Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Jesús dijo:
"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana." Mateo 11,25-30.
"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana."
Este domingo la Liturgia nos invita a confiar en Jesús acercarnos a
Él, Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los
aliviaré.
Nos dice aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de
corazón, ¿a dónde vamos cuando estamos afligidos y
agobiados?, a veces nos complicamos más la vida, porque nos
equivocamos de lugar, gastamos y gastamos en lo que nos soluciona el problema,
las personas no nos pueden dar más de lo que ellos viven y conocen. Solo Dios
puede descargarnos de esos yugos que nos aplastan, “Carguen sobre ustedes
mi yugo” …”mi yugo es suave y mi carga liviana”.
Confiar en Jesús, en su Amor, nos dará paz, nos dará fuerzas para vivir,
como vivía Jesús , que todo lo ponía en manos del Padre, Jesús se
sabia amado por el Padre, amaba a su Padre, conversaba con El y ese es el Padre
que nos muestra a todos, un Padre que escoge a los sencillos, a los pequeños, a
los que no confían en sus propias fuerzas, sino que descansan en la voluntad
del Padre en sus brazos que siempre nos esperan para darnos lo que necesitamos
para vivir en esta tierra.
En la Carta a los Romanos 8,9.11-13.San Pablo nos anima a vivir del
Espíritu de Cristo, no debemos nada a la carne, Cristo vive ya en nosotros
porque su Amor ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo
que se nos ha dado Rom 5,5.
Aunque estemos pasando por aflicciones, por enfermedades, el Espíritu
del que resucitó a Cristo dará vida a nuestros cuerpos mortales.
Por
eso damos gracias y alabamos al Señor con el Salmo 145
Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey,
y bendeciré tu Nombre eternamente;
día tras día te bendeciré,
y alabaré tu Nombre sin cesar.
El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas.
El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados. Salmo 145
y bendeciré tu Nombre eternamente;
día tras día te bendeciré,
y alabaré tu Nombre sin cesar.
El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas.
El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados. Salmo 145
No hay comentarios:
Publicar un comentario