llegado, sigamos adelante

Filipenses 3,12

Meditando sobre la actitud del Apóstol, expresada en estos versículos me interpela e impacta la constatación del cristocentrismo de Pablo, siempre tan claro y evidente: Cristo Jesús, su conocimiento, la configuración a su muerte y a su resurrección, el ardiente deseo de “darle alcance” a él del que siente que ha sido definitivamente “aferrado”, el Apóstol sólo quiere, junto con los destinatarios de su carta, proseguir la carrera hacia la meta propuesta.

El ejemplo de Pablo es una fuerte y apremiante interpelación a mi vida de cristiana, de discípula de Jesús Maestro, un interrogante sobre cuál es el “eje”, el núcleo, en torno al cual gira mi existencia, mi vida, consagrada por el Bautismo.

¿Es Cristo Jesús, el Maestro y Pastor bueno, su Persona, la configuración con él en su misterio pascual, el impulso que me lleva a lanzarme siempre hacia delante, sin dejar que la “libertad por la que Cristo nos ha liberado” debilite mi entrega, mi camino hacia la identificación con el Maestro, el progresivo, aunque sea lento, proceso de cristificación?

Me pregunto, a la luz de la Palabra, ¿qué estoy dispuesta a entregar, a ofrecer y dejar a un lado para el bien de mis hermanos y hermanas en la fe y el de toda la humanidad?

No puedo vivir de espaldas a “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren...” (GS, 1). Han de ser vivencias mías, al igual que de todos los “discípulos de Cristo”.

Como el apóstol san Pablo, quiero correr también yo “hacia la meta”, y siento que la única meta que de veras me puede hacer sentir plenamente realizada sigue siendo la que el Apóstol proponía a los Gálatas y por cuya consecución él confesaba seguir sufriendo dolores como de parto: hasta que Cristo se forme en vosotros (Gal. 4, 19).

Hna Concepción.

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