PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

jueves, 28 de septiembre de 2017

LA PALABRA DE DIOS



En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Gracias Papá, gracias Jesús, gracias Espíritu Santo, por este día que nos regalan, hoy poder disfrutar este diálogo con ustedes, gracias por el regalo de la Palabra, vamos a profundizar hoy lo que significa la Palabra de Dios de nuestra vida.
En este mes estamos celebrando el mes de la biblia, y ayer hemos celebrado, entronizamos la Palabra, esa Palabra que significa Verbum Dei – Palabra de Dios, que ha sido un regalo para nuestra fraternidad, para nuestra vida, y dábamos gracias por ese don de la Palabra, esa Palabra que nos ha hablado y sigue hablando. Es un día muy especial para vivir en fraternidad, esa fraternidad que es una concreción del reino, de ese reino que es Jesús. Hemos celebrado ayer los cumpleaños, poder disfrutar y vivir en fraternidad, es lo que dice el Salmo “Qué bueno es estar juntos los hermanos, miren como se aman”. ¿Qué es lo que nos une en fraternidad? Lo que nos une es la relación personal con Jesús, es esa relación con la Palabra, es conocer a Jesús en la Palabra, esa Palabra que ha ido prendiendo en nuestro corazón, esa Palabra de Dios es la que nos va diciendo como vivir en fraternidad, como vivir el reino.

Me gustaba la cita de Hechos 2,42-44 que nos habla de la primera comunidad cristiana: “Se reunían frecuentemente para escuchar la enseñanza de los apóstoles, y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Ante los prodigios y señales que hacían los apóstoles, un sentido de reverencia se apoderó de todos. Los creyentes estaban todos unidos y poseían todo en común.” Qué bueno es poder unirnos en fraternidad como esas primeras comunidades cristianas, qué regalo que podamos vivir unidos, esta unión es un sigo ante un mundo individualista, independiente, egoísta. Poder compartir el tesoro más grande: “la Palabra”, no compartimos solo lo material sino también lo espiritual.
Es el mes de la biblia, encontramos en ella las instrucciones de cómo vivir el reino, un reino de amor, un reino de paz, un reino de hermanos, poder compartir un reino donde nos une la misma fe, es la Palabra la que nos va haciendo cada vez mas hermanos, va creando lazos más fuertes que los de carne y sangre, nos va haciendo familiares de Dios.

Me gustaba la cita que meditamos ayer Lc 8,19-21, donde estaba Jesús predicando y le avisan que su madre y sus hermanos le están buscando, y Jesús les contesta que su madre y sus hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican. Esta misma Palabra la encontramos en Mt 12,46-50“…- ¿Quién es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos? Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: -¡Ahí están mi madre y mis hermanos! Cualquiera que haga la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.” y Jesús hoy nos pregunta ¿quién es mi madre, quiénes son mis hermanos? Cualquiera que haga la voluntad de mi Padre es mi madre y mi hermano. Qué bonito entender esta Palabra donde nosotros somos la madre y los hermanos. Jesús nos invita a formar parte de esa familia suya, somos oyentes y servidores de la Palabra, no oyentes olvidadizos. Esa Palabra que ha ido prendiendo en nuestro corazón en todo este tiempo, que ha ido generando vida, que nos ha ido haciendo hermanos unos a otros, que nos ha ido haciendo apóstoles de Cristo, servidores de la Palabra. Esa Palabra que damos a nuestro hermano, que alimenta la vida de aquel que no le conoce. Cuando escuchamos la Palabra, nos alimenta, encontramos la fuerza, la fortaleza.

La palabra hermano en hebreo del Antiguo Testamento designaba también a los parientes próximos que son tíos, primos, sobrinos, en el Nuevo Testamento puede designar también la comunidad, que son todos los israelitas, eran hermanos, así como nosotros los cristianos somos hermanos. Alrededor de Jesús surge una familia nueva unida por lazos de fe, por eso la comunidad Verbum Dei somos esa familia de Jesús que comparte la Palabra, somos oyentes y servidores de la Palabra. Poderle agradecer y decirle: Jesús, gracias por formar parte de esta familia, gracias porque somos una familia universal, esa familia que nos une la Palabra. Para nosotros Verbum Dei, la Palabra es lo central, lo vital de nuestra vida, lo imprescindible, no podemos vivir sin ella, es lo que nos hace crear lazos más fuertes que los de carne y sangre, es lo que nos hace vivir el reino, ese reino donde Jesús nos invita a estar a su servicio. Hoy les invito a orar esta Palabra y poder escuchar que Jesús me habla, que Jesús me dice en su Palabra frases que me dan vida, que me hacen vivir la vida con sentido.
Vamos a reflexionar 3 preguntas:
  1. ¿Qué Palabra de Dios es significativa, es fundamental en tu vida hasta hoy?
  2. ¿Qué Palabra de Dios está echando raíces en tu vida, que estás asimilando en este tiempo?
  3. ¿Qué cambios has experimentado en este tiempo, qué cambios ha hecho la Palabra en tu vida?

Me ayudaba mucho cuando alguien nos compartía esta tercera pregunta, una persona que está viniendo recién este último tiempo, y nos compartía que una señora le quiso hacer pelea de una situación y empezó a discutir y le decía cosas feas, palabras  hirientes. Y ella nos compartía: en otro momento me hubiera puesto a pelear porque soy de pelear, pero yo he cambiado, estoy recibiendo la Palabra, la Palabra me ha cambiado, no puedo contestarle a esta señora de la misma manera, le hablé de una manera totalmente educada, y después pensé “yo no soy así, Dios me ha cambiado, la Palabra me ha cambiado”.
Qué bonito poder reconocer que la Palabra me ha cambiado, poder orar estas preguntas y poderle dar gracias a Dios, gracias por ser Verbum Dei, gracias por ser Palabra de Dios.

FamVD

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