PAUTAS DE ORACIÓN

El objetivo de este Blog es ofrecer a las personas que deseen aprender a orar con la Palabra: Pautas de oración.
Desde nuestro encuentro personal con la Trinidad y con María, deseamos que se contagien y deseen tambien hacer una oración contemplativo - Apostólica, que les lleve a anunciar la Buena Nueva.
Es propio de nuestro Carisma escuchar la Palabra, Asimilarla, Vivirla y Anunciarla.

viernes, 31 de julio de 2009

Somos del linaje de Dios

"En realidad no está lejos de cada uno de nosotros, pues en El vivimos, nos movemos y existimos, como dijeron algunos poetas suyos: “Somos también del linaje de Dios”. Hechos 17, 26-28

Cuando el Apóstol san Pablo estaba en Atenas, dice la palabra que “su espíritu hervía viendo la ciudad plagada de ídolos”, vs.17, 16.

¿Porque sentiría Pablo esta quemazón? Porque El conocía ya al Dios verdadero, (“El celo por tu casa me devora”) veía a personas que pretendían saber mucho, filósofos epicúreos, estoicos….adorando a dioses creados por ellos mismos...como pasa en nuestra propia vida en estos momentos...

Por eso les dice: “vengo a anunciarles al Dios que yo adoro que no es desconocido para mi, sino que es tan conocido que en El me muevo, en El existo en El soy”, Pablo les empieza a predicar desde su propia experiencia, que no necesita hacerse ídolos porque conocía:

“El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él no vive en santuarios fabricados por humanos pues es Señor del cielo y la tierra"” vs 24

Que grande poder anunciar a un Dios que “ no necesita ser servido por manos humanas, pues ¿que le hace falta al que da todos la vida, el aliento y todo lo demás?” vs 24

Los antiguos necesitaban hacerse ídolos para pedirles lo que ellos quisieran, buena cosecha, lluvias, sol, etc. es decir para manejarlos, para que les resuelvan sus problemas, pero ellos mismos fabricaban a sus dioses:

Es tan absurdo querer adorar a alguien a quien uno mismo se ha fabricado, es lo mismo que hacemos con los ídolos de la tierra, adoramos nuestras cosas que hemos adquirido con dinero o lo que sea, adoramos a nuestros hijos, a una casa, a una cuenta bancaria, adoramos, nuestro carro, cosas que tienen un tiempo, físicamente un espacio, cosas que tienen un comienzo y un fin.

Cuando nosotros tenemos un Dios que es, ha sido y será un Dios eterno, que es creador de todo y de todos y nos da todo lo que necesitamos para ser felices, se da El mismo.

“si de verdad somos del linaje de Dios no debemos pensare que la divinidad se parezca a las creaciones del arte y de la fantasía humanas, ya sean de oro o piedra” vs 29.

No podemos pensar que por más vistosos que sean una imagen de oro plata o piedras preciosas va a ser mejor o durar una eternidad.

Nosotros por naturaleza buscamos la eternidad, buscamos que las cosas nunca se acaben, porque somos de la naturaleza de Dios, de su mismo linaje, de allí podemos entender el porque siempre queremos un amor eterno, que los momentos felices de nuestra vida no se acaben nunca porque estamos hechos para la eternidad, porque nos movemos en esa dimensión de eternidad.

Si nos pegamos los ídolos, entonces nunca seremos felices, porque nos estaremos alejando de lo que realmente somos, de nuestro “Hábitat natural” que es vivir en la “Entrañas de Dios”. “Entrañas de eternidad” de trascendencia en cada cosa que hagamos, para poder encontrar sentido a cada minuto de nuestra vida.

"Habian de buscar por sí mismos a Dios, aunque fuera a tientas: Talvez lo encontrarían." vs 17,27

Dios esta saliendo a nuestro encuentro hoy mismo, pidámosle a nuestra Madre Santísima que nos enseñe a tener fe, a dejar los ídolos y a buscar a Dios con un corazón abierto, dispuesto a adorarle unicamente a El.



miércoles, 29 de julio de 2009

Dios nos ha hecho partícipes de su Naturaleza


2 Pedro 1, 3-4

Somos imagen y semejanza de Dios, en la creación nos ha infundido su mismo ser Divino y con la Encarnación El a asumido nuestra naturaleza humana, que misterio tan grande, participamos de las dos naturalezas la Divina y la humana, con razón Jesús insiste tanto en que somos otros Cristos.

Esa participación la tenemos que aprender a vivir como Jesús, Fijos los ojos en El Hebreos 12,1. Jesús lo hace constantemente en una forma activa:

1ª Dándonos su mismo Cuerpo y Sangre en la Eucaristía de cada día y en su Palabra donde nos hace ver su deseo de estar unido a nosotros en todo.

2ª Nos hace participes de su misma misión.

Jesús no quiere que vivamos de cualquier manera nuestra vida, quiere que la vivamos unidos a El como la rama al tronco (Juan15), Sin El no podemos nada.

La participación a la que nos invita no es figurativa, es substancial, por eso la misión es una tarea de las 24 horas “Tanto si estamos despiertos o dormidos somos de El”.

Los llamo amigos por que todo lo que se del Padre se los he dado a conocer (Juan 15,15.)

Todo el Capitulo 17 de Juan, es una muestra como Jesús quiere que seamos UNO en Todo con El Padre y con El.

Los COMOS de este capitulo nos lo pueden aclarar:

-v.11 Que todos sean uno COMO nosotros.

-v 14 Ellos no son del mundo como yo tampoco soy del mundo.

-v 18 Así, COMO me enviaste al mundo así también yo los envió.

-v21 Que todos sean uno COMO tu Padre estas en mi y Yo en Ti.

-v22 La Gloria que me distes se las dí a ellos, para que sean uno COMO nosotros.

Son estos COMOS los que marcan nuestra participación activa en la vida de Dios, (Vida Eterna, Vida de Gracia, Vida de Fe) ya ahora.

Participación que solo podemos vivir unidos a El, en su misión sentido que va marcando nuestras vidas en el día a día.

Pidámosle a nuestra Madre María que nos ayude a entender la grandeza de nuestra vida Divino Humana, con una gran tarea, su misma misión.

Miren que amor tan singular nos ha tenido el Padre...Lo veremos tal como es

Juan 3,1-2


“Miren que amor tan singular nos ha tenido el Padre: que no solo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Por eso el mundo no nos conoce. Porque no lo conoció a El.

Amados a pesar de que ya somos hijos de Dios, no e ha manifestado todavía lo que seremos; pero sabemos que cuando el aparezca en su gloria, seremos semejantes a El, porque lo veremos tal como es.

Somos hijos de Dios y el mundo no nos conoce ¿Señor, por qué no nos conoce como hijos de Dios?

¿Si No nos reconoce como hijos de Dios como que nos conoce entonces? Como hijos del mundo, de un matrimonio, hijos de unos padres terrenales, con un apellido, unos datos simplemente que nos ubican dentro de este mundo,

¿Cómo tendríamos que conocernos Señor?.... ¿Cómo tendrían que conocerse los hijos de Dios?....

Tendrían que conocerse como un hijo de Dios, un enviado, una persona bendita, sagrada, que tendría que ser tratada con respeto, con amor, de una manera santa.

Una persona a quien no podría tratar mal, o insultar, o mentir o calumniar, o permitir que vista o coma mal o carezca de algo que le impida vivir bien.

Ya somos hijos de Dios, ¿pero porque no se ha manifestado aun lo que seremos? Porque en nosotros esta produciéndose una transformación por medio de la Gracia de los Sacramentos, de la palabra…., a los que creemos que somos hijos, y no solo nos llamamos como tales, estamos trabajando, estamos en camino de llegar a ser aquello para lo cual estamos destinados:

Ser semejantes a El, El nos hizo a su imagen y semejanza cuando nos creó y ese es el deseo del Padre este es ese amor tan singular, único, incomparable, un amor que desea para nosotros la Gloria eterna, no una gloria efímera, momentánea como las que conocemos en este mundo, sino la felicidad eterna, que solo nos lo puede dar quien es la misma Gloria, el Mismo Amor….nuestro destino final es ser, volver a ser amor, hijos de Dios…y ese dia LO VEREMOS TAL COMO ES....

¿PORQUE NO INVERTIR TODA NUESTRA VIDA PARA LLEGAR A ESE DIA?

…pero aquí nos toca a nosotros optar, tomar la decisión, ¿quiero llegar a ser semejante a El, o me conformo con lo que soy, “buena gente, tranquila, así nomás”? Dios respeta nuestra libertad, a nosotros toca elegir si es que nosotros aceptamos vivir como hijos de Dios y conocernos entre nosotros aquí en la tierra como hijos de Dios y luchar en comunidad para que todos lleguemos a manifestarnos como Hijos de Dios.

El Espíritu santo que ya tenemos. Que mora en nosotros, en cada uno, es la garantía, es el sello, el Arras que Dios nos ha regalado en su infinito amor y que por dentro nos va guiando por ese sendero de la Gracia para recibir Algún día aquello que Dios ha preparado para nosotros

lunes, 27 de julio de 2009

Alégrate hijo tu hermano ha vuelto a la vida

Sábado 25 de Julio 2009


Continuando con la parábola del hijo prodigo de Lucas 15….

“El hijo mayor se enojó y no quiso entrar”.

El hijo mayor estaba en el campo cuando ocurrió el encuentro de su padre con su hermano,cuando regresa a casa encuentra que hay fiesta con orquesta y baile, y le cuenta uno de los muchachos que su hermano había regresado y claro, le da los detalles… “tu padre mandó matar el ternero gordo”.

Por ahí empieza el problema, el hijo mayor se resiente porque “habían mandado matar el ternero gordo por haberlo recobrado sano y salvo”.

El muchacho no pensó en su hermano, en que lo habían recuperado, cuando su padre le suplica que entre a la fiesta, él contesta “Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una de tus ordenes, y a mi nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos, Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo, que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él, el ternero gordo”.

Él no podia alegrarse porque su corazón estaba muy ocupado en pensar en sí mismo, en su rencor, en sus celos, en su resentimiento guardado por tantos años.

A veces es suficiente un motivo, para que salga todo el resentimiento que hay en nuestro corazón, basta que ocurra algo fuerte, un pretexto para explotar, como si fuera la última gota que rebalsa el vaso.

Nos acordamos de tantas cosas y las sacamos cuando menos conviene, como este hijo que saca todo su resentimiento en un momento que tocaba hacer fiesta y alegrarse. “Te he servido, no he desobedecido jamás ni una tus ordenes…”

Sin haberse ido de casa, él también estaba muerto y perdido, también estaba lejos del hogar paterno, del corazón de su Padre; como el fariseo cumplía ordenes, cumplía la ley “No soy como los demás hombres que son ladrones, injustos, adúlteros” Luc 18,11

Yo no te he desobedecido, pero tampoco te he amado, he sido servidor, como podríamos decir nosotros, he dado charlas, he cambiado flores en el templo, he arreglado las bancas, he llevado la Eucaristía a las casas de los enfermos, te he servido de tantas formas, me he dedicado a obedecerte pero nunca me he sentado contigo padre a conversar, a preguntarte ¿Cómo te sentiste cuando mi hermano se fue?

No me acerqué a secarte las lágrimas cuando te oía llorar en las noches, no te acompañe al borde del camino para ver si mi hermano regresaba, no te pregunté si querías que saliera a buscarlo….., no te acompañé cuando mas me necesitaste…

Porque tenía muchas cosas que hacer en el campo, no me enteré de tu dolor.

El hijo siempre había querido el ternero gordo, seguramente como todos nosotros ¿pero que es el ternero gordo?, yo entiendo que es la felicidad, el amor, la demostración de cariño que este hijo quería., pero nunca le había dado oportunidad al padre de que lo hiciera muy ocupado estaba en cumplir órdenes.

Cuantos celos entre hermanos porque al hijo mayor o al último o a la hija le compran ropa nueva y ellos solo heredan, que le dan la mejor presa del pollo, que no le mandan hacer nada en casa, cuantas comparaciones porque en el fondo de nuestro corazón, queremos el ternero gordo, el amor de nuestro padres.

No amaba a su hermano este chico, porque no conocía el amor sencillamente porque se quedó en las cosas externas, en reunirse con los amigos, no tenia tiempo para su Padre.

Cuantos de nosotros podríamos ponernos la mano en el pecho y reconocer que hemos rezado mucho, que hacemos cosas y muy buenas, pero cómo nos falta conversar con el Padre y preguntarle como se siente ante el mundo ante los jóvenes que buscan prostitutas, homosexuales, para satisfacer su falta de amor, como se siente cuando ve a jovencitas vestidas de manera indecorosa, ¿que buscan? Muchas damas en los casinos endeudándose, jóvenes vendiendo su cuerpo para comprar drogas bajo los puentes….cuantos matrimonios cayendo en el adulterio y todo por falta de amor.

Cuantas cosas nos diría el Padre, entre ellas la principal, “Hijo entra, entra a compartir conmigo, entra para celebrar el regreso de tus hermanos, hay muchos que están regresando pero también faltan muchísimos, hijo entra a mi corazón, para que me conozcas más, para que sepas como eres amado por mi, tengo mucho amor reservado para ti hijo, con amor eterno te he amado, todo lo mío es tuyo, todo, lo he dado todo por ti, me he hecho Hombre, he muerto en la cruz por ti, me he quedado en el Santísimo Sacramento del Altar, hijo todo tuyo soy, entra a la fiesta de la Vida y el Amor. No te quedes fuera tengo guardado mucho cariño para ti.

Dios nos bendiga y nos de la Gracia de conocer cuan amados somos por El.

¡Alégrate hijo te hijo tu hermano ha vuelto a la vida!

Continuando con la parábola del hijo prodigo de Lucas 15….

“El hijo mayor se enojó y no quiso entrar”.

El hijo mayor estaba en el campo cuando ocurrió el encuentro de su padre con su hermano, cuando regresa a casa encuentra que hay fiesta con orquesta y baile, y le cuenta uno de los muchachos que su hermano había regresado y claro, le da los detalles… “tu padre mandó matar el ternero gordo”.

Por ahí empieza el problema, el hijo mayor se resiente porque “habían mandado matar el ternero gordo por haberlo recobrado sano y salvo”.

El muchacho no pensó en su hermano, en que lo habían recuperado, cuando su padre le suplica que entre a la fiesta, él contesta “Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una de tus ordenes, y a mi nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos, Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo, que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él, el ternero gordo”.

A veces es suficiente un motivo, para que salga todo el resentimiento que hay en nuestro corazón, basta que ocurra algo fuerte, un pretexto para explotar, como si fuera la última gota que rebalsa el vaso.

Nos acordamos de tantas cosas y las sacamos cuando menos conviene, como este hijo que saca todo su resentimiento en un momento que tocaba hacer fiesta y alegrarse. “Te he servido, no he desobedecido jamás ni una tus ordenes…”

Sin haberse ido de casa, él también estaba muerto y perdido, también estaba lejos del hogar paterno, del corazón de su Padre; como el fariseo cumplía ordenes, cumplía la ley “No soy como los demás hombres que son ladrones, injustos, adúlteros” Luc 18,11

Yo no te he desobedecido, pero tampoco te he amado, he sido servidor, como podríamos decir nosotros, he dado charlas, he cambiado flores en el templo, he arreglado las bancas, he llevado la Eucaristía a las casas de los enfermos, te he servido de tantas formas, me he dedicado a obedecerte pero nunca me he sentado contigo padre a conversar, a preguntarte ¿como te sentiste cuando mi hermano se fue?

No me acerqué a secarte las lágrimas cuando te oía llorar en las noches, no te acompañe al borde del camino para ver si mi hermano regresaba, no te pregunté si querías que saliera a buscarlo….., no te acompañé cuando mas me necesitaste…

Porque tenía muchas cosas que hacer en el campo, no me enteré de tu dolor.

El hijo siempre había querido el ternero gordo, seguramente como todos nosotros ¿pero que es el ternero gordo?, yo entiendo que es la felicidad, el amor, la demostración de cariño que este hijo quería., pero nunca le había dado oportunidad al padre de que lo hiciera muy ocupado estaba en cumplir órdenes.

Cuantos celos entre hermanos porque al hijo mayor o al último o a la hija le compran ropa nueva y ellos solo heredan, que le dan la mejor presa del pollo, que no le mandan hacer nada en casa, cuantas comparaciones porque en el fondo de nuestro corazón, queremos el ternero gordo, el amor de nuestro padres.

No amaba a su hermano este chico, porque no conocía el amor sencillamente porque se quedó en las cosas externas, en reunirse con los amigos, no tenia tiempo para su Padre.

Cuantos de nosotros podríamos ponernos la mano en el pecho y reconocer que hemos rezado mucho, que hacemos cosas y muy buenas, pero cómo nos falta conversar con el Padre y preguntarle como se siente ante el mundo ante los jóvenes que buscan prostitutas, homosexuales, para satisfacer su falta de amor, como se siente cuando ve a jovencitas vestidas de manera indecorosa, ¿que buscan? Muchas damas en los casinos endeudándose, jóvenes vendiendo su cuerpo para comprar drogas bajo los puentes….cuantos matrimonios cayendo en el adulterio y todo por falta de amor.

Cuantas cosas nos diría el Padre, entre ellas la principal, “Hijo entra, entra a compartir conmigo, entra para celebrar el regreso de tus hermanos, hay muchos que están regresando pero también faltan muchísimos, hijo entra a mi corazón, para que me conozcas más, para que sepas como eres amado por mi, tengo mucho amor reservado para ti hijo, con amor eterno te he amado, todo lo mío es tuyo, todo, lo he dado todo por ti, me he hecho Hombre, he muerto en la cruz por ti, me he quedado en el Santísimo Sacramento del Altar, hijo todo tuyo soy, entra a la fiesta de la Vida y el Amor. No te quedes fuera tengo guardado mucho cariño para ti.

Dios nos bendiga y nos de la Gracia de conocer cuan amados somos por El.

¡Alégrate hijo te hijo tu hermano ha vuelto a la vida!

Continuando con la parábola del hijo prodigo de Lucas 15….

“El hijo mayor se enojó y no quiso entrar”.

El hijo mayor estaba en el campo cuando ocurrió el encuentro de su padre con su hermano, cuando regresa a casa encuentra que hay fiesta con orquesta y baile, y le cuenta uno de los muchachos que su hermano había regresado y claro, le da los detalles… “tu padre mandó matar el ternero gordo”.

Por ahí empieza el problema, el hijo mayor se resiente porque “habían mandado matar el ternero gordo por haberlo recobrado sano y salvo”.

El muchacho no pensó en su hermano, en que lo habían recuperado, cuando su padre le suplica que entre a la fiesta, él contesta “Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una de tus ordenes, y a mi nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos, Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo, que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él, el ternero gordo”.

A veces es suficiente un motivo, para que salga todo el resentimiento que hay en nuestro corazón, basta que ocurra algo fuerte, un pretexto para explotar, como si fuera la última gota que rebalsa el vaso.

Nos acordamos de tantas cosas y las sacamos cuando menos conviene, como este hijo que saca todo su resentimiento en un momento que tocaba hacer fiesta y alegrarse. “Te he servido, no he desobedecido jamás ni una tus ordenes…”

Sin haberse ido de casa, él también estaba muerto y perdido, también estaba lejos del hogar paterno, del corazón de su Padre; como el fariseo cumplía ordenes, cumplía la ley “No soy como los demás hombres que son ladrones, injustos, adúlteros” Luc 18,11

Yo no te he desobedecido, pero tampoco te he amado, he sido servidor, como podríamos decir nosotros, he dado charlas, he cambiado flores en el templo, he arreglado las bancas, he llevado la Eucaristía a las casas de los enfermos, te he servido de tantas formas, me he dedicado a obedecerte pero nunca me he sentado contigo padre a conversar, a preguntarte ¿como te sentiste cuando mi hermano se fue?

No me acerqué a secarte las lágrimas cuando te oía llorar en las noches, no te acompañe al borde del camino para ver si mi hermano regresaba, no te pregunté si querías que saliera a buscarlo….., no te acompañé cuando mas me necesitaste…

Porque tenía muchas cosas que hacer en el campo, no me enteré de tu dolor.

El hijo siempre había querido el ternero gordo, seguramente como todos nosotros ¿pero que es el ternero gordo?, yo entiendo que es la felicidad, el amor, la demostración de cariño que este hijo quería., pero nunca le había dado oportunidad al padre de que lo hiciera muy ocupado estaba en cumplir órdenes.

Cuantos celos entre hermanos porque al hijo mayor o al último o a la hija le compran ropa nueva y ellos solo heredan, que le dan la mejor presa del pollo, que no le mandan hacer nada en casa, cuantas comparaciones porque en el fondo de nuestro corazón, queremos el ternero gordo, el amor de nuestro padres.

No amaba a su hermano este chico, porque no conocía el amor sencillamente porque se quedó en las cosas externas, en reunirse con los amigos, no tenia tiempo para su Padre.

Cuantos de nosotros podríamos ponernos la mano en el pecho y reconocer que hemos rezado mucho, que hacemos cosas y muy buenas, pero cómo nos falta conversar con el Padre y preguntarle como se siente ante el mundo ante los jóvenes que buscan prostitutas, homosexuales, para satisfacer su falta de amor, como se siente cuando ve a jovencitas vestidas de manera indecorosa, ¿que buscan? Muchas damas en los casinos endeudándose, jóvenes vendiendo su cuerpo para comprar drogas bajo los puentes….cuantos matrimonios cayendo en el adulterio y todo por falta de amor.

Cuantas cosas nos diría el Padre, entre ellas la principal, “Hijo entra, entra a compartir conmigo, entra para celebrar el regreso de tus hermanos, hay muchos que están regresando pero también faltan muchísimos, hijo entra a mi corazón, para que me conozcas más, para que sepas como eres amado por mi, tengo mucho amor reservado para ti hijo, con amor eterno te he amado, todo lo mío es tuyo, todo, lo he dado todo por ti, me he hecho Hombre, he muerto en la cruz por ti, me he quedado en el Santísimo Sacramento del Altar, hijo todo tuyo soy, entra a la fiesta de la Vida y el Amor. No te quedes fuera tengo guardado mucho cariño para ti.

Dios nos bendiga y nos de la Gracia de conocer cuan amados somos por El.

¡Alégrate hijo te hijo tu hermano ha vuelto a la vida!

Continuando con la parábola del hijo prodigo de Lucas 15….

“El hijo mayor se enojó y no quiso entrar”.

El hijo mayor estaba en el campo cuando ocurrió el encuentro de su padre con su hermano, cuando regresa a casa encuentra que hay fiesta con orquesta y baile, y le cuenta uno de los muchachos que su hermano había regresado y claro, le da los detalles… “tu padre mandó matar el ternero gordo”.

Por ahí empieza el problema, el hijo mayor se resiente porque “habían mandado matar el ternero gordo por haberlo recobrado sano y salvo”.

El muchacho no pensó en su hermano, en que lo habían recuperado, cuando su padre le suplica que entre a la fiesta, él contesta “Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una de tus ordenes, y a mi nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos, Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo, que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él, el ternero gordo”.

A veces es suficiente un motivo, para que salga todo el resentimiento que hay en nuestro corazón, basta que ocurra algo fuerte, un pretexto para explotar, como si fuera la última gota que rebalsa el vaso.

Nos acordamos de tantas cosas y las sacamos cuando menos conviene, como este hijo que saca todo su resentimiento en un momento que tocaba hacer fiesta y alegrarse. “Te he servido, no he desobedecido jamás ni una tus ordenes…”

Sin haberse ido de casa, él también estaba muerto y perdido, también estaba lejos del hogar paterno, del corazón de su Padre; como el fariseo cumplía ordenes, cumplía la ley “No soy como los demás hombres que son ladrones, injustos, adúlteros” Luc 18,11

Yo no te he desobedecido, pero tampoco te he amado, he sido servidor, como podríamos decir nosotros, he dado charlas, he cambiado flores en el templo, he arreglado las bancas, he llevado la Eucaristía a las casas de los enfermos, te he servido de tantas formas, me he dedicado a obedecerte pero nunca me he sentado contigo padre a conversar, a preguntarte ¿como te sentiste cuando mi hermano se fue?

No me acerqué a secarte las lágrimas cuando te oía llorar en las noches, no te acompañe al borde del camino para ver si mi hermano regresaba, no te pregunté si querías que saliera a buscarlo….., no te acompañé cuando mas me necesitaste…

Porque tenía muchas cosas que hacer en el campo, no me enteré de tu dolor.

El hijo siempre había querido el ternero gordo, seguramente como todos nosotros ¿pero que es el ternero gordo?, yo entiendo que es la felicidad, el amor, la demostración de cariño que este hijo quería., pero nunca le había dado oportunidad al padre de que lo hiciera muy ocupado estaba en cumplir órdenes.

Cuantos celos entre hermanos porque al hijo mayor o al último o a la hija le compran ropa nueva y ellos solo heredan, que le dan la mejor presa del pollo, que no le mandan hacer nada en casa, cuantas comparaciones porque en el fondo de nuestro corazón, queremos el ternero gordo, el amor de nuestro padres.

No amaba a su hermano este chico, porque no conocía el amor sencillamente porque se quedó en las cosas externas, en reunirse con los amigos, no tenia tiempo para su Padre.

Cuantos de nosotros podríamos ponernos la mano en el pecho y reconocer que hemos rezado mucho, que hacemos cosas y muy buenas, pero cómo nos falta conversar con el Padre y preguntarle como se siente ante el mundo ante los jóvenes que buscan prostitutas, homosexuales, para satisfacer su falta de amor, como se siente cuando ve a jovencitas vestidas de manera indecorosa, ¿que buscan? Muchas damas en los casinos endeudándose, jóvenes vendiendo su cuerpo para comprar drogas bajo los puentes….cuantos matrimonios cayendo en el adulterio y todo por falta de amor.

Cuantas cosas nos diría el Padre, entre ellas la principal, “Hijo entra, entra a compartir conmigo, entra para celebrar el regreso de tus hermanos, hay muchos que están regresando pero también faltan muchísimos, hijo entra a mi corazón, para que me conozcas más, para que sepas como eres amado por mi, tengo mucho amor reservado para ti hijo, con amor eterno te he amado, todo lo mío es tuyo, todo, lo he dado todo por ti, me he hecho Hombre, he muerto en la cruz por ti, me he quedado en el Santísimo Sacramento del Altar, hijo todo tuyo soy, entra a la fiesta de la Vida y el Amor. No te quedes fuera tengo guardado mucho cariño para ti.

Dios nos bendiga y nos de la Gracia de conocer cuan amados somos por El.

a

sábado, 25 de julio de 2009

Hijo, hagamos fiesta

Viernes 24 de Julio 2009


Lucas 15, 11-24


A través de esta Parábola, Jesús nos quiere da a conocer una vez mas la Misericordia infinita de nuestro Padre, y a la vez, como nosotros, nunca vamos a perder la condición de ser hijos suyos, por muchas vueltas que demos por la vida, siempre podremos volver a sus brazos y siempre El nos recibirá con el mismo Amor.

Porque todos alguna vez nos alejamos de la casa del Padre; alejarse de la casa del Padre no solo es pecar gravemente, alejarse a un “país lejano”, es estar muchas veces en misa y cansarnos de las mismas canciones, del mismo “rito”, o en la comunidad, o rezando un Rosario, pero estar pensando en otras cosas, desear estar en otra parte, aburrirse, criticar las charlas que escuchamos; no necesitamos irnos lejos físicamente para alejarnos de la casa del Padre.

Lo importante es que de pronto nos viene la Gracia, porque no es por nosotros, en que nos damos cuenta que estamos perdiendo contacto con Dios: Porque nos falta gozo, alegría en lo que hacemos, por mas que creamos “que la estamos pasando bien” algo por dentro nos esta inquietando, es la voz del Padre que desde lejos nos esta mirando y añorando, y deseando que volvamos.

Dios nos ha dado muchos dones, el principal es la Vida, y la Vida de Gracia, el ser sus Hijos, y lo que nosotros hacemos lejos de El es desperdiciarlos, cuando estamos alejados de Dios nos desgastamos, y se nota porque de pronto nos sentimos vacíos, tristes, no sabemos que elegir, o elegimos mal, discutimos por nada con la pareja, nos desquitamos con los hijos nuestro mal humor, nos quejamos de todo, en las colas, en los servicio de toda clase, nada nos conforma. etc., etc.

De pronto empezamos a sentir remordimientos y un deseo enorme de estar con Dios, y nos acordamos que El es nuestro Padre.
Esto es lo que ocurrió con este hijo de la parábola, que dijo:

“Tengo que hacer algo: Volveré donde mi Padre,” Se dio cuenta que tenia un hogar, y un Padre que lo amaba, el se arrepiente de lo ha que hecho, de haberse ido de casa, siente dolor de haber pecado…“He pecado contra Dios y contra mi papá”, todo lo que es malo yo lo hice”, “seguramente siente que quisiera no haberlo hecho nunca”, no haberse ido nunca del lado de su Padre, porque tan mal le ha ido en la vida.

Aun después de malgastar los recursos que su padre le había dado, este joven está todavía consciente por completo de que es el hijo de su padre.

Cuantos asalariados de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí (que yo que soy su hijo) me muero de hambre!”
Él está consciente también del gran privilegio de ser su hijo, pero también siente ahora que su conducta lo hace indigno de esa posición. “Ya no merezco ser llamado hijo tuyo”
El muchacho arrepentido ahora regresa a su casa y su padre le da una bienvenida incondicional.

“Estaba aun lejos cuando su Padre lo vio y sintió compasión; corrió a echarse a su cuello y lo besó."

Yo me detenía en este gesto del padre, que no siente cólera, no siente ganas de reprocharle nada, lo ve llegar sucio, oliendo a cerdos, flaco, sin zapatos, con harapos, y no siente ni asco, para acercarse y echársele a su cuello y BESARLO….¡que amor tan inmenso, tan maravilloso, que manera de Jesús de enseñarnos el amor del Padre!.

No le importa el pecado que hayamos cometido, El Padre solo ve a su hijo, no ve lo exterior, solo ve a su hijo amado, volviendo a su lado…Gracias Padre.

La confesión del hijo es genuina, pero él subestima la totalidad de la gracia perdonadora de su padre. Así, él no solamente dice, “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti,” pero añade también, “y ya no soy digno de ser llamado tu hijo

El padre deja a un lado tal idea, y dice, “¡Rápido! Traigan el mejor vestido, y vestidle; y colóquenle un anillo en su dedo, y traigan calzado para sus pies

¡Este no es el trato para un jornalero!
Y el padre también dice, “Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; se había perdido, lo hemos encontrado”

¡¡ El padre proclama que el joven que regresa es su hijo!!

Pero se debe notar cuidadosamente que no es en ese mismo momento que él llega a ser su hijo.
Por lo contrario, este mismo hijo previo a esto había estado “muerto” y “perdido,” pero está “vivo” ahora y “hallado.”

Por supuesto, estas palabras no significan que este hijo había de algún modo literalmente perdido la vida. Más bien, ellas describen el período cuando estaba separado de su padre.

A nivel de la experiencia humana en esta parábola, El padre había sentido la ausencia de su hijo tan profundamente como que el muchacho hubiera muerto, porque él había perdido totalmente el contacto con su hijo.

Volverse a reunir es como un regreso glorioso a la vida y un redescubrimiento gozoso de la experiencia padre-hijo compartida. Cualquier padre que ha estado separado largamente de un hijo a quien ama entrañablemente puede por completo identificarse con estas palabras.

Gracias Jesús, porque no te cansas de enseñarnos que somos hijos a los que el Padre siempre esta buscando para salvar, que somos como la ovejita perdida por la cual deja las noventa y nueve, porque somos como la moneda preciosa que la mujer pierde y no para hasta encontrarla y apenas la encuentra hace fiesta, Dios no pierde tiempo cuando nos encuentra, dice ¡Rápido, ¡hagamos fiesta!, porque es tal su alegría por nosotros, que no puede esperar mas.

“De que manera amo Dios al mundo" Jn 3,16 “….de igual modo habrá mas alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse” Luc 15, 7…

“de igual manera hay alegría entre los ángeles por un solo pecador que se convierte”. Luc 15,10

¡Ustedes hijitos son de Dios y ya han logrado la victoria, sobre esa gente, pues el que está en Ustedes es mas poderoso que el que esta en el mundo!” Jn 4,4

No tengamos nunca miedo de volver al Padre “En el amor no hay temor” Jn 4,18



Dios nos bendiga

miércoles, 22 de julio de 2009

Hijo con mucho amor te he rescatado

“Fíjense como Cristo murió por los pecadores, cuando llegó el momento, en un tiempo en que no servíamos para nada. Difícilmente aceptaríamos morir por una persona buena; tratándose de una persona muy buena, talvez alguien se atrevería a sacrificar su vida.

Pero Dios dejo constancia del amor que nos tiene: Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Con mucha mas razón ahora nos salvará del castigo si, por su sangre hemos sido hecho justos y santos. Cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con El por la muerte de su Hijo, con mucha mas razón ahora su vida será nuestra plenitud”. Rom 6-10

O sea que tú no necesitas aparentar otra cosa de lo que tú eres para que Dios te ame. Te ama como eres. Es más, El te hizo así. Dios te ama con tus cualidades y defectos. Dios no te deja de amar por tus defectos, te ama con ellos. Dios no ama lo que tú haces, pero El te ama a ti, te acepta y te acepta con amor.

Dios te ama con tus pecados y tus esfuerzos, seas rico o seas pobre, no necesitas ponerte máscaras delante de Él. El te ama porque eres su hijo y no por otra cosa, no te ama porque tú seas bueno, sino porque el bueno es Él.

Vean los pájaros del cielo. Ellos no siembran ni cosechan y Dios les da cada día su alimento. Nosotros valemos para Dios mucho más que las aves y todos los animales juntos. Vean los lirios del campo. Ellos no hilan ni tejen, y Dios los viste con belleza inigualable.

Cuánto más a nosotros que somos sus hijos, aunque seamos pecadores. Es más, El ama de manera especial a los pecadores. El peor de todos los pecadores es el más amado de Dios, porque donde abunda el pecado sobreabunda su amor misericordioso. El más pecador es quien puede experimentar más perdón, gozo y esperanza, porque es el más necesitado.

Dios tomó la iniciativa para amarte, y lo único que te pide es que creas en su amor, lo primero que Dios nos pide no es que le amemos, sino que nos dejemos amar por Él. Sólo manifiéstale que quieres experimentar su amor por ti, que quieres vivir la Plenitud de su Amor.

“¿Qué más podemos decir? Si Dios está con nosotros ¿Quién estará contra nosotros? Si ni siquiera perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros ¿Cómo no nos va a dar con él todo lo demás? ¿Quien acusará a los elegidos de Dios? Dios mismo los declara justos ¿Quién los condenará? ¿Acaso será Cristo, el que murió y, mas aun, resucitó y está a la derecha de Dios intercediendo por nosotros?” Rom 8, 31-34

Hemos sido rescatados por el Amor, únicamente el Amor es capaz de darlo todo de entregarse por completo para salvar a la persona amada, por ejemplo cuando nosotros hemos tratado de ayudar a alguien a salir de su depresión, de sus crisis, es porque simplemente le amamos, no esperamos nada a cambio, no nos hemos fijado en lo que nos hizo o dejó de hacer, ayudamos a las personas porque les amamos, cuanto mas nuestro Padre del cielo, viene a ayudarnos, a rescatarnos cada día de nuestras infidelidades, de nuestras faltas de fe, de nuestras angustias, simplemente porque somos sus hijos y nos ama, no se fija en nuestros pecados.

Somos nosotros los que caemos en la tristeza o amargura por que nuestra conciencia nos acusa, nos hace dudar del Amor de Dios pero la Palabra nos dice ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¡Dios nos ha elegido! ¿Porque echarnos nosotros para atrás, porque buscamos volver a mirar nuestras culpas? Si El mismo nos declara justos, Dios mismo nos perdona ¿Porque salimos de la confesión, desconfiando del perdón de Dios?

Cuando me vienen estos sentimientos, el Señor me hace ver que necesito perdonarme yo, y creer mas en su Amor y su Misericordia, que ya me ha rescatado, que hay mucha sangre derramada para que yo viva en paz, reconciliada con El y oigo su voz que me llama a vivir como rescatada, a ser feliz…. “Hija no hagas inútil tanta Gracia”.

Aunque algunas personas nos acusen aunque no nos perdonen, nosotros tenemos la certeza de que nuestro Padre, el que nos ha dado la vida, ya nos ha perdonado por eso ¿Quien nos condenará?, ¿Acaso será Cristo, el que murió por nosotros? Si precisamente El ha derramado su sangre para el perdón de nuestros pecados como lo dijo en la última cena….y en cada Misa nos lo recuerda en el momento del Ofertorio ¡El mismo nos habla por boca del sacerdote!.

Muchas veces cuando le pido a Dios algo, me siento segura de que me lo va a dar porque me viene al corazón la imagen de Jesús en la Cruz, dando la vida por mi, y entonces sonrío y pienso, ¿Cómo no me va a dar esto que le estoy pidiendo?, ¿Cómo no me va a dar un corazón grande para amar, como no va a dar fortaleza, alegría, para darla a los demás?

Que nuestra Madre Del cielo, nos regale de su fe para vivir como rescatados por el Amor y amando cada día más al Padre, a Jesús, y al Espíritu Santo que nos lleva a la santidad.

Hijo, nada puede separarte de Mí

Hay una cosa que todos los días le vengo pidiendo al Señor: “Padre no permitas que nunca me separe de ti, te lo suplico”.

Y que bueno es encontrar siempre su respuesta llena de Amor: “Hija, nada podrá separarte de Mí”.

He estado demasiado tiempo lejos de Dios, y ahora que lo he encontrado, ahora que me ha devuelto la Vida, muchas veces tengo miedo alejarme de El.

Hay demasiadas cosas que nos llaman la atención en el día, muchas ocupaciones, tantas noticias, toda clase de pensamientos, y el corazón se va llenando de ansiedad, yo por lo menos a veces siento inquietud por hacer muchas cosas, y no encuentro paz, no hay como un ambiente para poder sentarme a orar, porque ya sea de día o de noche hay cosas que hacer y me da mucho miedo apartarme de mi Padre.

Ahora que me encontraba dialogando con El para preparar las pautas me decía: “Cuando tu crees que te estas alejando de mi, es cuando Yo estoy mas cerca de ti”. Pero Señor – le decía - cuando estoy viendo películas en la TV. sentada al lado de mi esposo que está enfermo parece que pierdo el tiempo. Cuando tengo que atenderlo, cuando tengo que estar saliendo a comprar muchas veces, haciendo tantas cosas de la casa, cuando el tiempo se me va en preparar las dietas, en darle las medicinas etc. me parece que me estoy alejando de Tí.

“En esos momentos estas mas cerca de mi de lo que tú crees, recuerda hija, lo que haces a uno de mis pequeños a mi me lo haces, no te inquietes, lo que haces por cualquiera de mis hijos necesitados, a mi me lo haces, nada te podrá separar de Mí".

De lejos Yahvé se le apareció: “Con Amor eterno te he amado, por eso prolongaré mi cariño hacia ti” Jer 31,3

Mi amor de tu lado no se va a mover, porque con amor eterno te amo, desde antes que nacieras yo ya te amaba, yo desee tu vida, y tengo reservada para ti una dicha eterna, tu estas destinada para estar conmigo por toda la eternidad.

Le daba gracias porque me hace descubrir que esto que paso es una Gracia, es una prolongación de su cariño, yo no me lo esperaba pero esto nos hace estar más unidos y me da mucha paz saber que haga lo que haga, esté como esté, El no me va a dejar de amar, todo lo que vivimos es ya un camino para la Vida, la felicidad eterna.

“Los cerros podrán correrse y bambolearse las lomas; mas yo no retiraré mi amor y mi alianza de paz contigo, no se bamboleará – dice Yahvé, que se compadece de ti” Isaías 54,10

También le daba gracias porque nos ha dado a su Hijo para que conozcamos la calidad de su Amor, que inmenso y maravilloso es su amor, tan diferente a los amores de la tierra que aman lo bello, lo sabio, lo perfecto, a los que nunca se equivocan en cambio …. Jesús ha venido por los imperfectos, por los débiles, por los que son nada, por los pecadores.

Padre que paz me da saber entonces que Jesús ha venido por mi, que no tengo que tener miedo, que nada ni nadie puede separarme de tu lado porque Jesús es la garantía, Jesús es la Alianza que nos une..

“Jesús cada día lo entrega todo por ti, solo tienes que seguirlo, El es el Camino, y todo lo que pases en la tierra tiene un propósito, el propósito es que llegues a ser semejante a mi Hijo, las dificultades que pasas, todas son para perfeccionarte en el amor, para llevarte a la santidad, alégrate, porque estas destinada también a ser la primogénita de numerosos hermanos por tu testimonio muchos encontrarán sentido en el sufrimiento”.

Si miraramos nuestra vida a traves de los ojos de Dios, la trascendencia que tiene cada cosa que vivimos, decía un sacerdote "entonces todos los que sufren darían al sufrimiento un valor de eternidad. Todos seríamos más felices, porque sabríamos para qué vivimos, cuál es en definitiva el fin del hombre sobre la tierra."


“A los que de antemano conoció también los predestinó a ser como su Hijo y semejantes a Él, a fin de que sea el primogénito en medio de numerosos hermanos. Rom 8,29

A veces pensamos que el salir a trabajar para el alimento, la educación etc. de nuestros hijos, el realizar cosas nos aleja de Dios, y sentimos cargos de conciencia, porque no conocemos el Amor de Dios, lo diferente es que si lo hacemos todo en nombre de Dios, como una ofrenda, pidiéndole su bendición, podremos sentir su paz, su amor que nos acompaña que no se separa de nuestro lado.

Detrás de cada una de nuestras vidas esta muy cerca su Amor, mas cerca de lo que nos podemos imaginar, no existe separación, porque El es nuestro Padre que siempre nos dice: Nada ni nadie podrá separarte de mi amor, hija, hijo.

Que nuestra Madre Santísima nos acompañe en esta jornada para tener mucha alegría en el corazón, de saber que El amor de nuestro Padre Dios no se va a mover de nuestro lado jamás.

Dios nos bendiga.

martes, 21 de julio de 2009

Tú eres su cuerda para atraer a muchos hacia Él, no te calles su amor.

“Nadie puede negar que ustedes son una carta de Cristo, de la que hemos sido instrumentos, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios vivo; carta no grabada en tablas de piedra, sino en corazones humanos.” 2Cor 3,3

Nuestro Padre Dios se ha valido de muchas personas, de cuerdas humanas para atraernos hacia El, a través de la predicación hemos ido conociéndolo, hemos ido experimentando su amor, su perdón su infinita misericordia, nosotros hemos aprendido a orar, a conocer la Palabra de Dios. Por Ella, el Espíritu del Dios vivo ha ido escribiendo en nuestros corazones una Ley nueva, no como la Ley antigua escrita en piedra, que atemorizaba a los judíos, sino una Ley Nueva, la Ley del Amor, de la que ahora somos instrumentos.

Nadie puede negar que ustedes son una carta de Cristo, dice Pablo, y esto a mi me llevaba a confrontar mi vida con la Palabra… ¿Somos realmente personas de las que todos pueden afirmar que reflejamos a Cristo?, ¿Pueden decir de nosotros “es evidente que él (o ella) es una carta de Cristo? ¿Nadie podría negarlo?

Yo creo que si, porque somos criaturas nuevas, que somos capaces de perdonar, de mirar con misericordia al hermano que sufre, ya no nos hacemos a un lado; podemos equivocarnos, podemos dejar de amar en ciertas ocasiones porque somos humanos y caemos, pero sabemos levantarnos porque en nuestro corazón ya esta el Espíritu de Dios que nos hace volver, buscarlo nuevamente, retomar el dialogo con nuestro Padre, que nos hace retornar al camino del amor.

Por la Palabra hemos aprendido una nueva manera de vivir, de pensar de sentir, la Palabra nos ha transformado en embajadores, en representantes, en apóstoles que llevan en su vida un mensaje para todo el mundo.

Tenemos la gran misión de atraer a muchos hacia El. Por eso nuestra vida tiene que ser una urgencia por llegar a todos los hombres. Que donde vaya, que cuanto me toque vivir, actúe y hable como lo haría Jesús, que mi vida sea un constante dialogo con El ¿Jesús que harías Tú en esta situación?, ¿Qué le dirías a esta persona?, ¿Cómo responderías a esto?.... solo así podré ser una verdadera carta suya…

Que encargo tan precioso, el de hacer que nuestra vida sea atractiva, que de ganas de que muchos deseen imitarla, que los que nos vean actuar, mirar, hablar, quieran también conocer a Quien nos inspira, que se hagan la pregunta clave. ¿Por qué esta persona es así?, ¿porque trasmite paz? ¿Que le hace ser diferente?, ¿de donde le viene el ser así?

Y me preguntaba también ahora ¿Mi vida realmente atrae hacia Dios o mi vida hace que los demás se alejen de Dios?

¿Cómo está mi relación con Dios, cómo es el diálogo con Mi Padre?, ¿Me dejo tocar por su Palabra, le abro la Puerta a su Espíritu que viene a transformarme cada mañana, o me preocupo mas por las cosas del mundo, por los quehaceres cotidianos?

Jesús hablaba con el Padre incesantemente, por eso era su Presencia viva en la tierra, por eso los apóstoles le pedían que les enseñara a orar, porque su vida atraía; la manera de ser de Jesús les provocaba sed de conocer al Padre, ellos le pedían: “Jesús enséñanos al Padre”

….Entonces solamente si hablo con el Padre, podré dejar que su manera de amarme, de mirarme, haga que sienta deseos de amar y mirar igual a quienes están a mi lado, solo si recibo de El Amor, seré capaz de dar amor, de ser una cuerda que atraiga hacia Él, que muchos quieran conocerlo y amarlo.

Gracias Padre por esta confianza que tienes en mí, por hacerme un Instrumento precioso para llevar tu mensaje de salvación, la Buena noticia para todos los hombres, por hacer de mi vida tu carta de Amor para el mundo, gracias Padre porque me envías con la misma misión de Jesús, ¡Ocupar el lugar de Jesús!

No quiero callarme Padre, quiero que todos sepan de este amor que da vida eterna, que sostiene, que colma, que da Plenitud, que da la verdadera felicidad, que puede hacer que todos vivamos como hermanos.

¡Ayúdanos Madre a ser fieles a esta misión, que donde vayamos puedan descubrir en nuestra vida el Rostro de tu amado Hijo!

Haz Padre mío que pueda ser esa cuerda humana que atraiga a muchos hacia ti.

Dios nos bendiga.

lunes, 20 de julio de 2009

Hijo déjame escuchar tu voz


Prov 23,26; Ez 11,19; Ct 2,14; Dt 6,4


Pongámonos en ambiente de escucha que el Señor quiere hablarnos para abrirnos su corazón y aprendamos a hacer lo mismo, porque qué feo, que una persona hable y la otra persona esté ocupada, o con la mente en otra parte, solo hablándose así misma y todo lo que pasa a su alrededor lo ignora, eso nos pasa en este trajín en el que andamos, andamos en todo y nada.

Por eso lo primero es planear la cita con Dios Padre y dedicarle exclusivamente ese tiempo, y que bonito sería que nuestro tiempo el primero, nuestra primera cita sea con el Padre, que él sea nuestro universo, que sea el primer aliento en la mañana y la luz en nuestro corazón, para darle cada uno de mis pensamiento y toda nuestra atención sea Él.

El papá sabe todo lo que te espera en el día y por lo tanto te ayudará a organizar tu tiempo, lo que tienes que hacer y al final del día podrás agradecer, que habiéndole dedicado un tiempo en la mañana, has podido hacer todo o más de lo que tú querías.

Es cuestión de fe, por ello el Papá ni bien te levantes y aún en vela te ruega: Prov 23,26 Hijo mío, préstame atención y acepta de buena gana mis caminos.

Cuando nos hablas, Padre a través de Jesús, su Palabra se deja sentir en nuestro interior y en tu Palabra se percibe un corazón, un Amor que tiene una preo­cupación: que Tú mismo quieres infundirnos tu Espíritu, para lograr que nosotros te entreguemos nuestro corazón . ¡Qué diferencia, Señor! Cuando te hablo, Señor, te ha­blo sobre todo de mi yo, pero es tu Palabra la que me arranca de mi cascarón y me dejas salir a verte en mi interior.

Así te descubro presente, te per­cibo haciéndome cada vez más uno con tu Amor desde dentro, desde el fondo de la conciencia, ahí donde tú, incansablemente, sigues tendiendo la­zos y nos envuelves en tus Palabras como brazos de amor y aprendo a hacer oración, cuando en lo secreto te pregunto por la vida y el amor, por el hombre y su destino, te interrogo sobre nuestro identidad y origen, te cuestiono sobre el bien y el mal, sobre nuestro corazón... y a todo me respon­des:

Ez 11, 19 Yo les daré otro corazón y pondré dentro de ellos un espíritu nuevo: arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,

Para saber cuál es tu proyecto de Amor sobre la humani­dad, Padre, es que todos formemos tu Reino de Amor y unidad, de justicia y de paz en que todos tengamos lugar de hijos queridos junto al Hijo querido de tus entrañas y necesito desentrañar con­tigo, la imagen auténtica de cada hombre, la que tú ves, no la que mis ojos, mi sen­sibilidad perciben, para aprender a mirarles con tu Amor y hacerlos míos como son tuyos (Jn 17,10).

Quiero escucharte Padre para que le des respuestas a mis pobres preguntas de hombre, creatura tan limi­tada, pero con un remolino de infinito en mi in­terior. Padre, si tú eres Dios Amor, no pueden quedar mis preguntas en el vacío de la sin razón (Job 33,31-33), en el callejón sin salida de la duda, en el absurdo de mi propio yo. Mi oración, Pa­dre, unas veces es un pesado caminar con todas mis y nuestras situaciones, dolores, pesares y su­frimien­tos, hacia ti, Señor, en busca de alivio y descanso para nuestros pasos, sentido e identi­dad


Ct 2, 14 Paloma mía, que anidas 14 en las grietas de las rocas, 14 en lugares escarpados, 14 muéstrame tu rostro, 14 déjame oír tu voz; 14 porque tu voz es suave 14 y es hermoso tu semblante”.

Señor, necesitamos tu Palabra que cada día reorienta los pasos, que hace de crisol en tanta mezcla que se nos pega. Necesitamos po­der responder a ese Amor con que nos rodeas, porque después de tanto recibir ¿qué destino le damos a tanta fuerza de Vida, a tanta fecundi­dad en semilla?
¿Quién me habla como tú? ¿Quién res­ponde a esas preguntas con tanta proyección? ¿Quién se atreve a ver en mí tanto amor? Sólo tú, que has decidido estar en mi corazón, te haces mi interlocutor en todo mo­mento, hasta cuando de mí no sale sino confusión, queja y dolor. Quiero dejarte escucharte dentro, donde tu voz despierta en nosotros el an­sia de amor infinito, de gozo pleno, de vida sin límite ni sombra de muerte.


Dt 6,Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor.

No hay nada más desintegrador en la vida que querer atender a dos señores, aprender de dos maestros y seguir a la vez un tratamiento de dos médicos distintos y opuestos (Mt 6,24-34).
Evidentemente, hay combinaciones que son incompatibles. Y en el pensamiento de Jesús hay modos de pensar que son irreconciliables.
La incompatibilidad entre pensar como Dios y pensar como el mundo (Is 55,8-12), implica una sincera revisión de los maestros que inspiran nuestros pensamientos y que no podemos ignorarlos y por su culpa, será desprestigiado el camino de la verdad. No podemos quedarnos como niños en nuestro modo de pensar (1Co 14,20). Es precisa una sincera renovación: "No sigan la corriente del mundo en que vivimos, más bien transfórmense por la renovación de su mente" (Rm 12,2).

Cuando el Señor se adueña de nuestra mente, de nuestro corazón y de todas nuestras fuerzas nos va llevando a un estado de sintonía con El y con su modo de pensar, y sus palabras se van convirtiendo en nuestra emisora favorita en la que a todas horas se transmiten impulsos para una cultura de Vida.
Sintonizar con el Maestro es fácil en la medida que vamos haciendo nuestros sus pensamientos:
"Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza...No se aparten de ti la bondad y la fidelidad; ponlas como collar en tu cuello y escríbelas en el libro de tu corazón...Feliz el hombre que ha hallado la sabiduría, dichoso el que adquiere la inteligencia...No existe perla más preciosa y nada de lo que codicias se le puede comparar (Prov 3,1-35).

Esta sintonía se refleja en un corazón atento y estudioso, como lo enseñaban los rabinos en estas palabras: "Hay cuatro tipos de discípulos: El que comprende con facilidad y difícilmente olvida; el que comprende con dificultad y fácilmente olvida; el que fácilmente comprende y fácilmente olvida; el que comprende con dificultad y difícilmente olvida. Su pérdida se cancela con su ganancia".

Jesús compasivo contágianos tu compasión por nuestros hermanos

Domingo 19 de Julio

Jer 23, 1-6 ;Ef 2, 13-18 ; Mc 6, 30-34

Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6 “El Señor es mi Pastor, nada me falta”,
Gracias mi Dios y Señor nuestro, efectivamente, contigo nada nos falta. Y, aunque pasemos momentos peligrosos y oscuros, nada tememos, porque Tú vas con nosotros, guiándonos y calmándonos con su (cayado) AMOR-VIDA. Pongámonos en esa presencia amorosa del Padre, que a través de Jesús, hoy nos quiere engreír con su Amor de Buen Pastor.

Gracias, Jesús. Porque nos cuidas aunque no te lo pidamos, nos atiendes, si nos perdemos nos buscas, nos cura si nos enfermamos, nos lleva sobre sus hombros para regresarla al redil, y se alegra y es feliz cuando hace eso por nosotros porque sabes que somos frágiles; lo que quieres es que saboreemos tu Amor, lo disfrutemos y contagiados de tu Amor, tengamos compasión por nuestros hermanos.

Lo único que pides de nosotros es confiar plenamente en su pastor. Por eso, aunque pasemos “por cañadas oscuras” (aunque pasemos por dificultades) “nada tememos, porque nuestro Pastor va con nosotros; su vara y su cayado nos dan seguridad. El nos hace reposar en verdes praderas y nos conduce hacia fuentes tranquilas para reponernos nuestras fuerzas”.

Jer 23, 1-6 ¿Por qué Señor nos comparas a los seres humanos con las ovejas? Porque la oveja es un animal frágil, dependiente, no se vale por sí sola: depende totalmente de su pastor. Por cierto, no de cualquier pastor, sino de “su” pastor.

Es débil que ni siquiera puede treparse al pastor y necesita que éste la suba. Si se queda ensartada en una cerca o en una zarza, no puede salirse por sí sola y siempre anda en rebaño, no puede andar sola.
De allí la comparación del Señor al sentir compasión por el pueblo que lo buscaba: “andaban como ovejas sin pastor”.

Si se queda sola, no es capaz de defenderse, del lobo o de otros animales feroces. Su dependencia del pastor la hace ser muy obediente y muy atenta a la voz y a la dirección de “su” pastor. Y tú, mi Jesús, eres “Buen Pastor”? es el mejor de los pastores, pues das la vida por tus ovejas. Y ellas te conocen y escuchan tu voz y Tú también nos conoces.

Y nosotros somos tus ovejas, Señor y somos también frágiles, aunque la mayoría de las veces nos creemos muy fuertes y muy capaces. Somos, por lo tanto, dependientes del Señor y, tal como las ovejas, tampoco nos valemos por nosotros mismos. Sin embargo, engañados, podemos pasarnos gran parte de nuestra vida y aún, toda nuestra vida, tratando de ser independientes de Dios, tratando de valernos por nosotros mismos. ¿Cuántas veces no nos sucede esto?

Y a veces nos enredamos en nuestra vida espiritual. Y ¿quién puede desenredarnos? ¿Quién puede sacarnos de la zarza o de la cerca en que estamos atrapados? Bien lo sabemos: necesitamos de nuestro Pastor.
Por eso Jesús, es muy severo con los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de su rebaño Jesús.
Pero Dios no se queda en la censura a los pastores que han descuidado al rebaño, sino que promete El mismo ocuparse de sus ovejas: “Yo mismo reuniré al resto de mis ovejas... para que crezcan y se multipliquen... Ya no temerán, ni se espantarán y ninguna se perderá”.
Sabemos que Dios envió a su propio Hijo para ser ese Dios-Pastor que reuniría a todas las ovejas y las atendería personalmente, defendiéndolas de los peligros y alimentándolas con su Palabra y con su Cuerpo.

¿Y quiénes somos pastores? Todos aquellos que tienen influencias y de su responsabilidad, depende el bienestar material y espiritual de sus hijos, de los ciudadanos, de sus discípulos, de sus fieles, de sus alumnos, de sus fans etc.

Y qué hace Jesús, cómo buen Pastor, ve, siente y actúa por sus ovejas. No sólo se queda en el ver, la situación, admirarse o tener pena. Jesús descubre la miseria, las necesidades nuestras, y sus entrañas se conmueven, o desde el fondo de su corazón siente, se pone al nivel nuestro, y sufre con nosotros y redime con su Palabra y su Vida, nuestras vidas, Su Amor es como un misil que destruye nuestros males, egoísmos, avaricia.Jesús, tiene su corazón misericordioso porque sabe el valor de nuestra vida y quiere que la vivamos en plenitud.

Los malos pastores, son los que no les importa nuestra vida y la llenan de cargas, angustias, y problemas. Los políticos al dar una ley, no sabe cómo afecta a los más pequeños, sus vidas y palabras, corrompen a sus ciudadanos; los periodistas que profanan la verdad con calumnias o el sensacionalismo; los profesores que no respetan la integridad de sus alumnos; hasta los artistas que no saben que su vida tiene impacto sobre sus admiradores y no les importa que estos, los vean metidos en drogas, homosexualidad, divorcios etc.; los padres de familia que desconocen la importancia de la vida de cada hijo y los maltratan, física, sicológica y moralmente, con sus caprichos, estructuras ideológicas, malos ejemplos, los sacerdotes, religiosos que no son fiel testimonio de la Palabra y todos ignoramos nuestra RESPONSABILIDAD PASTORAL, y nos volvemos como Caín, argumentando ¿Soy yo, acaso guardián de mi hermano?.

La clave para ser buen pastor es ser solidario con el otro, ser cada vez más humano, y compasivo con mi hermano, abrirnos a la Vida y amor que es la plenitud de vida que Jesús nos ha regalado.
Mc. 6, 30-34 Y como Buen Pastor, primero cuida del pequeño rebaño escogido por El y más cercano a Él. Estos son los Apóstoles, a quienes hace pastores, por eso, para cuidar a su rebaño, y los llama y los invita con El “a un lugar solitario, para que descansen un poco".

Ahora bien, recordemos que todos somos Pastores,, pues Cristo nos ha encargado de llevar la Palabra de Dios a todos los que se abran a Ella. Y como Buen Pastor, Jesús, nos invita además del apostolado vivir con El en lugares solitarios y de descanso que son todos aquellos momentos en que el Señor nos llama a orar, es decir, a estarnos con El a solas para descansar en El y para dejarnos instruir por El.

Jesús es el Buen Pastor. Como tal, además de cuidar y entrenar a los pastores de sus ovejas, también se ocupa directamente de sus ovejas. Nos dice el Evangelio que, a pesar de que en este pasaje Jesús trató de irse en una barca a un lugar solitario con sus Apóstoles, la gente los siguió por tierra corriendo y llegaron primero que ellos al sitio. Y Jesús viendo “una numerosa multitud que lo estaba esperando, se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles largamente”.

Dejémonos enseñar por el Señor, buscando esos momentos de soledad en los que El nos explica su Palabra, para poder entonces comunicarla a los demás y ser compasivos con ellos.


Deseo tanto que hablemos hijo

Sábado 18 de Julio

Oseas 11,8; Is 64,7; Is 54,19

Is 2,3 y acudirán pueblos numerosos, que dirán: 3 “ ¡Vengan, subamos a la montaña del Señor, 3 a la Casa del Dios de Jacob! 3 Él nos instruirá en sus caminos 3 y caminaremos por sus sendas”.

Gracias Papá, por desear siempre hablar con nosotros, por eso venimos todos, a tu casa Señor, que es mi corazón y también está en la comunidad, queremos que Tú mismo nos enseñes, a platicar contigo, para caminar contigo por las sendas que tu quieres.

Por eso nos has mandado a tu Hijo para que le escuchemos, y nos enseñe a orar, para aprender a decirte con toda nuestra mente, alma y corazón, ¡padre! ¡Abba! ¡Papito!


Is 54, 10 Aunque se aparten las montañas 10 y vacilen las colinas, 10 mi amor no se apartará de ti, 10 mi alianza de paz no vacilará, 10 dice el Señor, que se compadeció de ti.

Jesús, tu oración expresa un modelo de amistad con Dios caracterizado por ser un medio de comunión con el Padre y con el hermano. Como discípulos nos unifica un mismo deseo: Aprender a orar como Tú. Enséñanos este medio de comunión fi­li­al y fraterna.
Enséñanos que "La Palabra de Dios escuchada, asimilada y vivida, nos transmite la misma Vida de Dios y es una manera de afianzar cada día esa alianza de paz, que quieres que reine entre tú y nosotros y todos tus hijos.

Os 11, 8 ¿Cómo voy a abandonarte, Efraím? 8 ¿Cómo voy a entregarte, Israel? 8 ¿Cómo voy a tratarte como a Admá 8 o a dejarte igual que Seboím? 8 Mi corazón se subleva contra mí 8 y se enciende toda mi ternura:

Enséñanos Jesús, a estar con el Padre o como decía Santa Teresa: "Estar a solas, largo rato con quien sabemos nos ama" para ver la realidad, a la luz de su Palabra, ir descartando, poco a poco, todos nuestros monólogos, ir desalojando todas las durezas, piedras y abrojos del corazón e ir evitando todo lo que impida que su Palabra prenda en nosotros y produzca el ciento por uno (Mt 13,1-23).
¡Qué pena que muchos no nos demos tiempo para ello! ¡Qué desacierto cuando le damos prioridad a tantas ocupaciones que nos impiden estar ocupándonos en escuchar al Maestro! ¡Qué desequilibrada está nuestra escala de valores! Nos detenemos más en las espinas que en la rosa, en el estuche que en el diamante. Nos atrae más la bisutería que el oro. Tenemos tiempo de perder el tiempo o de no emplearlo como quisiera el Señor.

Is 64, 7 Pero tú, Señor, eres nuestro padre, 7 nosotros somos la arcilla, y tu, nuestro alfarero: 7 ¡todos somos la obra de tus manos!

Esta razón es suficiente para ir concretando nuestro compromiso de vida, y no ir orando con el fin de saber más sino de llevar más a la práctica lo que ya sabemos. Dejándonos moldear por nuestro alfarero a su gusto.
Y por ello a los que en el silencio de la oración han percibido la voz del Señor, son los que tienen mucho que decir de su parte, y además lo pueden decir con la fuerza del Espíritu que coopera en su predicación (Hch 10,1-48).

¿Cómo qué no entrar en la cadena de los que dan testimonio de su oración?. ¿Quiénes son los predicadores de la Palabra que más influencia han tenido en la historia? Sin duda son los que continuamente son la complacencia del Padre, que quiere dialogar con nosotros y damos testimonio de lo que hemos visto y oído (1Jn 1,1-4). Así nos convertiremos en luz de las naciones (Is 42,6).

Estas palabras del profeta Isaías se cumplen en nombre del Padre, cuando caminamos por sus caminos, y pasamos haciendo el bien, y anunciamos la Buena Noticia del reino, curamos las enfermedades, y ofrecemos la salvación.

"María, Madre de Dios y de la Iglesia... impulsa y guía el ritmo creciente de nuestra vida de oración y apostolado" (Const VD 61).




viernes, 17 de julio de 2009

Con cuerdas humanas te he atraído. Hablemos de esto hijo

Is 49,15; Os 11,8

Is 49,15 ¿Se olvida una madre de su criatura, 15 no se compadece del hijo de sus entrañas? 15 ¡Pero aunque ella se olvide, 15 yo no te olvidaré!

Gracias Señor porque te siento que eres Padre y Madre para mí, para nosotros, es tu voz, la que me envuelve cuando, en el silencio, siento que no estoy solo.
Cuando siento que se estremecen tus entrañas al verme, porque me ves débil, frágil, que sufre, pero en mi interior resuena, tu Palabra emocionada que me dice que nunca me olvidarás y Tú si cumples con tu promesa.

Pero, ¿Papá? ¿Cómo se siente ese amor? Lo siento porque sé que conoces todos mis secretos y mis ilusiones, mis esperanzas, mis ideas, mis vacilaciones y mis convicciones. Sabes de lo que soy capaz, todo lo bueno que puedo hacer y, también

todo lo malo.


Lo sabe todo, pero no es un intruso o un inquisidor para inquietarme. Sabe lo que no le diría a nadie más que a Él, pero no me juzga en función de eso. Sabe cuáles han sido mis errores, hasta aquello que me avergüenza, y sin embargo cuando me mira ve a alguien profundamente digno y bueno.


Es el Padre está dentro de nosotros, y nos llama por nuestro nombre, y sabe cómo somos, sin exigencias, sin reproches ni falsas alabanzas, con unos brazos siempre abiertos.

Os 11,8 ¿Cómo voy a abandonarte, Efraím? 8 ¿Cómo voy a entregarte, Israel? 8 ¿Cómo voy a tratarte como a Admá 8 o a dejarte igual que Seboím? 8 Mi corazón se subleva contra mí 8 y se enciende toda mi ternura:

Yo entendí que Dios nos conoce más que nosotros mismos y que a veces cuando le abrimos el corazón, el nos recuerda aquellas faltas, traumas, o vejámenes que hayamos sufridos para curarnos, purificarnos y estemos más limpios de corazón y poder hablarle y escucharle.

A mí, me ha hecho ver toda mi vida en diálogo con Él , aunque él no me fuerza a recordar, cosas que no quisiera, entendía que cuanto más le contaba mis cosas aunque las sabía, inclusive las había permitido, sentía la necesidad de contarle, como un padre que sabía que no me iba a abandonar, lo que quería Él, era que corte los frutos de ese mal, y corte de raíz.

Me acuerdo una vez, alguien me echó llave por fuera en el baño, lo hizo en son de broma, pero en mí despertó tanta cólera y odio a esa persona que a pesar de sus disculpas no le podía perdonar, y en oración decía yo quiero perdonarla, pero lo que me preocupaba era la razón de tanta rabia y Jesús con mucha ternura me hizo recordar que cuando tenía 8 años, una profesora me castigaba, encerrándome en un cuarto, eso yo no se lo perdonaba, por eso detestaba esas bromas, y otra vez volvía a ser la renegona y odiable de siempre, Jesús compasivo conmigo me abrazaba y me hacía entender que la falta de perdón me hacía más daño a mi que las personas que me provocan y Él ya había sufrido y llorado por mí.

Y por no causarle más dolor a mi Jesús, mi corazón se fue purificando y aprendiendo a perdonar con el Amor que el Padre me daba a través de su Palabra.

Y de verdad se siente uno bien liviano y limpio para que la Palabra le llegue a través de mi vida a los demás.

A veces no dialogamos con el Padre que pensamos Dios lleva cumplida cuenta de tus miserias… pero, ¿cómo tener miedo a quien sabes que te quiere? ¿Cómo temblar asustado ante quien te ha creado tan lleno de vida? ¿Cómo desconfiar de quien se estremece cuando tú sufres?

Ese miedo al castigo, o a la condenación, no se deben referir a nuestro Dios, aunque es verdad que muchas veces nos sabemos limitados, también es cierto, que a ratos nos pesa con incertidumbre el sentir que podríamos hacer más, construir más, amar más, vivir mejor… pero no deberíamos sentir que Dios está ahí reprochándonos o preparando su venganza. En todo caso está ahí esperándonos, siempre, con los brazos abiertos y el corazón herido.

Vamos a pedirle al Padre, que llene nuestro corazón de una confianza infinita y poder dialogar con Él, como lo hago con la persona que le cuento casi todo lo que me pasa; pero a papá Dios, hay que contarle todo, aunque Él ya lo sepa; hay que engreírnos con Él, como cuando el Papá biológico se hace el loco para no ver nuestras fechorías y nos abraza y una vez en sus brazos dice: ¿dime hijito, qué pasó? Y poquito a poco te sonsaca lo que no quería decir, y te escucha sin juzgarte, sin violencia, sólo te dice ¡mira, ante ti está la felicidad y la desgracia, sea en la que te metas yo estaré contigo, pero no quiero verte sufrir.

Madrecita linda, Madre de nuestra alma enséñanos a dialogar con el Papá como tú lo hacías.