LA
CONFIANZA DE JESUS ES DAR DE COMER
Marcos 6,34 ss.
Ellos dijeron ¿Y quieres que
vayamos nosotros a comprar doscientos denarios de pan para dárselo? Jesús les
dijo: ¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver Volvieron y le dijeron: “Hay
cinco y además hay dos pescados”
Te agradecemos Señor por tu
presencia amorosa, siempre al tanto de los acontecimientos, viviendo el día,
preocupado por lo demás, viendo qué les falta y es bonito ver que no te quedas
en la compasión; si no que resuelves la situación difícil por las que pasamos
nosotros tus hermanos.
Tú me dices: yo me confío a
ustedes porque también tendrán algo que dar a los demás, como yo lo hago, ustedes también pueden obrar milagros, si se
confían al Padre.
Si tú oras cada día, tienes para
dar de comer, te he llamado para que estés
conmigo en la intimidad y yo confiarte mis secretos, (Juan 15,15) por lo que yo te digo, en el corazón, tú
tienes que gritarlo en los terrados, en las colinas (Mateo 10,26-27).
¿Cuál es el alimento que le das a
tu familia, vecinos compañeros de trabajo o estudios? Es tu compañía, tu
presencia concreta, amorosa, lo que tengo que dar.
¿Y eso te parece poco? O ¿Tienes
que ir a ver, lo que tienen los otros y asumir que son tuyos y eso dar a los
demás? Nadie da lo que no tiene, querido amigo, por eso nadie es tan pobre que
no tenga nada que compartir, tu vida, tus palabras son como esa moneda de la
pobre viuda que da, lo único que tiene (Lucas 21,1-4) y a eso te llamo a que
des de comer a tus hermanos de lo que tienes, no de lo que te sobra.
Mira al niño del evangelio, da lo
que tiene: cinco panes, dos peces, es bastante, es su vida misma, pero lo
comparte con miles de personas ¿Tú qué tienes? Eso dámelo, no tengas miedo,
porque si me dices que no das la palabra, porque te sientes pecador, (Isaías 6,4) yo te absuelvo de ellos, con las brasas
de mi amor, de mi palabra, de la confesión, si me dices que no sabes hablar,
(Jeremías 1,6) no te preocupes porque yo
pondré mis palabras en tu boca, Moisés era tartamudo (Éxodo 4,10) y utilizó a su hermano para que diera la
Palabra oída de mi Padre a los
israelitas y los pudo liberar de la esclavitud del faraón.
Yo ayer te decía: Tú eres mi
siervo y te sostengo porque te he elegido con “gusto” (Isaías 42,1) no porque eras el más sabio, ni
el más grande, ni porque es el que más tiene, te he elegido porque a mi Padre
le ha parecido bien darte el carisma Verbum Dei y si lo has recibido con fe,
con “gusto” como yo te he elegido, lo debes apreciar, no se da una luz para que
la escondas, ni la sal para que la vuelvas sosa, (Mateo 5,13-14) es para dar
gusto a la vida de los que viven y conviven contigo, en tu hogar, donde estés y
crea tu fraternidad con aquellos que lo
necesitan, lleva ahí donde hace falta la esperanza, el amor, la fe porque no me
conocen. He puesto mi confianza en ti y sé que no seré defraudado.(Romanos 10, 11)
María, Mamita, llena de gracia y
misericordia contágiame tu alegría de dar a Jesús por generaciones sin fin.
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